Un 67% de los españoles apuesta por regular la prostitución

Los votantes de Unidas Podemos y Más País son los más partidarios de la prohibición, aunque prefieren legislar

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JÚLIA REGUÉ y FRANCISCO JOSÉ MOYA

Barcelona, 25 de junio de 2022

https://www.epe.es/es/igualdad/20220625/encuesta-prostitucion-espana-13931775
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El espinoso debate sobre la regulación o la abolición de la prostitución que confronta al movimiento feminista tampoco genera consensos en la arena parlamentaria. Los socios en el Gobierno tienen visiones polarizadas sobre cómo legislar esta actividad, que sigue siendo alegal en España. Los recelos entre el PSOE y Unidas Podemos se evidenciaron durante la aprobación la ley del ‘solo sí es sí’ -los socialistas terminaron retirando sus enmiendas sobre proxenetismo y tercería locativa para evitar una derrota del Ejecutivo- y durante la tramitación de la proposición de ley para abolir la prostitución, impulsada por el PSOE, avalada por el PP y con divergencias dentro de Unidas Podemos, ya que los siete diputados de los ‘comuns’ se desmarcaron. Pero, ¿qué opinan los españoles?

Según el último sondeo del GESOP para los diarios de PRENSA IBÉRICA, un 67,7% está a favor de que la prostitución esté regulada. Solo un 15,9% de los encuestados opina que hay que prohibirla y un 8,3% considera que debe quedarse como está, eso es, en un vacío legal. Cabe señalar que la posición es prácticamente igual según el sexo de los preguntados, ya que un 67,3% de los hombres y un 68,2% de las mujeres apuestan por regular el trabajo sexual.

Sí hay distinciones por edad: los jóvenes de entre 18 y 29 años están divididos –un 41,2% cree que debería prohibirse y un 49,3% quedar sujeta a la ley- mientras que en el resto de grupos de edad el apoyo a la regulación ronda el 70%.

Sondeo 1

La posición de sentar las bases para una legislación es mayoritaria en todas las bolsas de votantes. Y eso choca con algunos postulados, ya que pese a la postura abolicionista del PSOE y del PP, sus electores son más proclives a querer fijar reglas -un 70,5% y un 65,8%, respectivamente-. Pero, de lejos, los votantes independentistas son los defensores más férreos de la regulación: un 92,9% de los que se decantaron por Junts per Catalunya en 2019 y un 79,3% de los que lo hicieron por ERC.

Sondeo 2

Los electores de Unidas Podemos y de Más País son los que se muestran más divididos sobre el asunto y, a la vez, son los más favorables de la prohibición: un 38,9% en el caso de los primeros y un 26,7% en el caso de los segundos, aunque esta no es la posición dominante.

Los votantes de extrema derecha creen que la prostitución debe ser regulada (70,9%) o quedarse como está (14,5%), mientras que los electores de Cs prefieren que esté sujeta a la ley (68,8%).

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Ficha técnica

-Empresa responsable: GESOP.

-Técnica de investigación: Entrevistas telefónicas.

-Ámbito de estudio: España.

-Población: Mayores de edad con derecho a voto.

-Muestra: 1.001 entrevistas.

-Tipo de muestreo: Proporcional por comunidades autónomas y dimensión de municipio. -Selección de la persona a entrevistar según cuotas cruzadas de sexo y edad.

-Margen de error: +/- 3,16% para un nivel de confianza del 95% y p=q=0,5.

-Trabajo de campo: Del 20 al 22 de junio de 2022.

Las prostitutas salen a la calle contra la abolición: «nosotras repartimos felicidad»

Las historias de las mujeres que trabajan en pisos y clubes se cruzan en una manifestación contra la ley abolicionista, en la que reivindicaron su «libertad»

prostitucion-Madrid

Participantes de la manifestación convocada por la Plataforma de Personas Afectadas por la Prostitución. / ÓSCAR CHAMORRO

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Por Doménico Chiappe

Madrid, 22 de junio de 2022

https://www.hoy.es/sociedad/prostitutas-salen-calle-20220622173949-ntrc.html#vca=modulos&vso=hoy&vmc=noticias-rel-1-cmp&vli=sociedad&ref=https://www.hoy.es/sociedad/voces-prostitucion-espana-20220622193042-ntrc.html

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Con 50 años, Rebeca se prostituye desde hace diez en un piso de Madrid. Tiene dos hijas. En 2010 ella y su marido cerraron su comercio, luego vendieron la casa, cuenta en la calle Ferraz de Madrid, frente a la sede del PSOE, donde ha ido a manifestarse contra la ley abolicionista que progresa en el Congreso. Junto a otras mujeres tras máscaras la mayoría y bajo paraguas naranjas piden la paralización de esta iniciativa legislativa del Gobierno. «Anteriormente pensaba que la puta era puta porque no quería limpiar. Pero no solo vienen a echarnos un polvo», dice Rebeca, de cabello cano, tes y cuerpo de avejentada figura materna. «Vienen a hablar con nosotras. Hay casados, pero también viudos y solteros que ni siquiera con Tinder podrían echar un polvo».

Así describe a sus clientes Rebeca, que gana entre 300 euros y cero en un día, cotiza como autónoma «para la pensión de mañana», está casada, asiste a todas las marchas del 8M y del aborto, vive de alquiler, acaba de comprar una casa para reformar, y comparte el 50% de lo que cobra con la dueña del lugar donde presta sus servicios, que también recibe sus llamadas y paga sus anuncios. Mientras Rebeca habla, a la sombra del portal de una de las fincas de Ferraz, entra una mujer con dos niños, que exclama: «Ay, qué asco», y los niños pasan tapándose los oídos.

Las historias de las que se cruzan en Madrid empiezan, como las de Rebeca, en la necesidad económica. Vienen en autobuses fletados por los dueños de puticlubs, indican un par de asistentes. Desde Bilbao, Barcelona, Cádiz, Cáceres, Sevilla, Alicante, según enumera una de las portavoces de la recién creada Plataforma de Personas Afectadas por la Abolición, Susana Pastor. Los organizadores cuentan 1.500 asistentes, aunque a vuelo de pájaro la cifra podría estar en algo menos de la mitad de esa cifra.

«Tenemos sólo unos días, y llevamos muchas noches sin dormir ni descansar», reconoce Pastor, cuya primera intención era leer un manifiesto en el Congreso de los Diputados pero al llegar se enteraron que necesitaban un permiso. «Queremos que nos escuchen los políticos. Somos más de 150.000 las que nos dedicamos a la prostitución». Además de las mujeres, los hombres y las mujeres trans dedicadas a la prostitución, y que preferían el término «trabajadora sexual», los asistentes se identificaron como personal de limpieza, del «staff» de los clubes, empresarios e incluso un fotógrafo de anuncios.

Apenas se les escucha hablar, en medio de la algarabía de la tamborada y la música de fiesta que las acompaña. Ellas bailan, beben agua o cerveza, agitan pancartas que dicen: «Ni en Suecia ni en Francia hemos desaparecido. Nos han escondido», «Respeta mi decisión, soy libre», «Soy la re-puta que te parió», «Regularización ya», «Somos libres de trabajar y la prostitución es mi decisión», «Que no es ninguna bandera, que es un trabajo».

Un grupo de las más jóvenes viene de Pipos, en Alicante, que se anuncia en Facebook como un «hotel de lujo donde los clientes pueden acceder a habitaciones o suites con baño interior» y que «fletó un autobús con todos los gastos pagados», según una fuente de la organización. Una de ellas es Paola. «Tengo 25 años y cuatro hijos. Soy trabajadora de un puticlub por la necesidad de alimentarlos. Nadie decide por mi cuerpo. Con un sueldo normal no los mantengo. No es la mejor salida pero tampoco la peor. Ahora nos quieren quitar a los puteros. ¿Qué quieren? ¿Que venda drogas?». Se acerca una mujer que les dobla la edad. Dice que es camarera y que las conoce. «Son chicas muy buenas, maravillosas», las describe.

Pasto de mafias

Los tambores callan, comienza la lectura del manifiesto. «Señores del PSOE, pónganse en nuestros zapatos. Visítenos. No tenemos nada que esconder. Nosotras repartimos felicidad». El público estalla en aplausos con esta frase. «La abolición nos deja indefensas, pasto de las mafias, pasto de los violadores. Vamos a luchar. Nuestra fuerza es la vergüenza que siente el Estado por nosotras».

Detrás del barullo, Rebeca reconoce que está muy enojada y se exalta: «Yo no quiero ser masajista. Yo soy trabajadora sexual. ¿Dónde quieren que nos quedemos? ¿En Casa de Campo? ¿En un vertedero?», prosigue. «Hago lo que me da la gana con mi cuerpo. Tengo mis llamadas y mis clientes. Voy, trabajo y me voy a mi casa. Dicen que no nos persiguen. ¿Y a mis clientes los meten a la cárcel?».

Durante la protesta, a pesar del calor, algunas se ocultan detrás de máscaras del japonés teatro Noh, otras con las del carnaval de Venecia o con mascarillas y gafas de sol. Pero con un sonriente rostro descubierto, Elire, «21 años, albanesa», se muestra contraria incluso a la regularización con la que concuerda la mayoría de las entrevistadas. Pide que «nos dejen en paz para hacer lo que sabemos hacer. Sin que le importe a nadie nada».

Cuestión de lenguaje

Después de hablar con varias mujeres que ejercen la prostitución y preguntarles cómo prefieren ser llamadas, dicen que cuando les dicen «putas» se «empoderan». Prefieren ese término y que «nos llamen como nos han llamado toda la vida» a otros «eufemismos» que les resultan más «peyorativos». Tampoco les define, aseguran, el término «mujeres prostituidas», que define a «alguien obligado a mantener relaciones sexuales por dinero. A nosotras nadie nos prostituye». Las que hacen «este trabajo» son «prostitutas». Pero prefieren, y así se refieren a sí mismas, que las llamen «trabajadoras sexuales».

Las trabajadoras sexuales se concentran frente a Ferraz contra la propuesta del PSOE para abolir la prostitución

Piden que España imite a otros países de su alrededor y opte por una regulación «exigente y garantista»

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22 de junio de 2022

https://www.abc.es/sociedad/abci-trabajadoras-sexuales-concentran-frente-ferraz-contra-propuesta-psoe-para-abolir-prostitucion-202206221321_noticia.html

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