A todos los directores nacionales de Amnistía Internacional: total despenalización del trabajo sexual

 

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Firma esta petición

Apoyamos la propuesta de política global de Amnistía Internacional por la total despenalización del trabajo sexual en todo el mundo

https://secure.avaaz.org/en/petition/All_Country_Heads_Full_decriminalisation_of_sex_work/?ffhAlhb

 

Por qué es esto importante

Apoyamos la declaración de Amnistía Internacional que dice que los Estados tienen la obligación de ‘reformar sus leyes y desarrollar e implementar sistemas y políticas que eliminen la discriminación contra aquellas que ejercen el trabajo sexual’. Amnistía llama a los Estados a ‘buscar activamente el empoderamiento de los más marginados de la sociedad, en particular mediante la defensa de los derechos de libertad de asociación de aquellas personas que realizan trabajo sexual, el establecimiento de sistemas que garanticen el acceso a servicios sanitarios apropiados y de calidad, condiciones de trabajo seguras y lucha contra la discriminación o abuso por motivos de sexo, orientación sexual y / o identidad o expresión de género’

En los lugares donde muchos aspectos del trabajo sexual están penalizados —tales como la captación de clientes, vivir de las ganancias de una trabajadora sexual [las familias y los hijos son los que más sufren esto], ser gerentes— las trabajadoras sexuales deben hacer frente a la discriminación y el estigma que minan sus derechos humanos, incluidos los derechos a la libertad, a la seguridad personal, a la igualdad y a la salud. La evidencia sugiere que el riesgo de infección por el VIH de las trabajadoras sexuales está inextricablemente relacionado con su estatus marginado e ilegal, estatus que arrastra su trabajo a la clandestinidad y aumenta los abusos de la policía y la explotación por terceros.

Según la Nota Orientativa de ONUSIDA sobre VIH y Trabajo Sexual, “incluso allí donde los servicios están disponibles en teoría, las trabajadoras sexuales y sus clientes encuentran ante ellos importantes obstáculos para acceder a la prevención, al tratamiento y al apoyo frente al VIH, en particular allí donde el trabajo sexual está penalizado”. En los países donde el trabajo sexual está despenalizado, se ha demostrado que la violencia contra las trabajadoras sexuales ha disminuído, las relaciones entre las trabajadoras sexuales y la policía han mejorado y el acceso a los servicios de salud ha aumentado.

Las leyes punitivas que penalizan y castigan el trabajo sexual actúan como instrumentos que facilitan el acoso a las trabajadoras sexuales y hacen que éstas vean constantemente violados sus derechos humanos por los agentes de la ley, las autoridades sanitarias y los clientes. En muchos países, las trabajadoras sexuales son el principal medio del que se vale la policía para cubrir su cuota de detenciones, extorsionar dinero y extraer información. El amplio poder de la policía sobre las trabajadoras sexuales en forma de amenazas de detención y humillación pública y el uso de los preservativos como prueba de actividad ilegal, deshace lo conseguido durante años de eficaces promociones de la salud pública y y campañas contra el VIH y las ETS. Las pruebas forzadas de VIH son moneda corriente, así como las violaciones del derecho a un proceso justo y a la privacidad.

En muchas jurisdicciones, las trabajadoras sexuales son blanco de frecuentes acosos, abusos físicos y sexuales y “rehabilitaciones” forzadas. Donde el trabajo sexual es ilegal, las trabajadoras sexuales suelen creer que tienen poco que hacer contra las violaciones perpetradas contra ellas y evitan acceder a los servicios de salud por miedo a ser víctimas de más estigma y abuso.

Las trabajadoras sexuales apoyan el análisis de Amnistía Internacional del contexto de derechos humanos del trabajo sexual y las consideraciones de salud y otros extremos en relación a las trabajadoras sexuales. La derogación de las leyes punitivas y de las políticas contra las trabajadoras sexuales es imperativa. Agencias internacionales tales como la Comisión Global sobre VIH y Legislación, ONUSIDA, la Organización Mundial de la Salud, la Alianza Global coantra la Trata de Mujeres (GAATW) y el Observatorio de Derechos Humanos, han llamado a la despenalización del trabajo sexual o la defienden. La despenalización no es un intento de legalizar a los ‘proxenetas’, ni aumenta la explotación de las trabajadoras sexuales. Tales argumentos suponen una limitada comprensión de lo que es el comercio sexual y debilitan la lucha de las trabajadoras sexuales por el derecho a la salud y la justicia.

La despenalización ayudará a las trabajadoras sexuales a organizarse y combatir todas las formas de explotación, incluyendo las condiciones de trabajo abusivas, de calidad inferior o injustas instituídas por actores tanto estatales como no estatales. El movimiento por los derechos de las trabajadoras sexuales se alinea con los movimientos por los derechos humanos y por los derechos de las mujeres a la hora de condenar el abuso y la violación de los derechos de las mujeres, incluídas las trabajadoras sexuales. El trabajo sexual no debe ser considerado como lo mismo que la explotación sexual o la trata sexual.

Meena Saraswathi Seshu SANGRAM, India

 

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Meena Saraswathi Seshu es la secretaria general de Sampada Gramin Mahila Sanstha (SANGRAM), una organización sobre prevención, apoyo y tratamiento del VIH/SIDA que trabaja con personas marginadas en Maharashtra, India.

Meena tiene más de 20 años de experiencia trabajando con organizaciones comunitarias y fundamentadas en los derechos (particularmente con trabajadoras y trabajadores sexuales) en temas relacionados con el VIH/SIDA, salud sexual y reproductiva, violencia en contra de la mujer, alivio de la pobreza y derechos de género y minorías sexuales.

Adicionalmente, ella tiene más de 10 años de experiencia trabajando con movimientos mundiales en el tema de la violencia contra las mujeres y los derechos de las trabajadoras y trabajadores sexuales.

En 1996, SANGRAM agrupó a trabajadoras sexuales para formar VAMP (Veshya Anyay Mukti Parishad, que significa “trabajadoras sexuales luchando contra las injusticias»). Eso fue seguido, en el 2000, por un grupo de educación entre pares para hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y personas transgénero, MUSKAN y WLHIV.

http://www.hivhumanrights.org/about-us/who-we-are/meena-saraswathi-seshu/?lang=es