La prostitución en Barcelona: hacia un escenario de derechos

«Las putas también son mujeres, también se organizan, también tienen una voz y por supuesto también tienen derechos, por mucho que a muchos y muchas les incomode», asegura la concejala de Feminismos del Ayuntamiento de Barcelona

 

Laura Pérez – Concejala de Feminismos del Ayuntamiento de Barcelona

 

20/03/2016

 

http://www.eldiario.es/catalunya/opinions/prostitucion-Barcelona-escenario-derechos_6_496660346.html

 

 

El viernes asistí atónita al inicio de una campaña política contra el Ayuntamiento de Barcelona, una campaña de recogida de firmas de cargos públicos de Catalunya que plantea el rechazo a las políticas de protección de derechos de las trabajadoras del sexo que se está trabajando desde el Ayuntamiento de Barcelona. Este lanzamiento de campaña, en rueda de prensa, ha sido apoyada presencialmente por la presidenta de la Diputación de Barcelona, Mercè Conesa y por las alcaldesas Núria Parlon y Lluïsa Moret, de Santa Coloma y Sant Boi de Llobregat respectivamente.

Esta rueda de prensa no ha sido un acto de defensa de las mujeres. Ha sido un acto partidista y cargado de ligereza. El abordaje de esta problemática no puede hacerse sólo desde el escenario de la comodidad; desde el parapeto de la respetabilidad que disfruta el cargo público es sencillo tratar situaciones complejas como si no lo fueran. El problema es el efecto que producen estas iniciativas. Exactamente lo contrario a lo que dicen defender. La brecha entre los problemas reales de la ciudadanía y las instituciones ha quedado patente el viernes, y lo peor es que, lejos de defender los derechos de las mujeres, ha generado aún más subalternidad y sustrae la dignidad de todo un colectivo, como ellas mismas afirmaban en un comunicado de la Asamblea Pro Derechos Trabajo Sexual de Cataluña.

Nos preocupa el uso estratégico de los derechos de las mujeres por parte de algunos partidos políticos que se han caracterizado precisamente por negar la voz de muchas de estas por el solo hecho de dedicarse profesionalmente al trabajo sexual. Las putas también son mujeres, también se organizan, también tienen una voz y por supuesto, también tienen derechos, por mucho que a muchos y muchas les incomode. Barcelona cuenta con un movimiento de putas feministas potente que ha sido invisibilizado, infantilizado y despreciado históricamente. Para nosotros, sin embargo, son actores imprescindibles a la hora de diseñar estrategias de empoderamiento de las mujeres, y sobre todo, son aliadas firmes en la lucha contra la trata de mujeres con fines de explotación sexual. El argumento persistente de que cualquier estrategia que implique el reconocimiento de los y las trabajadoras sexuales es una forma de normalización de la trata es inaceptable. Barcelona, y todos los gobiernos, deben tener políticas firmes contra la trata y el tráfico pero nunca a costa de los derechos de las mujeres.

De la mano de estas políticas contra la trata hay que apostar pues por los derechos de las que ejercen voluntariamente. En Barcelona hemos aprobado una propuesta para garantizar espacios de trabajo dignos, con condiciones sanitarias y de seguridad y con conexión con los servicios municipales. También estamos facilitando procesos de escucha activa donde las propias trabajadoras sexuales recojan sus necesidades y demandas y las expongan a las instituciones. Asimismo estamos financiando nuevos proyectos para garantizar a todas aquellas que quieran salir de la prostitución itinerarios de empleo no estigmatizadores, y que realmente permitan un cambio cuando así lo decidan.

Estas actuaciones, de forma añadida, deben ir de la mano de políticas que luchen contra la feminización de la pobreza, y desde el gobierno de Barcelona estamos diseñando una estrategia específica con este objetivo. Estas políticas sin embargo, más de fondo, suelen quedar en un segundo plano en el debate sobre la prostitución y en especial en el discurso de quien criminaliza a las mujeres que, sin demasiadas alternativas laborales, deciden prostituirse.

Quiero pedir en este sentido más consistencia y exactitud en los discursos. El nivel municipal no tiene competencias para regular la prostitución otorgando derechos laborales, ni para abolirla. Ahora bien, lo que sí tenemos es la obligación y la capacidad de mejorar las condiciones de vida de las mujeres que la ejercen, de respetar las decisiones de las mujeres, de ofrecer alternativas, y de luchar en coordinación con el resto de administraciones y de actores judiciales y sociales contra la trata con fines de explotación sexual.

En este sentido, creemos que debemos sumar entre todas las fuerzas políticas para poner en marcha medidas estructurales y de cambio que al final reviertan en la defensa de los derechos de las mujeres.

 

No somos carne de vuestras campañas, ¡somos mujeres con derechos!

19 Sábado Mar 2016

 

Por  prostitutasindignadas

 

No somos carne de vuestras campañas, somos mujeres con derechos!

 

Las políticas públicas de defensa de los derechos de las mujeres que ejercen prostitución y aquellas que se encuentran en situación de trata con fines de explotación sexual no pueden ser parte de vuestras campañas políticas.

Comunicado Asamblea_No somos carne de vuestras campañas pero mujeres con derechos!_ Marzo 2016En respuesta a las declaraciones que los últimos días transmitieron un grupo de alcaldesas, principalmente de PSC y CIU, queremos expresar nuestra indignación. No creemos que sea nuestro papel recordarles que el ámbito municipal no tiene competencias para una regulación laboral de la prostitución.

En cambio, las sucesivas regulaciones de la actividad en la Ciudad de Barcelona fueron impulsadas justamente por vuestros partidos, PSC y a CIU. Se trata de marcos normativos – como la que reguló los locales de alterne en el 2001 a través de un decreto de CIU o la Ordenanza de Barcelona promovida por el PSC , cuya impulsora Asumpta Escarp, por cierto, se encuentra hoy imputada. La principal regulación fue para ambos partidos la Ordenanza de Convivencia, en el marco de las competencias municipales y lejos de encontrar soluciones se basó en promesas incumplidas a nuestros vecinos y priorizó vuestros negocios y vuestra moral a la ética de los Derechos Humanos.

La aplicación de vuestra regulación de la prostitución se ha dedicado a perseguir mujeres y desde el 2006 hasta el 2014 ha costado a las víctimas de Trata con fines de explotación sexual mantener deudas que para algunas suman más de 80.000€ y, para muchas otras, implican no poder normalizar su vida ni cobrar una prestación de maternidad. Se llama violencia económica, es violencia institucional y tiene consecuencias en el empobrecimiento del colectivo de mujeres que, ahora, decís defender.

Además, varios informes confirman lo evidente, las mujeres en situación de Trata han sido quienes más multas han recibido y quienes más han sufrido la violencia económica de vuestra regulación de la prostitución. Según la amplia muestra de datos del informe publicado por Genera(1), entre los años 2006 y 2014, el 30,18% de mujeres que ejercen prostitución, con indicios de encontrarse en situación de trata, sufrieron el 63,26% de las multas.

Sin lugar a dudas, estos datos deben preocupar al nuevo Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona para asumir su responsabilidad. Nuestra solicitud no es iniciar una nueva regulación de ámbito municipal pero en cambio generar políticas que garanticen los derechos de todas las mujeres que ejercen prostitución y que contrarresten las vulneraciones y las violencias que han supuesto las políticas previas a su cargo. Las vuestras.

Señoras alcaldesas, si os preocupa la situación de las mujeres que ejercen prostitución, asumid vuestras responsabilidades y las de vuestros partidos políticos en el empobrecimiento de las mujeres, en la ausencia de derechos y en las consecuencias que vuestras regulaciones han tenido durante casi diez años.

Y por favor, mientras tanto, no nos convirtáis en objetos, no somos carne de vuestras campañas y negociaciones políticas.  Somos mujeres con voz y con derechos que defender!

ASAMBLEA PRO DERECHOS TRABAJO SEXUAL CATALUÑA

 

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(1) Informe sobre la vulneración de derechos de las posibles víctimas de trata a través de las normativas municipales y políticas de persecución de las personas que ejercen prostitución. 2015. GENERA

 

Las leyes sobre prostitución en México son «patriarcales y misóginas»

 

Por Ximena del Cerro

 

2 de marzo de 2016

 
http://www.vice.com/es_mx/read/las-leyes-sobre-prostitucion-en-mexico-protegen-al-cliente-y-marginalizan-a-las-trabajadoras-sexuales

 

En México no existe una ley o reglamento que establezca alguna obligación o corresponsabilidad para los usuarios de la prostitución tanto a nivel federal como estatal. En cambio algunos estados cuentan con reglamentos que exigen a los y las trabajadores sexuales una revisión médica periódica, «utilizar medidas preventivas» para evitar cualquier enfermedad de transmisión sexual, estar registrados y obtener la aprobación de la Dirección General de Registro de Sexo Servidores de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social para poder ejercer, e instruir a los usuarios sobre los riesgos a la salud que la recepción de sus servicios podría causar.

 
La única ley federal en vigor relacionada con el trabajo sexual es la Ley General en materia de Trata, que establece como ilegal que un tercero se beneficie de la explotación sexual de una persona. Sin embargo, en el caso de que una persona practique la prostitución como un oficio —por voluntad propia o por necesidad económica— solamente puede remitirse a los reglamentos locales de algunos estados para contar con un reconocimiento legal de su trabajo.

 
Estos reglamentos deben seguirse para conseguir un permiso o licencia, los cuales permiten a los trabajadores sexuales ejercer su oficio. De ser una o un trabajador sexual activo y no contar con un permiso vigente, o encontrarse en un estado en el que aún no existen reglamentos para la obtención de una licencia, las autoridades suelen arrestar trabajadores sexuales bajo el argumento de atentar contra el orden público.

 
«Casi siempre que se habla de regular el trabajo sexual, se dice que quienes lo realizan deben de rendir cuentas frente al Estado, cuando deberíamos de reconocer que si viven en situación de prostitución es —casi siempre— porque viven en condiciones marginales», asegura el abogado Héctor Alberto Pérez Rivera, coordinador de la Clínica de Interés Público contra la Trata de Personas del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

 
De acuerdo con Pérez Rivera, este tipo de políticas que buscan regularizar el ejercicio de la prostitución voluntaria, son «patriarcales, machistas y misóginas», ya que buscan proteger al cliente y no a la persona que realiza el trabajo sexual:

 
«Los intentos regulatorios del trabajo sexual en México siempre buscan que quienes lo realizan estén en buen estado de salud, o que pague impuestos. Es decir, siempre se le ponen cargas a estas personas en lugar de ponérselas, en todo caso, al cliente», asegura. «Luego el Estado les dice a estas personas, ‘garantízame que estas sana’, pero no lo hace para cuidarlas; lo hace para cuidar a quien elige ser un cliente».

 
En los últimos años, algunos activistas y legisladores han intentado cambiar el modelo del comercio sexual en México, como la senadora Mónica Arriola Gordillo, quien en abril del 2014 presentó una iniciativa ante el Senado de la República para «salvaguardar el agente que ejerce la actividad de la prostitución» y legalizar las obligaciones de los clientes del trabajo sexual. En ésta se establecen medidas como «guardar consideración al trabajador sexual» al abstenerse de causar un mal trato con palabras o acciones y garantizar condiciones para que se pueda realizar el trabajo sexual, como acordar un espacio higiénico que asegure la vida y la salud. Sin embargo, casi dos años después de su presentación, ésta propuesta no ha sido aprobada.

 
Para Arriola, los adultos que escogen libremente trabajar en el sector del sexo, la preocupación política debería centrarse en mejorar sus condiciones de trabajo y de protección social, «para garantizar que gocen de los mismos derechos laborales y de los mismos beneficios que los demás trabajadores».

 
El único antecedente a la perspectiva de favorecer a los trabajadores sexuales en el país surgió enero de 2014, cuando la juez Paula García Villegas otorgó un amparo a favor de un grupo de mujeres y trabajadoras transgénero comerciantes de sexo en la Merced. Con éste se permitió que las trabajadoras recibieran credenciales de trabajadores no asalariados.

 
Al estar cubiertas por el Reglamento para los Trabajadores no Asalariados del Distrito Federal, estas mujeres adquirieron derecho de asociarse para la defensa de sus intereses, así como a recibir servicio médico gratuito en la Hospital General Dr. Gregorio Salas.

 
El resto de las personas que practican la prostitución voluntariamente en la capital deben solicitar físicamente una credencial en la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo. Esto lleva a un proceso burocrático, el cual fue creado en marzo del 2014 y hasta la fecha ha resultado en la expedición de 163 credenciales.

 
La mejora de las leyes relativas a la prostitución es uno más de los pasos para quitar los estigmas que viven los trabajadores sexuales en México. Como dice el abogado Héctor Alberto Pérez Rivera: «El término sexo servidor o sexo servidora ya no es correcto para referirse a una persona que se dedica a la prostitución por voluntad propia, o por necesidad económica. Este términos tiene una relación con la palabra servidumbre, que no encaja con la relación de trabajo entre un usuario de prostitución y la persona que brinda el servicio».

Un ajuste de cuentas

EVA_DEL_FRESNO_OKPor  Eva del Fresno

Martes 08 de marzo de 2016

http://www.asturias24.es/ideas/eva-del-fresno/posts/un-ajuste-de-cuentas

 

Cada 8 de marzo toca sacar los libros contables del feminismo, descansar un momento y hacer balance. ¿cuánto llevamos andado?, ¿por dónde tiramos ahora?, y – lo más importante – ¿estamos todas, o se quedó alguna atrás?. En este momento tenemos una deuda pendiente con el empoderamiento de todas las mujeres que están hoy ejerciendo la prostitución y que son el colectivo más expuesto a la explotación y la violencia.

Es una deuda compartida con toda la sociedad y concretamente con los partidos y organizaciones que se declaran a favor de la igualdad social y de género. A las políticas neoliberales y conservadoras poco más de lo que hacen por este colectivo se les puede exigir en conciencia ya que subvertir el sistema y buscar alternativas no forma parte de su ideario. Podemos esperar de la ideología conservadora que reaccione de distintas formas contra la discriminación y el estigma que afecta a las mujeres que ejercen la prostitución pero nunca, jamás, que este estigma sea cuestionado. Podemos esperar por ejemplo que se intensifiquen los controles policiales sobre las personas que ejercen la prostitución en la calle, que se eliminen páginas de contactos y se relegue la realidad de la prostitución a unos márgenes aun más ajustados y más alejados del mundo de lo cómodo y lo convencional. Podríamos esperar que se aumentara la inversión en medidas asistenciales y el apoyo a actos benéficos. Que se interviniera para “reinsertar” socialmente a las prostitutas y se aumentaran las medidas de prevención consistentes en demonizar la actividad, revictimizar o incluso criminalizar a las mujeres que la ejercen. Hasta que se regule la actividad en beneficio de las arcas del Estado y las grandes empresas. Pero desde este marco ideológico no cabe esperar que el discurso dominante y patriarcal sea sometido a análisis crítico. Ni que se facilite a las mujeres afectadas las herramientas para deconstruirlo.

El compromiso de empoderamiento de las mujeres que ejercen la prostitución lo tenemos que exigir de los partidos y los organismos comprometidos con la emancipación de las personas y los colectivos oprimidos como estrategia para lograr una sociedad más libre, justa e igualitaria. Es al feminismo y a la izquierda a quien se le puede exigir que actúe en conciencia con los valores que defienden y son ellos quienes han contraído a lo largo de los años una deuda que debe ser saldada antes de que la situación de este colectivo empeore aun más.

Responder a este compromiso significa acercarse a la problemática de la prostitución con la misma actitud con que se vienen abordando exitosamente todas las problemáticas sociales. Desde la homofobia al machismo, la explotación de clase o la marginación de las minorías étnicas. Ni más ni menos. Las mujeres que ejercen la prostitución necesitan para mejorar su bienestar contar con el mismo apoyo que el resto de grupos sometidos a la discriminación, la violencia, el abuso y la estigmatización social. No necesitan compasión, ni caridad. Ni que las salven, las protejan, ni ser rescatadas. No necesitan que alguien solucione sus problemas y les diga lo que tienen que hacer. No necesitan confiar en la política institucional, ni ser objeto de estudio o planes diseñados desde arriba. No necesitan que nadie las defienda y sea su voz para romper el silencio. No necesitan tus críticas, ni tus preguntas, ni tu indignación, ni tus denuncias, ni tus consejos o tus opiniones. Sobre todo no necesitan de la ignorancia y la prepotencia de la gente envueltas en afectación y sensiblería. Que se las revictimice o infantilice. Que tú difundas los detalles morbosos sobre las agresiones que sufren ni que yo imagine lo que sienten según como creo que me sentiría yo aunque no tenga ni idea. Sólo necesitan que se las respete lo suficiente para confiar en su capacidad de hacer todas estas cosas por sí mismas. Y que desde el exterior se les facilite esta tarea con lealtad y honestidad, y sin prepotencia ni paternalismo. Necesitan que otros movimientos compartan sus recursos y su experiencia solidariamente. Necesitan espacios propios para encontrase y apoyarse mutuamente, reconocerse, quererse, admirarse y recuperar la autoestima. Necesitan dirigir y protagonizar su propio proceso reivindicativo, gestionar su espacio, establecer sus prioridades, organizarse, pensar por sí mismas, andar su propio camino aunque implique tropezar y caer muchas veces y después levantarse para continuar avanzando. Necesitan luchar por sus derechos, representarse a sí mismas y hablar con voz propia. Establecer su propio discurso a base de reuniones, discusiones, asambleas, malentendidos y reconciliaciones. Necesitan construirse y definirse como colectivo, protagonizar y construir su propia historia. Encontrar en las demás los problemas comunes, el sentir común, el bien común y entregarse a su defensa para recuperar la dignidad, la alegría y la esperanza. Necesitan aprender como el resto de personas pero no de otros sino de sí mismas. Ellas han sufrido heridas pero no están rotas, porque no son víctimas sino supervivientes; y necesitan ser reconocidas como sujetos activos, interlocutoras válidas, especialistas en saber qué les ocurre, por qué y encontrar una solución. Ser vistas como iguales por la persona que las escucha. Que nos callemos un momento, que podamos acompañarlas en su proceso sin intención de liderarlo, que caigamos en la cuenta de que alguien que ha traspasado los límites de lo normativo, se ha enfrentado a la exclusión social, y ha vencido a la desesperación y el silencio, a lo mejor también es capaz de que aprendamos algo.

La vida de las prostitutas mejorará en la medida en que adquieran un mayor control sobre sus circunstancias vitales, sociales y económicas a través de la movilización colectiva (exactamente igual que nos ocurre al resto de mujeres). Los ingredientes para esta receta son el apoyo mutuo, el trabajo, la ilusión, y contar con un voto de confianza. ¿Se lo vamos a dar?

 

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Eva del Fresno Díaz

http://equoasturias.org/eva-del-fresno-diaz/

Me llamo Eva del Fresno. Aunque mi ciudad de nacimiento es Oviedo, llevo unos años viviendo en Campomanes, concejo de Lena, por lo que estoy vinculada al medio rural.

Soy Trabajadora Social y Especialista en Políticas de Género por la Universidad de Oviedo.

Dentro de EQUO soy coportavoz Federal de la Red EQUO Mujeres y Miembro de la Mesa de Coordinación de EQUO Asturias.

Conozco de primera mano las problemáticas de Asturias y el coste social de ser joven en una comunidad que cercena las posibilidades de desarrollo profesional y no plantea potenciar sus recursos naturales, humanos, culturales…

Mi experiencia laboral está ligada a potenciar la actividad de colectivos vulnerables, tanto en el sector privado como en el público, gestionando empresas de Ayuda a Domicilio y coordinando durante un tiempo la Casa de Encuentro de las Mujeres en Mieres.

Trabajar para plantear alternativas realistas es una obligación en estos momentos de políticas obsoletas que no nos permiten avanzar en un entorno de crisis. Estoy convencida que con EQUO en las instituciones la equidad, la democracia participativa y un modelo de economía sostenible, transformarán en ilusión y esperanza el presente y el futuro de las asturianas y asturianos.

Si quieres, puedes seguirme en twitter (@evadelfresno) y en facebook (evadel.fresno.7).

El tiempo de los reformatorios de mujeres ha pasado: no es lo mismo trata que prostitución

“El arma principal para combatir la trata es concienciar a los clientes”

¿Quién habla de penalizarlos?

Apoyando a las víctimas de trata  «Los hombres [que pagan por estos servicios] consideran que no se van a encontrar con esas situaciones, ya que están acostumbrados a que las mujeres solo les sonrían y no les cuenten nada», destaca el estudio. «Por eso, los datos nos ayudan a acercarnos a estos clientes. Porque el arma principal para combatir la trata es concienciarlos a ellos».

Eso dice Carmen Meneses, una de las investigadoras que ha participado en el informe titulado Apoyando a las Víctimas de Trata, según el artículo que publica El País.1
«‘El cliente es el primero que puede dar la alerta, por eso su papel es muy importante, ha advertido Meneses«, según la noticia difundida por la agencia EFE. 2

¡Qué distinta es esta apreciación del papel del cliente en la lucha contra la trata de esta otra!:

Deslegitimización social y pública, cárcel y multas. Esta es la respuesta que el Grupo Municipal de Ganemos Palencia exige para todos aquellos palentinos que utilicen los servicios de prostitutas.” 3

Ganemos Palencia (formación de la que está ausente Podemos) está dirigida por Izquierda Unida y expresa la política abolicionista de la prostitución compartida por muchos partidos y ONGs en España.

Entonces, ¿quién está defendiendo los derechos de las víctimas de trata? Porque esas dos propuestas —la del equipo académico de la Universidad de Comillas y la de los abolicionistas— son contradictorias. Y lo que es más llamativo, gran número de las ONGs que han respondido al cuestionario de la Universidad de Comillas como agentes en primera línea en la lucha contra la trata son abolicionistas y comparten el objetivo de Izquierda Unida: la abolición de la prostitución mediante la aplicación en España del “modelo sueco”, es decir, la penalización de los clientes.

El informe, que se puede descargar aquí: http://bit.ly/1TWpNFI, ha sido elaborado por investigadores de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE para la Delegación del Gobierno para Violencia de Género del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Y estas son las referencias que hace de los clientes:

«En definitiva, hay un sector importante de los hombres que pagan servicios sexuales que colaborarían y ayudarían a las mujeres que ejercen la prostitución coactivamente o son víctimas de trata. En unos casos porque desconocen la realidad de muchas mujeres que ejercen la prostitución y al saberla las ayudarían. Por ello, merecería la pena realizar una campaña de sensibilización contra la trata adaptada a las circunstancias de los clientes de prostitución, para que sea lo más eficaz posible.» (Pág 151)

«Es necesario diseñar y plantear una campaña de información y sensibilización contra la trata. En las encuestas y entrevistas realizadas para el estudio se observa que los hombres que residen en España han oído hablar de la trata pero desconocen el delito, y solo perciben un único tipo de prostitución: la voluntaria. Las campañas deberían ir dirigidas a tres tipos de colectivos masculinos de forma diferenciada, para que los mensajes tengan los contenidos oportunos y sean más eficaces:

  • · En primer lugar a hombres de población general, que ha oído hablar de la trata por los medios de comunicación social de forma superficial.
  • · En segundo lugar, a los jóvenes a partir de 17 años, que es cuando suelen comenzar a hacer uso de servicios sexuales de pago dado que se considera un rito de masculinidad. Estos jóvenes se están socializando en la mercantilización de las relaciones sexuales y afectivas.
  • · En tercer lugar, a los clientes de prostitución ofreciéndoles información precisa sobre diferentes aspectos (trata, salud, necesidad de protección en las prácticas sexuales…).

A los tres grupos se debe ofrecer información neutra, rigurosa y precisa para que si tienen la oportunidad de ayudar a alguna víctima de trata sepan cómo hacerlo.»
(Pág. 189)

Es evidente que el informe está desautorizando implícitamente la penalización de los clientes como forma de combatir la trata, y ello es coherente con los estudios que demuestran cómo la penalización de los clientes en Suecia ha supuesto una dificultad añadida en la lucha contra la trata.

Como dicen las investigadoras Susanne Dodillet y Petra Östergren en su trabajo sobre la Ley de Prostitución sueca 4 :

“Por lo que se refiere a los clientes, parece que ahora son menos proclives a colaborar como testigos en los casos en los que son procesados proxenetas que explotan el trabajo sexual de otros, ya que ahora se sienten ellos mismos culpables de un delito”.

Y otra práctica que se ha introducido subrepticiamente en España bajo la forma de ordenanzas municipales, al margen de la legislación estatal, como es la penalización de prostitutas en la calle (y a veces de sus clientes) merece esta consideración en el estudio, en el apartado de “necesidades de las víctimas”:

”Existen ciudades en donde se llega a sancionar el ejercicio de la prostitución en la calle. Las consecuencias para ellas son terribles, especialmente para aquellas que son tratadas, dado que la multa se une a la deuda que tienen con sus tratantes, y teniendo que incrementar sus ingresos en la prostitución a costa de opciones no deseadas o perjudiciales para su salud”

Es evidente entonces que las medidas que proponen los “abolicionistas” de la prostitución son medidas que dificultan la lucha contra la trata, dañan los intereses de las víctimas y solo favorecen los intereses de los tratantes.

¿Cómo es posible que organizaciones que se declaran enemigas de la trata de personas y que han colaborado incluso en la elaboración de este estudio, propongan medidas tan contraproducentes para los objetivos que dicen perseguir?

La explicación se encuentra en el mismo informe:

“Dos modelos teóricos coexisten en las ONGs que trabajan en contextos de trata y explotación sexual:

1. La que sustenta sus entidades, impregnada por la filosofía identitaria que marca sus valores, creencias y modo de acción; y

2. la que se relaciona y centra en la atención a las mujeres víctimas de trata”

Esa “filosofía identitaria que marca sus valores, creencias y modo de acción” es, en el caso de algunas de estas organizaciones, una agenda moral, religiosa o ideológica que supone la condena de la prostitución como un mal en sí misma y la estigmatización de las mujeres que la ejercen como mujeres afectas de algún tipo de disminución mental que hace que sean incapaces de tomar decisiones libremente y deban, por tanto, ser tuteladas como lo son los menores de edad o los incapacitados por decisión judicial.

Esta doble agenda, la de lucha contra la trata (que implica recibir “fondos públicos para mantener los servicios que prestan, bien a través de subvenciones para el desarrollo de programas propios, bien a través de alguna de las formas previstas en el ordenamiento jurídico para la gestión de los servicios públicos” (pág. 12)) y la de lucha contra la prostitución (en aplicación de sus creencias particulares) supone una contradicción, como hemos visto en los párrafos precedentes, que se manifiesta con toda crudeza cuando leemos en el informe:

“En general casi todos los servicios que plantean una ayuda a las víctimas conllevan el abandono de la prostitución, entre otras razones porque resulta más difícil ofrecerles protección si están ejerciendo la prostitución ya que pueden ser localizadas con mayor facilidad. Este es un problema que han planteado informantes de distintas provincias.

“Pues hay un problema económico. Es decir, una chica que está gastando 3.000€, que esté ganando 3.000€, que tenga una…sobre todo en el caso de las sudamericanas, que tengan unas cargas familiares en su país de origen, si van a un Centro de Protección, va a ganar cero. Sobre todo que ahí suele haber bastante control. (Policía)

Y en ese sentido, cuando las chicas ponen una denuncia sí, pero no quieren dejar de ejercer la prostitución porque tienen que mandar dinero a su país…Este es el caso, que nos pasa con chicas, principalmente, nigerianas. Y las ONG no las cogen si siguen ejerciendo. Con lo cual…eso lo tienen clarísimo y es una norma del centro. (Policía)” Pág 118

Lo que “tienen clarísimo y es una norma del centro” esas organizaciones es que su objetivo fundamental es erradicar la prostitución y no proteger a las víctimas de trata, y por tanto no dudan en usar los medios que el Estado ha puesto a su disposición con este último fin para extorsionar a las mujeres que quieren practicar libremente su trabajo –libres ya de explotadores– para subvenir a sus necesidades y a las de sus familias. “O bajo nuestra protección y sin prostitución, o con prostitución y bajo la ‘protección’ de los tratantes”, parece ser su lema.

Mientras no quede claro que no es lo mismo vender servicios sexuales —desde el derecho a decidir que tenemos todas las mujeres— que ser víctimas de extorsión y explotación por un tercero, no se podrá combatir de forma eficaz la trata. Porque solo defendiendo los derechos humanos y laborales de las trabajadoras sexuales, combatiendo con todos los medios el “estigma de puta”, se conseguirá que ellas mismas alcancen su emancipación.

Hay que desconfiar profundamente del enfoque paternalista que desposee a las víctimas de su característica humana más esencial, de su capacidad de decidir, para utilizarlas al servicio de agendas morales y religiosas que nada tienen que ver con la defensa de los derechos humanos y sí mucho con su conculcación.

El tiempo de los reformatorios de mujeres ha pasado.

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1.- http://politica.elpais.com/politica/2016/02/19/actualidad/1455886808_324206.html

2.- http://www.elmundo.es/sociedad/2016/02/19/56c6f6fc46163f91788b45e5.html

3.- http://www.diariopalentino.es/noticia/Z327BED5B-9A6E-05E9-0FF29E60A6187E83/20160217/ganemos/pide/carcel/multas/palentinos/recurran/prostitucion

4.- https://elestantedelaciti.wordpress.com/2016/02/17/la-ley-de-compra-de-sexo-sueca-exito-proclamado-y-resultados-documentados/


ANEXO

Subvenciones del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para proyectos de atención a víctimas de trata con fines de explotación sexual (2016)

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Haz clic para acceder a EntidadesSubvencionadas2016.pdf

Día por los Derechos de las Trabajadoras Sexuales: hacia la regulación

Este día es un homenaje a todas las personas que ejercen el trabajo sexual, que transgreden la norma social y luchan por lograr que el resto de la sociedad reconozca la dignidad de su trabajo y su derecho a decidir sobre su propia vida

 
Área de prostitución de APDHA
02/03/2016

 

http://www.eldiario.es/andalucia/APDHA/Dia-Derechos-Trabajadoras-Sexuales-regulacion_6_490360983.html

 

APDHA_EDIIMA20160302_1053_18    A lo largo del año hay días en los que se celebran muchas cosas, prácticamente de todo. A veces son días con fines consumistas, días patrióticos, o días donde la universalidad de lo que se celebra integra a todo el mundo. Otros días, sin embargo, pasan más de puntillas en el calendario del ciudadano común pero son días que no pueden ni deben olvidarse pues son un recordatorio de todo lo que como sociedad aún nos queda por andar. Son días dedicados al esfuerzo y a la lucha de los colectivos más estigmatizados que suponen un amplificador de la voz y los reclamos de los que no se oyen todos los días. Hoy es uno de esos. Hoy, 3 de marzo, se celebra el Día por los Derechos de las Trabajadoras Sexuales.

 
Este día es un homenaje a todas las personas que ejercen el trabajo sexual, que transgreden la norma social y luchan por lograr que el resto de la sociedad reconozca la dignidad de su trabajo y su derecho a decidir sobre su propia vida. Se celebra en esta fecha en particular rememorando en 2001 un festival en Calcuta al que acudieron más de 25.000 trabajadoras sexuales indias, a pesar de los esfuerzos de los grupos prohibicionistas por impedirlo.

 
Las personas que formamos este mundo debemos desarrollar una conciencia de la realidad del trabajo sexual y de los debates que se construyen en su entorno, porque nuestra sociedad se construye con la participación de todos los que formamos parte de ella de forma responsable, para la persecución de los ideales de igualdad, dignidad y respeto entre quienes formamos parte de ella. En este sentido, las personas que ejercen el trabajo sexual llevan años realizando movimientos reivindicativos de forma lenta pero ininterrumpida y que suponen un rechazo de la victimización social que sufren y una reivindicación de su protagonismo, dignidad, autonomía y capacidad de decisión. Es una vergüenza social que llevemos tantos años obviando los derechos de estas personas y decidiendo qué es lo mejor para ellas sin ni siquiera pararnos a escucharlas. Como cualquier otro individuo, no quieren ser víctimas ni delincuentes, solo reclaman el lugar que, como personas, merecen dentro de la sociedad.

 

Desde la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía defendemos que las personas trabajadoras del sexo deben disfrutar de los mismos derechos que cualquier otra persona trabajadora, incluyendo derechos laborales, salud laboral y seguridad en el trabajo, teniendo además en cuenta las características propias del trabajo sexual y el estigma de las personas que lo ejercen. Esto debe suponer en todo momento un abordaje de la regulación del sector del sexo primando siempre y, en todo caso, la garantía de los derechos de las personas trabajadoras y su capacidad de decisión y negociación frente a terceros, así como su libertad y autonomía en el trabajo. Esta regulación, sin embargo, debe pasar necesariamente por una negociación con quienes desarrollan esta actividad, pues no podemos desarrollar medidas reguladoras con el propósito de beneficiar al colectivo sin primero conocer su realidad y sus necesidades. Las voces de las trabajadoras sexuales muestran la riqueza de las experiencias, todas ellas igualmente válidas. Por ello, todas merecen ser escuchadas, respetadas y consideradas como interlocutoras válidas y como personas perfectamente capaces de expresar su situación y sus necesidades.

 
Por último, consideramos vital el papel de la sociedad en este proceso como pilar fundamental en la solución a la situación actual del trabajo sexual. Es un problema de todos porque se trata de una cuestión de derechos humanos. Hablar de trabajo sexual es hablar de Derechos Humanos y los Derechos Humanos nos conciernen a todos. Las personas que ejercen el trabajo sexual encuentran trabas, atropellos y vulneraciones de sus derechos en todos los ámbitos de su vida, no solo en el que deriva estrictamente de su actividad laboral, porque el estigma que sufren salpica todo lo que les rodea. Por ello hoy, 3 de marzo, celebramos este día, para recordar a los grandes olvidados por la sociedad, y para que, en definitiva, estos días sean el clamor de una voz que resuene en nuestras conciencias.

La prostitución es un trabajo, de Pia Covre

 

Pia Covre

 

Colectivo Hetaira

2 de marzo de 2016

 

Pia Covre y su compañera Carla Corso son veteranas del movimiento de las trabajadoras del sexo en Italia. En 1982 fundaron el Comitato per i Diritti Civili delle Prostitute, donde aún hoy siguen como activistas.

 

Tras leer varias malinterpretaciones de mi pensamiento citadas por terceros en ensayos y artículos periodísticos, me encuentro en la necesidad de aclarar mis posiciones sobre el trabajo sexual. Me he tropezado con textos que distorsionan tanto mis declaraciones como las de mi compañera Carla Corso y por ello quiero especificar aquí mi postura.

Además creo que, aunque los principios fundamentales que he madurado desde mi experiencia y que siempre han guiado mi activismo por los derechos de trabajadoras y trabajadores del sexo sigan siendo los mismos, la complejidad del contexto social y jurídico en el que nos encontramos no nos permite quedarnos estancados en posicionamientos ideológicos cerrados, sino que nos exige una reflexión constante.

¿Es la prostitución un trabajo?

Si el trabajo es el medio con el que conseguimos los recursos materiales que necesitamos para vivir, sin duda alguna el intercambio de sexo por dinero puede ser definido como tal, sobre todo si esta actividad es la única manera que tienen algunas personas para poder ganarse la vida, aunque sea solo durante una determinada época.

A lo largo de mi experiencia he conocido a mujeres que han accedido al trabajo sexual por distintas motivaciones. Para muchas de ellas, la prostitución es una opción determinada por circunstancias externas, vinculadas a una situación de necesidad y desamparo económico. Otras acceden más bien por libre elección. En este último caso, el trabajo sexual puede representar tanto una simple afición personal como una manera de cuestionar los roles de género establecidos, es decir, una rebelión. A pesar de la heterogeneidad de situaciones que caracteriza este colectivo, basándome en mi experiencia personal, puedo afirmar que todas las personas que se dedican a la prostitución, aunque se dediquen a ella por simple diversión, consideran esta actividad un trabajo.

Llevo 45 años en este ámbito laboral, primero solo como trabajadora y después, en los 33 años siguientes, también como activista. En estas décadas, los cambios económicos y políticos que han transformado el tejido social italiano han sido muchos y han afectado también al mundo de la prostitución. En 1965, cuando yo empecé, las mujeres que ejercían la prostitución en Italia eran mayoritariamente autóctonas y representaban un grupo numéricamente más pequeño que hoy en día. Aunque todavía no dispongamos de estudios estadísticos que nos proporcionen datos fiables y resulte imposible cuantificar a quienes se dedican al trabajo sexual, es bastante evidente que, con el paso del tiempo, este grupo ha ido progresivamente aumentando, así como que la mayoría de las trabajadoras del sexo hoy son mujeres migrantes.

Cuando empecé mi labor como activista, en Italia se iba desarrollando un tipo de Estado de bienestar en el que el acceso a las prestaciones sociales no estaba exclusivamente vinculado al trabajo asalariado y nosotras, como ciudadanas italianas, no nos sentíamos tan desprotegidas. El Estado, por ejemplo, nos garantizaba el derecho a la asistencia sanitaria aunque no nos reconociera como trabajadoras. También por ello, en ese momento, la regulación del trabajo sexual no era nuestra lucha prioritaria.

Lo que pedíamos entonces era la despenalización del trabajo sexual, que se acabara con la represión policial de la prostitución y que la sociedad empezara a demostrar un poco de respeto hacia nuestra opción de vida. El derecho a la libertad de elección sobre nuestros cuerpos era un tema central entre nuestras reivindicaciones y, para nosotras, formaba plenamente parte de la lucha por la emancipación femenina. Para muchas mujeres, de hecho, el trabajo sexual había sido la opción que les había permitido lograr su independencia económica, y por ende, representaba una clara posibilidad de empoderamiento que la sociedad tenía que empezar a reconocer y respetar.

Los cambios políticos y sociales producidos en estos años han modificado también la prioridad de nuestras reivindicaciones. Los Gobiernos de las últimas décadas han debilitado progresivamente las políticas públicas y sociales estableciendo leyes restrictivas para contrarrestar la inmigración y han tomado medidas cada vez más represivas en contra de la prostitución.

Como activistas, tenemos que pensar en medidas efectivas que nos permitan enfrentarnos a las transformaciones ocasionadas por la globalización, como el empobrecimiento de ciertos sectores de la población, el incremento de los fenómenos migratorios y el consecuente aumento de migrantes (hombres y mujeres) en el ámbito de la prostitución. En Italia, la obtención del permiso de residencia para los ciudadanos no comunitarios está directamente vinculada al trabajo asalariado reconocido jurídicamente. De este modo, todas las personas que trabajan en los sectores que forman parte de la economía sumergida, como el trabajo sexual, no tienen acceso a los derechos de ciudadanía. Además, la falta de reconocimiento jurídico del trabajo sexual está relegando a quienes lo ejercen a hacerlo en una situación de desprotección total frente a los eventuales abusos que puedan sufrir en el trabajo y está contribuyendo a su marginación social.

El trabajo sexual es una actividad comercial que produce una renta que tiene que ser reconocida jurídicamente. Por ello el debate de si es moralmente justo legalizar o criminalizar la prostitución es tiempo perdido. Es mucho más útil discutir sobre cómo se pueden obtener más espacios de autonomía y protección social para trabajadoras y trabajadores del sexo. Es más importante centrarse en la elaboración de medidas en contra de la explotación laboral, y focalizar el esfuerzo en el empoderamiento de quienes ejercen, frente a clientes, intermediarios, titulares de los clubes, etc.

En pie de guerra contra la nueva ley de prostitución alemana

Asociaciones y prostitutas en contra de la nueva norma, que entrará en vigor en 2017, porque solo busca «tener a toda la industria bajo control»

 

José-Pablo Jofré, Berlín – 01/03/2016
http://www.abc.es/sociedad/abci-guerra-contra-nueva-ley-prostitucion-alemana-201603012212_noticia.html

 

A mediados de 2017 entrará en vigor en Alemania una nueva ley sobre la prostitución con el objetivo de proteger a las trabajadoras del sector. El proyecto de ley diseñado por conservadores y socialdemócratas de la coalición de Gobierno ha puesto, sin embargo, en pie de guerra a prostitutas y asociaciones ya que no se trata de una ley de protección, sino de una de «control».

 
Bajo esta premisa, el miércoles se realizará en Hamburgo un congreso («Sexarbeits-Kongress») que discutirá el proyecto criticado por sindicatos, ONGs y académicos, así como por la Diakonie, la organización caritativa de la iglesia evangélica de Alemania.

 
La nueva norma propone una registro obligatorio de las prostitutas y el uso del preservativo

 
A fines de marzo el proyecto deberá ser aprobado en el gabinete ministerial y enviado al Parlamento, donde la coalición gobernante tiene mayoría. Entre los críticos –que la llaman «Ley de control»– se habla que tal normativa provocará el desplazamiento de las prostitutas y su marginación, quizás la única excepción es la obligatoriedad en el uso del preservativo, que según las asociaciones es difícil controlar. Otro de los controles previstos es el aumento de restricciones para los operadores de burdeles, así como una revisión sanitaria y el registro obligatorio de las prostitutas.

 
El escepticismo ante la nueva ley lo demuestra Undine de Rivière que regenta un centro de BDSM en uno de los barrios rojos más conocidos de Alemania en el distrito de St. George de Hamburgo: «La ley es una gran maquinaria legal para desplazar el trabajo sexual y tener a toda la industria bajo control», comenta De Rivière a la agencia DPA agregando que «no se trata de una ley de protección a las prostitutas, sino que una de control de la prostitución».

 
Según Gudrun Greb del centro de asesoramiento «Ragazza», «la prostitución es un problema para las autoridades, cuando se trata de su visibilidad» y recuerda que «el 70% de las prostitutas son migrantes». Para Greb, la nueva ley con sus controles echará por tierra la confianza entre prostitutas y asociación lograda tras años de trabajo.

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Prostitutas protestan en Alemania contra ley que les obligará a registrarse
03/03/2016

 

http://eldia.es/agencias/8571177-ALEMANIA-PROSTITUCI-N-Prostitutas-protestan-Alemania-ley-obligara-registrarse
Berlín, EFE Un grupo de prostitutas se manifestó hoy en la ciudad alemana de Hamburgo con un simbólico «carné de puta» contra un nuevo proyecto de ley del Gobierno que obligaría a las profesionales del sexo a registrarse y recibir asesoramiento.

 
Con este carné las prostitutas pretenden ilustrar lo que significaría para ellas verse en un futuro obligadas a portar consigo un documento de su registro como trabajadoras del sexo, explicó Friederike Strack, del centro de asesoramiento berlinés Hydra.

 
La protesta tuvo lugar de forma paralela al congreso organizado en la ciudad para analizar la futura regulación y las posibles consecuencias de su entrada en vigor, en el que participan desde ayer más de 200 expertos y prostitutas.

 
«El registro forzado fue abolido en 1927 por presión de los movimientos feministas», subraya el simbólico carné, en el que se recuerda que la inscripción sólo conduce a la estigmatización y obliga a las prostitutas a divulgar de manera no deseada su profesión.

 
El proyecto de ley, que será debatido por el Consejo de Ministros previsiblemente a finales de mes, establece que las prostitutas deberán registrarse cada dos años ante las autoridades y en el caso de las jóvenes de entre 18 y 21 años, cada año.

 
Una vez al año deberán además acudir a las instituciones sanitarias para recibir asesoramiento, a lo que se sumará la obligación a utilizar preservativos y la prohibición de ofrecer tarifas planas para sus servicios.
Los gerentes de prostíbulos necesitarán en un futuro un permiso para operar y deberán someterse a un control de antecedentes penales con el fin de evitar que el negocio caiga en manos de traficantes de personas.

 
En estos momentos la prostitución está regulada en Alemania por una ley aprobada en 2002 por la entonces coalición de gobierno entre socialdemócratas y verdes que reconoció a las trabajadoras del sexo derechos laborales y cobertura social como prestadoras de un servicio.
A pesar de ello, no hay cifras oficiales sobre este sector y diversos estudios estiman que en el país trabajan entre 200.000 y 400.000 prostitutas, la mayoría extranjeras.

 
El proyecto es un acuerdo de conservadores y socialdemócratas en el Gobierno de la canciller, Angela Merkel, que defienden la necesidad de mejorar la situación de estas mujeres ante el riesgo de explotación, violencia y enfermedades.