Libertad y deseo sexual: un vínculo etimológico

 

freno

 

Las palabras, como la energía, ni se crean ni se destruyen: solo se transforman. Viajando a través del tiempo y el espacio, modifican paulatinamente su estructura, su fonética y su significado, dando lugar a la evolución de las lenguas. Toda palabra tiene una deriva semántica, sometida a tantas variables como puede estarlo cualquier elemento de un sistema caótico, pero siempre conserva su huella genética: es lo que llamamos etimología. La ciencia de las etimologías no está tan avanzada como la genética biológica y todavía adolece de un alto grado de especulación, pero si el viaje a través de las formas cambiantes nos conduce por el hilo de una raíz a un significado constante, podemos considerar que hemos hallado el alma de una palabra. Y así hallaremos también la nuestra, porque el significado de las palabras es el significado de todo, y su búsqueda es “la búsqueda”.

Este pequeño artículo tiene su origen en un acontecimiento comercial de días pasados: el “viernes negro”. No teniendo nada que comprar y rodeada continuamente de letreros de “black friday”, mi imaginación me llevó a rememorar antiguas elucubraciones sobre las etimologías de las palabras viernes y friday. De vuelta a casa, me dediqué a profundizar más en el tema, y aquí os presento el resultado de mi investigación.

Viernes deriva del latín dies veneris, que quiere decir día de Venus, y que a su vez deriva del griego Aphrodites hemera (día de Afrodita); y friday (freitag, en alemán) significa día de Freya (1), la diosa del amor y la belleza en la mitología nórdica. Freya pertenece a los vanios (2), dioses del mar, lo que sugiere una correspondencia con Venus (3), nacida del mar…

Frei (al.) y free (ing.) significan libre, y derivan (4) del protogermánico *frija-, que significa libre, amor… igual que derivan de dicha raíz Freund (al.) y friend (ing.), que significan amigo, Freude (al.), alegría y Friede (al.), paz . Esta raíz común sugiere que el significado de libertad y el de atracción sexual forman, etimológicamente, una unidad en las lenguas germánicas. Esta idea se reforzaría si encontráramos que las etimologías de Venus y de Afrodita, de origen latino y griego, respectivamente, también llevan a la síntesis de libertad y deseo sexual. Esto es lo que voy a intentar a continuación.

Venus deriva (5) de la raíz protoindoeuropea *wen-es «, desear . No es fácil hallar una correspondencia con la palabra libertad, pero yo creo haberla hallado. Para explicarlo, deberé comenzar por definir libertad. Estoy seguro de que ninguno de vosotros había echado en falta hasta ahora dicha definición y de que estaréis de acuerdo con la que voy a enunciar. Libertad es la facultad de hacer lo que se desee. No parece que sea una palabra de extraño significado para la que haya que recurrir al diccionario, pero si la buscáis en el de la RAE (6), hallaréis varias acepciones, pero no ésta. Más adelante me extenderé en eso.

Libre deriva del latin liber, que se relaciona con libet (lat.), agrado, y a través de ésta con libido (lat.), ansia, deseo. El círculo se cierra si vemos que en alemán Liebe significa amor y acto sexual. Liber es el que puede hacer quod libet, lo que desea. Aquí también he encontrado la raíz protoindoeuropea (PIE *lubh-ehrgustar‘. IE relacionados: Skt. lobhaya– ‘enloquecer‘, pf. lulobhaestá trastornado‘, MoP ahiftan estar enredado, estar enamorado‘ ) y por ella avanzamos un paso: el deseo —pero no un deseo cualquiera sino el deseo sexual— enloquece, hace perder el juicio. Ya se llame enamoramiento o lujuria, quita el sueño y el apetito, no hay pensamiento más que para el objeto de deseo.

El enamorado está venado (sánscrito: venati: él desea, él anhela)(7); le ha dado la vena (8) y, lleno de una inspiración que raya con el delirio, escribe ardientes poemas. Solo logrará lo que desea si consigue la venia (9) de su amada, si se le concede la libertad de acceso.

Libre emparenta con Liebe (al.), como he dicho antes, pero ¿alguna palabra castellana emparenta con Frei (al.)? Creo haber encontrado una: freno. Freno deriva (a través del latín) de la palabra griega freno, que quiere decir… ¡freno! (10) y también, mente, juicio. Freno es la negación de Frei, es lo que coarta la libertad; es el instrumento del jinete para controlar al caballo, símil de la mente que controla los impulsos. Y la falta de freno es el desenfreno, la insensatez, llamada en griego afrosine, palabra que tanto recuerda otra castellana: frenesí, derivada ésta, a través del latín, del griego tardío frenesis (11).

Sin duda, la libertad, la consecución del deseo, se identifica con el desenfreno de los sentidos y de la mente, con los movimientos frenéticos y los roncos frémitos que anuncian la llegada del clímax, de la absoluta liberación del orgasmo, en perfecta comunión con la Diosa.

No está claro el origen del nombre de Afrodita, la griega. Hesíodo, en su Teogonía, dice que se llamó así por nacer de la espuma (afro, en griego). Los filólogos lo ponen en duda, en base a profundas consideraciones etimológicas. Pero yo, en mi atrevimiento, lo creo razonable: ¿no es de considerar el desenfreno con el que brota la espuma de champán de la botella, la de la leche del cazo en el que hierve, la de la otra leche del otro cuello de botella? Porque de la espuma de esta última leche, batida durante largo tiempo por las olas del mar, nació Afrodita.

Narra Hesíodo que Gea (la Tierra), en un supremo esfuerzo de liberación femenina, convenció a su hijo Cronos de que segara con afilada hoz los genitales de su violento esposo Urano (el Cielo) que ocultaba los hijos de ambos según iban naciendo. Y así lo hizo Cronos, arrojando después al mar el divino despojo. Así nació Afrodita, la indómita, la lujuriosa, la que no conoce más ley que la suya propia y a cuya ley todos (12) deben someterse, desde el poderoso Zeus hasta el último insecto, porque su fuerza es la de la vida. “Salió a tierra la veneranda y bella diosa, y al paso de sus pies delicados iba creciendo la hierba” (13).

En el mismo sentido, refuerza esa interpretación del nombre de Afrodita el relato de Eurípides en Las Troyanas, cuando, en palabras de Hécuba (la madre de Paris), presenta como siendo una sola cosa a Afrodita, la afrosine y Helena, encarnación ésta última de las otras dos. Derrotada Troya, Helena es entregada a su esposo Menelao y ella, en defensa propia, dice que fue Afrodita, que se presentó acompañando a Paris, la responsable de su enamoramiento, a lo que responde Hécuba:

“Fue mi hijo de notabilísima hermosura, y tú, al verle,
la verdadera Afrodita. A todas sus locuras (afrosine) llaman
Afrodita los mortales, y el nombre de esta diosa tiene
en ellas (en afrosine) su raíz, y tú, al admirarlo con sus lujosas
galas y vestido de oro resplandeciente, sentiste
arder en tu pecho el fuego de la lujuria”.

Helena alcanzó la libertad al huir con Paris. Ahora, Troya ha sido destruida y todos la culpan a ella de la guerra. Porque solo ella actuó con libertad y puede, por tanto, ser considerada responsable. Los demás se vieron obligados a matar y morir en el campo de batalla: ¿qué otra opción tenían si un acto de amor puso en marcha la maquinaria de la guerra, de la que los hombres no pueden escapar?. La dulce Afrodita, que huye del campo de batalla al recibir un ligero rasguño, es la responsable de la horrible hecatombe, pues es la única que actuó con libertad. Donde reinaron la belleza y la dulzura reinan ahora la destrucción y la muerte, y podría parecer que Atenea ha vencido a Afrodita; pero no es así, porque sus dominios no se tocan: Atenea siempre vence en la guerra y Afrodita, en el amor.

  • La libertad es la realización del deseo.
  • La libertad es el deseo mismo desde que aparece hasta que se consuma.
  • Libertad y deseo son el nombre de la Diosa.

No sería difícil de aceptar por Hécuba y Menelao la definición que de libertad hace el Diccionario de la RAE. Para definir la libertad (14), la Real Academia hace como los lobos para definir su presa: dar vueltas en torno a ella hasta que deciden atacar. Tras varios intentos fallidos, al fin hace una definición aceptable, aunque sesgada: “libertad es la contravención desenfrenada de las leyes y buenas costumbres”.

Es aceptable, porque quien contraviene las leyes y las buenas costumbres hace lo que desea (y más si lo hace de forma desenfrenada) y es sesgada porque, por exclusión, no considera libertad la contravención si no es desenfrenada, y menos aún considera libertad el cumplimiento de la ley y las buenas costumbres.

Se deduce que la RAE entiende que el cumplimiento de las normas no puede considerarse libertad; y pone además la condición del desenfreno para que un acto de contravención sea considerado libre. Lo que pretende realmente con esa condición —que define como “acto de entregarse desordenadamente a los vicios y maldades”(15), cuando el Diccionario de Espasa-Calpe lo define como “falta de contención y moderación en las pasiones”(16)— es estigmatizar el concepto de libertad. Pero, obviamente sin quererlo, esto refuerza mi tesis de que libertad, desenfreno y deseo sexual son, en esencia, el mismo concepto, y revela que es algo que los señores académicos de la RAE tienen tan claro como lo tuvieron Hécuba y Menelao.

En cuanto a la palabra que defina “deseo sexual” sin otras connotaciones, no he encontrado en el Diccionario de la RAE más que tres: libido, de uso en psicología; cachondez, de uso vulgar; y deseo. Sí, deseo, a secas. Deseo deriva (17) de la palabra latina desidium, que significa ocio y deseo sexual. El deseo sexual es, pues, “el deseo”, y todos los demás deseos lo son en sentido figurado. Y “la libertad” es, por tanto, la libertad sexual, y todas las demás libertades lo son también en sentido figurado.

Hay otras palabras castellanas que designan el deseo sexual, pero todas ellas están estigmatizadas en su uso habitual, como habitualmente ha estado estigmatizado el deseo sexual; palabras como lascivia (“propensión a los deleites carnales”), lujuria (“deseo excesivo del placer sexual”) y salacidad (“inclinación vehemente a la lascivia”). En cualquier caso, en este trabajo he utilizado alguno de estos términos como sinónimo de deseo sexual, sinónimo dotado, incluso, de mayor enjundia.

Voy a terminar; pero no sin antes advertiros, queridos lectoras y lectores (aunque sé que lo sabéis), que el deseo es una energía de alta intensidad que solo la Diosa puede manejar a su antojo, ya que para ella, inmortal, la existencia es puro juego. Solo ella es plenamente libre y, por tanto, irresponsable. No es ese nuestro caso, meros mortales, atados siempre a las consecuencias de nuestros actos. Por eso, a la vez que imploramos a la Madre del Amor y la Belleza una gota de su divino néctar, debemos estar siempre atentos al freno, no sea que nuestra insensatez nos lleve hacia el triste destino al que la suya condujo a la infortunada Helena o, también —y esto va por vosotros, hombres—, al infortunado Urano.

 

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1.- http://www.etymonline.com/index.php?allowed_in_frame=0&search=friday

2.- https://es.wikipedia.org/wiki/Vanir

3.- Otra coincidencia es el nombre de Visnú, uno de los tres dioses principales hindúes; coincidencia que cobra sentido si reparamos en que una de los avatares o encarnaciones de Visnú es una mujer de atractivo sexual irresistible llamada Mohini («enloquecedora»). https://es.wikipedia.org/wiki/Mohin%C4%AB

4.- http://starling.rinet.ru/cgi-bin/response.cgi?single=1&basename=%2Fdata%2Fie%2Fgermet&text_number=++1348&root=config

5.- http://www.etymonline.com/index.php?term=venus

6.- http://dle.rae.es/?id=NEeAr5C

7.- http://www.wordreference.com/es/en/translation.asp?spen=venado

Sánscrito: Ven: desear, anhelar. Venati: él desea, él anhela.
http://sanskritdictionary.com/ven/222530/1

8.- http://www.wordreference.com/es/en/frames.aspx?es=vena

9.- http://www.wordreference.com/es/en/frames.aspx?es=venia

10.- https://translate.google.es/?hl=es&tab=wT#el/es/%CF%86%CF%81%CE%AD%CE%BD%CE%BF

11.- Dictionnaire Etymologique De La Langue Grecque (1968) – Pierre Chantraine, pp-1247-48

12.- Sólo tres personajes son inmunes al poder de Afrodita: Atenea, Hera y Artemis, las tres diosas vírgenes.

13.- Hesíodo. Teogonía.

14.- http://dle.rae.es/?id=NEeAr5C

Crítica de la definición de libertad por el Diccionario de la RAE:

1. f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
Esa facultad también la tienen los esclavos. Al no hacer mención al deseo del que actúa o deja de actuar, esta afirmación equivale a decir que libertad es la “facultad” que tienen todos los hombres de ser responsables de todo lo que hagan o dejen de hacer, haya sido o no ese su deseo.
2. f. Estado o condición de quien no es esclavo.
Tautología: estado de quien no tiene el estado contrario. Libertad es aquello que posee quien no está privado de ella.
3. f. Estado de quien no está preso.
Lo mismo que lo anterior.
4. f. Falta de sujeción y subordinación.
Lo mismo que lo anterior
5. f. En los sistemas democráticos, derecho de valor superior que asegura la libre determinación de las personas.
Lo definido no debe entrar en la definición. Si no se cumple esa regla se está cayendo en un error lógico que se conoce como “círculo vicioso”.
6. f. Prerrogativa, privilegio, licencia. U. m. en pl.
Otra vez, lo que posee quien no está privado de ello.
7. f. Condición de las personas no obligadas por su estado al cumplimiento de ciertos deberes.
Lo mismo que lo anterior.
8. f. Contravención desenfrenada de las leyes y buenas costumbres.
Esta definición sí es aceptable, porque quien contraviene las leyes y las buenas costumbres hace lo que desea (y más si lo hace de forma desenfrenada), y es sesgada porque, por exclusión, no considera libertad la contravención si no es desenfrenada, y menos aún considera libertad el cumplimiento de la ley y las buenas costumbres.

 

15.- http://dle.rae.es/?id=CtJskHc
16.- http://www.wordreference.com/definicion/desenfreno
17.- http://www.hispanoteca.eu/Foro-preguntas/ARCHIVO-Foro/Deseo-desear.htm