ESTIGMA

http://harlotsparlour.com/2015/10/27/stigma/

EstigmaEl estigma daña a la trabajadora sexual individual y determina también la forma en que todas las trabajadoras sexuales son juzgadas por la sociedad. El estigma niega a las trabajadoras sexuales cualquier identidad individual reduciéndolas a caricaturas en la literatura y retratándolas en los medios populistas como criminales o pervertidas. El estigma justifica el odio a sí misma de la trabajadora sexual y determina leyes que la penalizan a ella y al trabajo sexual, legitimando el prejuicio y la injusticia, e infunden en la trabajadora sexual un sentimiento de inutilidad y alienación.

La verdad es que el trabajo sexual no es nocivo, no hace daño a nadie y no mata a nadie, y cualquier daño asociado al trabajo sexual es casi exclusivamente el resultado del estigma. Cuando las trabajadoras sexuales activistas argumentan a favor de la despenalización deben justificar ese argumento, no solo en términos de derechos laborales sino también como el primer paso para terminar con el daño que el estigma causa a las trabajadoras sexuales y también a la sociedad en términos mucho más amplios ya que el estigma determina no solo la opinión sobre el trabajo sexual, sino también cómo la sociedad entiende la diversidad y la experiencia sexuales humanas.

Cuando leo las historias de aquellas que se presentan como supervivientes del trabajo sexual y/o mujeres prostituídas (raramente hombres), reconozco y empatizo no con sus afirmaciones de que el trabajo sexual (que es el trabajo físico de tener sexo) ha causado daño, sino con la raramente reconocida verdad de que es el estigma el que realmente les ha hecho daño, a menudo dejando profundas cicatrices emocionales. Si, algunas personas también cuentan historias de chulos y clientes violentos, pero ya que la mayor parte de las que reclaman el estatus de superviviente están trabajando con organizaciones cuya intención es cargar de emoción el debate acerca de las trabajadoras sexuales a fin de criminalizar aún más el trabajo sexual, una no puede evitar un cierto escepticismo hacia alguna de esas afirmaciones. Eso no quiere decir que la violencia no exista en el trabajo sexual, sino más bien que no existen pruebas sustanciadas de que sea endémica o de que la violencia sea especialmente específica del trabajo sexual. Reconozco sin embargo que todas las trabajadoras sexuales, independientemente del lado de la valla en que se encuentren respecto a la penalización o despenalización e independientemente del género o de la orientación sexual, sufren los efectos del estigma y que los efectos del estigma pueden tener implicaciones a largo plazo.

El papel de la trabajadora sexual es ser una facilitadora de placer. Reconozco que el trabajo es mucho más complejo y más matizado que esto, pero esencialmente, ese es nuestro trabajo. Dar placer es por lo que se paga a una trabajadora sexual. Por lo que no son pagadas las trabajadoras sexuales es por el dolor mental que supone llevar una vida vivida (con demasiada frecuencia) en secreto, por el miedo constante de ser descubierta, juzgada y condenada por tener sexo con extraños a cambio de un pago. El daño psicológico, que es el castigo emocional que las inflige la sociedad por recibir un pago a cambio de sexo, por tener sexo sin ninguna pretensión de auténtica emoción o atracción, es muy real y algo que deben aguantar y aprender a sobrellevar o sufrir convirtiéndose en víctimas del mismo.

El trabajo sexual es trabajo y como cualquier trabajo tiene agobios, decepciones y tensiones a diario, así como emociones y placeres. La naturaleza humana nos condiciona a todos nosotros como animales sociales que gustan de compartir y recibir apoyo y elogios en igual medida. Compartir alivia el estrés; sin embargo, la vergüenza que nuestra sociedad prescribe como lo que se merece la trabajadora sexual, junto al requisito legal de trabajar en aislamiento, hace que demasiado a menudo la trabajadora sexual no pueda acceder a los necesarios mecanismos de apoyo. Encontrar amigas entre las compañeras trabajadoras sexuales no es siempre fácil en un mercado competitivo y encontrar personas entre los amigos corrientes y la familia a las que se pueda confiar la verdad acerca de cómo haces para ganar tu dinero, es a menudo incluso más difícil. Aunque existe apoyo en forma de proyectos, el miedo a decir demasiado, a ser oficialmente reconocida, registrada, incluso en un proyecto de apoyo, es una perspectiva aterradora para muchas trabajadoras sexuales, incluso en aquellos países que ofrecen alguna forma de legalización. Tomad por ejemplo Alemania: en Alemania muchas trabajadoras sexuales temen registrarse en cualquier formulario burocrático, aunque sea para conseguir apoyo, por miedo a que el trabajo sexual o el estigma de haber sido una vez trabajadora sexual pueda seguirlas si algún día dejan la industria, se casan, tienen hijos, o hacen una carrera al margen de su profesión de elección. El estigma es, por tanto, el mejor amigo de los enemigos del trabajo sexual, el mejor amigo de la industria del rescate. El estigma impide a muchas trabajadoras sexuales hablar positivamente de su trabajo, fuerza al trabajo sexual a existir en un mundo de sombras y permite que las trabajadoras sexuales sean fácilmente caricaturizadas como víctimas por sus enemigos.

El estigma lleva a demasiadas trabajadoras sexuales a considerarse a sí mismas como indignas y menos humanas que el resto de la sociedad por vender sexo, lo que explica por qué tantas “así llamadas supervivientes” son animadas por la lucrativa industria del rescate a representar su trabajo como una sucesión de violaciones. En la mayor parte de los casos nunca fue así, pero debido a que la sociedad juzga el intercambio de sexo por dinero como inmoral, incluso si se hace de mutuo acuerdo, la trabajadora sexual es juzgada como una vergüenza, una puta sin autoestima, indigna y sin valor en la sociedad moderna. En efecto, a la superviviente se le da por tanto la alternativa de aceptar su propia deficiencia moral o agarrarse a un chivo expiatorio que se le ofrece diciendo que el proceso de vender sexo se le había impuesto a la fuerza y por tanto había sido una sucesión de agresiones sexuales que la habían convertido en víctima de su propia ocupación. Culpar al trabajo sexual se convierte en la excusa sobre la que depositar sus aprendidas, enseñadas, internalizadas culpa y vergüenza.

El estigma es la razón por la que es tan importante la despenalización del trabajo sexual. La despenalización no bastará para terminar con el estigma pero empezará a permitir a las trabajadoras sexuales organizar auténticos mecanismos de apoyo dirigidos por ellas mismas. La despenalización permitirá al trabajo sexual recuperar su lugar en una sociedad en la que lo positivo del trabajo sexual sea reconocido y donde la ley apoye a las trabajadoras sexuales en lugar de obligarlas a trabajar en el aislamiento y el secreto. Eliminando el lazo entre criminalidad y trabajo sexual, la sociedad puede evolucionar hacia una comprensión del trabajo sexual y de la conducta sexual humana que no se forme exclusivamente en un contexto de moralismo religioso y legal que entiende la conducta sexual de una persona como un juicio sobre el valor de esa persona. Quizás es esta la auténtica razón por la que los moralistas presentes en los medios y en la política prefieren escuchar la propaganda anti trabajo sexual en lugar de las verdades de las trabajadoras sexuales, refiriéndose al trabajo sexual como la mercantilización de la persona de la trabajadora sexual, como si fuera un objeto para ser vendido y usado, cuando de hecho la verdad es que, mercantilizando el sexo, el trabajo sexual constituye un reflejo realista y más empático de la verdad de la conducta sexual humana. Es esta verdad lo que los moralistas no pueden aceptar.

El estigma es el auténtico enemigo que encierra a las trabajadoras sexuales en una cárcel sin barrotes, una cárcel a menudo construida por ellas mismas, y eso no lo sufren sólo las trabajadoras sociales sino toda la sociedad.

La prostitución como violencia de género: asalto al Estado de Derecho. Hacia la prohibición de la prostitución en España.

Publicado por primera vez el 23 de noviembre de 2019

La prostitución como violencia de género: asalto al Estado de Derecho. Hacia la prohibición de la prostitución en España.

Campaña del Ayuntamiento de Badajoz «contra esta forma de violencia de género». Diciembre 2019. Foto: AYUNTAMIENTO DE BADAJOZ

La prohibición de la prostitución en España es inminente. La exigencia al próximo gobierno de una ley que penalice a los clientes y todo tipo de proxenetismo, exigencia liderada por la facción radical del feminismo, domina el discurso en todos los ámbitos. ¿Su fundamento?: el dogma de que la prostitución es violencia de género. Un dogma introducido ya en el Pacto de Estado contra la violencia de género sin ningún tipo de debate, sin necesidad de ninguna argumentación, tan sólo por la presión de las organizaciones abolicionistas.

El dogma de la prostitución como violencia de género era necesario para prohibir la prostitución mediante la penalización de los clientes. No bastaba con el mito de que el 80% de las prostitutas son víctimas del mito de la trata de personas con fines de la fantasmal (por indefinida) “explotación sexual” , porque se admitía que un 20% de las prostitutas lo eran por libre decisión y, entonces, ¿cómo desposeer de sus derechos fundamentales a esas mujeres que deciden libremente sobre su cuerpo y sobre su vida?¿Cómo lanzar el ataque al Estado de Derecho que reconoce mediante sus principios constitucionales el derecho de las mujeres a ganar dinero mediante la venta de servicios sexuales, el derecho a prostituirnos?

No argumentan por qué la prostitución debe ser considerada violencia de género. No en España, donde no tienen necesidad de argumentar nada. Pero el argumento, tal como lo expresan en otras partes, es que el sexo consentido sin deseo sexual por parte de la mujer es violencia contra ésta. Un argumento absurdo.

Sólo la conciencia de la enormidad de una ley como la que andan buscando las dominadoras de las mujeres y sus aliados y del enorme coste social y presupuestario que supondría puede frenar su aprobación. Un coste social que llevaría a la deportación masiva de inmigrantes indocumentadas y al paro sin derechos —a la miseria— a decenas de miles de mujeres; un coste presupuestario que supondría la creación de miles de nuevos puestos de policía para vigilar a todas y cada una de las prostitutas y la subvención a un enjambre de ONG rescatadoras —un nuevo Patronato de la Mujer— dirigidas por abolicionistas, tanto seglares como religiosas.

El enorme coste social y humano que supondría crear las condiciones para el control total de la prostitución clandestina por la mafia policial.

Frente a esta ofensiva totalitaria, las trabajadoras sexuales y sus aliadas y aliados, los defensores de los derechos humanos, de los derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, de los derechos de las mujeres, del Estado de Derecho, sólo tienen un camino posible: la defensa de la total despenalización del trabajo sexual en los términos expresados en el Manifiesto Político de las Trabajadoras Sexuales del Estado español.

Por los derechos de las trabajadoras sexuales, por los derechos de las mujeres, por los derechos de la humanidad, por la libertad y la democracia,

SUSCRIBE Y DIFUNDE

el

MANIFIESTO POLÍTICO DE LAS TRABAJADORAS SEXUALES DEL ESTADO ESPAÑOL

En España, la trata fue abolida en el siglo XIX

 

 

30.- ¿Qué es la «trata de personas»? 

Trata es la compraventa de mercancías.

No puede existir “trata de personas” (o “trata de seres humanos”) si esas personas no han sido reducidas previamente a la condición de esclavos (y, por tanto, de mercancías) en virtud de leyes de esclavitud vigentes en un momento y en un Estado concretos. Esas leyes respaldan el derecho de propiedad de unas personas sobre otras y garantizan con los tres poderes del Estado el derecho de las primeras a comprar y vender a las segundas: si un esclavo se escapa, la policía se encarga de detenerlo y devolverlo a su propietario.

En España, la esclavitud fue abolida en el siglo XIX: hoy, no hay ni esclavitud ni trata.

Aunque la propaganda institucional abolicionista intenta hacer creer que las víctimas de lo que el actual Código Penal llama «trata de seres humanos» son mujeres secuestradas y violadas, como si esta llamada «trata» fuera una auténtica trata, la realidad es que la condición indispensable para que una mujer pueda llegar a ser considerada víctima de «trata» es que haya existido libre consentimiento, ya que, si no hubiera existido el libre consentimiento, los delitos serían de secuestro y violación, claramente tipificados en el Código Penal.

Los vicios del consentimiento que pueden invalidar éste ya están contemplados en nuestro sistema jurídico: no es lo mismo un consentimiento invalidado por iniciativa de la persona titular del bien jurídico protegido —la libertad sexual, la libertad de empresa, el derecho al trabajo— que consigue demostrar que su consentimiento fue viciado que un consentimiento despreciado por la ley como “irrelevante” violando la dignidad de la persona que lo dio libremente.

La expresión “explotación sexual”  que menciona el Código Penal como finalidad de la «trata» no ha sido definida ni en la legislación internacional ni en la nacional. Eso viola el principio de legalidad, creando una situación de inseguridad jurídica incompatible con el Estado de Derecho.

Por eso, una de las reivindicaciones en que se concreta nuestra lucha por la total despenalización del trabajo sexual es la supresión del párrafo b) del artículo 177 bis del Código Penal (De la trata de seres humanos) que dice “La explotación sexual, incluyendo la pornografía.”

Basta con las leyes generales que nos protegen contra el secuestro, la violación y los vicios del consentimiento en defensa de nuestra plena y responsable libertad personal.

Del Putecismo

 

Nueva York: Fiscal desestimará 1.000+ órdenes de arresto relacionadas con la prostitución

El fiscal del condado de Kings, Eric González lleva años apoyando la despenalización del trabajo sexual, o incluso su total legalización en algunas circunstancias.

 

Por TELEMUNDO 47

29 de enero de 2021

https://www.telemundo47.com/noticias/local/fiscal-de-brooklyn-desestimara-1000-ordenes-de-arresto-relacionadas-con-la-prostitucion/2145533/

 

El fiscal del condado de Kings, Eric González.

 

Lo que debes saber

  • La oficina del fiscal de distrito de Brooklyn ha desestimado o pronto desestimará más de 1.000 órdenes de arresto relacionadas con la prostitución de los últimos 50 años, y está pidiendo a los legisladores que eliminen otras 25.000 condenas.
  • El fiscal del condado de Kings, Eric González, anunció la medida el viernes por la mañana, diciendo que su oficina ya no procesaba los delitos en cuestión (prostitución y merodeo con fines de prostitución) y que las órdenes «socavan la seguridad pública» al llevar a la gente a la clandestinidad.
  • González lleva años apoyando la despenalización del trabajo sexual, o incluso su total legalización en algunas circunstancias.

 

NUEVA YORK — La oficina del fiscal de distrito de Brooklyn ha desestimado o pronto desestimará más de 1.000 órdenes de arresto relacionadas con la prostitución de los últimos 50 años, y está pidiendo a los legisladores que eliminen otras 25.000 condenas.

El fiscal del condado de Kings, Eric González, anunció la medida el viernes por la mañana, diciendo que su oficina ya no procesaba los delitos en cuestión (prostitución y merodeo con fines de prostitución) y que las órdenes «socavan la seguridad pública» al llevar a la gente a la clandestinidad.

González también pidió a los legisladores estatales que aprueben una ley que elimine las más de 25.000 condenas por esos dos delitos en Brooklyn que se remontan a 1975.

“Anular estas órdenes de arresto y desestimar estos casos es consistente con mi opinión de que aquellos que participan en estas actividades deben recibir asistencia, no ser procesados ​​penalmente”, dijo González en un comunicado.

Su oficina dijo que 262 órdenes de arresto que datan de 2012 fueron anuladas esta semana, y otras 850 órdenes de arresto, que cubren el período de 1970 a 2011, serán anuladas pronto.

González lleva años apoyando la despenalización del trabajo sexual, o incluso su total legalización en algunas circunstancias.

 

Eugenio Zaffaroni defendió la legalización de la prostitución: “Prohibiendo estás agravando todo”

Eugenio Zaffaroni* se mostró a favor de la legalización de la prostitución tras el asesinato de Enzo Aguirre, un joven correntino de 23 años, hallado muerto en un hotel porteño.

 

Radio Mitre Política

17 de noviembre de 2020

https://radiomitre.cienradios.com/eugenio-zaffaroni-defendio-la-legalizacion-de-la-prostitucion-prohibiendo-estas-agravando-todo/

 

Eugenio Zaffaroni defendió la legalización de la prostitución: “Prohibiendo estás agravando todo”.

 

Enzo Aguirre, de 23 años, fue hallado asfixiado en un hotel del barrio porteño de Retiro. El joven ejercía la prostitución y al encontrar su cuerpo mostraba signos de utilización de precintos y una media en la boca. A raíz de esto, Eugenio Zaffaroni apoyó la legalización de la prostitución.

“Creo que es indispensable reconocer que existe el trabajo sexual. Frente a cualquier problema social conflictivo hay dos caminos: creer que se puede eliminar de forma ilusoria o entender que no se puede eliminar, y hacer una reducción de daños”, aseguró el exjuez de la Corte Suprema de Justicia.

A su vez agregó: “Prohibiendo la prostitución estás agravando todo y generando un Estado cafishio que propicia la explotación”.

Zaffaroni insistió: “Ponés a las personas en manos de cafishios, estás favoreciendo la explotación, y generando todo un problema mucho más grande como la corrupción, generando un Estado cafishio, que justamente vive de la corrupción, la explotación, en vez de pagarle a sus funcionarios”.

En declaraciones radiales, el exjuez calificó este asesinato como “un crimen de odio”: “Puede que sea un robo, pero es claro que es un crimen de odio también. Esto tiene importancia para calificarlo a la opinión pública, que entiendan que esto no es sólo en contra de este muchacho, sino contra toda una categoría social, contra todo lo que no sea una sexualidad convencional”, explicó.

Las hipótesis apuntan a que el joven correntino fue asfixiado por personas con las que previamente había concretado una cita sexual y que luego estos quisieron robarle.

 


*

Eugenio Raúl Zaffaroni (Argentina)

Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos

Nombrado Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 2015 para el periodo 2016-2022, y comenzó sus funciones el 1° de enero de 2016.

Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina (2003-2014), se desempeñó en la judicatura durante más de dos décadas.

Diputado de la Ciudad de Buenos Aires y Presidente de Bloque del «Frepaso» (1997-2000), Presidente de la Comisión de Redacción de la Convención Constituyente (1996) y Vicepresidente tercero de la Comisión de Redacción de la Asamblea Nacional Constituyente.

Fungió como Director General del Instituto Latinoamericano de Prevención del Delito de las Naciones Unidas (ILANUD) y como Procurador General de Justicia de la provincia de San Luis. Asimismo, se desempeñó como Interventor del Instituto Nacional de Lucha contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo.

Entre sus obras más recientes se encuentran Criminology and Criminal Policy Movements (Estados Unidos: University Press of America, 2013); La Pachamama y el humano (Argentina: Colihue, 2011) y Derecho Penal. Parte General (Argentina: Ediar, 2000).

Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales por la Universidad Nacional del Litoral y abogado por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, ambas instituciones argentinas. Ha recibido Doctorados Honoris Causa en 31 universidades latinoamericanas.

Nació en Buenos Aires, Argentina, el 7 de enero de 1940.

https://www.corteidh.or.cr/sitios/compos14/zaffaroni.html

“La despenalización, la eliminación de las sanciones penales por comprar y vender sexo, han de ser clave para proteger a las trabajadoras sexuales”

 

 

Cómo combatir la explotación sexual

Por Francisco Javier Amérigo

30 de septiembre de 2020

https://www.levante-emv.com/opinion/2020/09/30/combatir-explotacion-sexual-14226177.html

 

Asunto éste que se encuentra ahora en la agenda del gobierno. Como muchos gobiernos de todo el mundo que imponen medidas drásticas para frenar la propagación de la covid-19, las trabajadoras sexuales se han visto empujadas al borde de la desesperación financiera. Debido a que el trabajo sexual no está reconocido como una profesión “legítima”, los trabajadores sexuales no han podido acceder a los programas de ayuda del gobierno en países donde el trabajo sexual está criminalizado. Sin apoyo económico y social, las trabajadoras sexuales se están escapando de las grietas del sistema.

Al impulsar el trabajo sexual más clandestinamente, la pandemia de covid-19 ha incrementado en violencia, acoso y abuso hacia las trabajadoras sexuales.

Y la realidad es la que es. Miles de profesionales del sexo no tienen otra opción que seguir trabajando, poniendo en riesgo su salud y su vida para mantenerse a sí mismos y a sus familias. Impulsados ​​por la necesidad económica, es más probable que los trabajadores sexuales accedan a reunirse con clientes con los que no se sientan cómodos o negocien medidas de seguridad, como el uso de condones. Los trabajadores sexuales también han informado que es más probable que los clientes regateen los precios o presionen para que los servicios se realicen sin condones desde que se adoptaron las medidas covid-19 en sus países.

Para muchos es aún un tema tabú pero la sociedad debe enfrentar sus problemas. Y para mí, creo que ser abolicionista de la prostitución es como serlo del hambre en el mundo, de la trata de personas y del consumo de drogas. Teóricamente se sigue luchando para su erradicación absoluta, ya sea por las vías jurídicas como asistenciales, pero el trabajo en campo y el tiempo nos enseña el concepto de reducción del daño. Es decir, que se sea abolicionista o no (como en la trata de personas, que es ilegal en todo el mundo y es el negocio, históricamente, más lucrativo que existe), hay que seguir interviniendo en la mejora de calidad de vida de estas personas que les ha tocado estar en el lado del horror.

En el tema del consumo de droga se ve muy claro (otro negocio archiproductivo, ilegal en casi todo el mundo, e imparable). Ya lejos están esas campañas de los 90 que promovían el consumo cero. Ahora se interviene en si consumes, hazlo de forma responsable para tu salud.

Independientemente de que desde un punto de vista moral e ideológico me parece detestable la prostitución de mujeres, jóvenes y niños, ésta, muy posiblemente, no va a dejar de existir por ilegalizarla, como la trata de personas, el tráfico de drogas. Debemos entender cómo funciona el ser humano en toda su dimensión para poder ayudar a los que más allá de las luchas ideológicas (que hay que seguir batallando por ellas, siempre. Los grandes hitos de la una sociedad que avanza tienen que ver con ello), su vida real es el infierno (y como nosotros, solo tienen una).

Las trabajadoras sexuales también son cada vez  más estigmatizadas por sus comunidades, quienes las perciben como vectores de la propagación de la covid-19. En particular los que son transgénero o migrantes, son vulnerables a  la vigilancia excesiva y las medidas punitivas  vinculadas a la aplicación de las regulaciones covid-19. La pandemia también ha creado un umbral más alto para que las trabajadoras sexuales denuncien los abusos, lo que crea un clima de impunidad y exacerba el riesgo de violencia. Esto está pasando y no lo vemos ni mucho menos, denunciamos.

Y no tiene por qué ser así. En Nueva Zelanda, por ejemplo, el primer país en despenalizar el trabajo sexual en el mundo, las trabajadoras sexuales pudieron acceder al subsidio salarial de emergencia del gobierno en cuestión de días, al igual que todos los demás trabajadores del país cuyos ingresos habían caído debido a la pandemia. Además, el personal del gobierno trabajó en estrecha colaboración con las organizaciones de trabajadores sexuales para garantizar que los trabajadores sexuales tuvieran acceso a programas de apoyo social y para definir pautas para regresar al trabajo de manera segura después de que se aliviara el cierre.

La despenalización, la eliminación de las sanciones penales por comprar y vender sexo, han de ser clave para proteger a las trabajadoras sexuales del abuso y la explotación. También es un paso crucial para mejorar la salud de los trabajadores sexuales, sus familias y sus comunidades. Esto es especialmente cierto durante una pandemia mundial.

La pandemia de covid-19 demuestra cuán urgente es que los gobiernos reconozcan esta realidad y brinden servicios básicos y protección. Y es que, por algún lugar debemos empezar a caminar.

 

Un error parlamentario despenaliza temporalmente la prostitución en Letonia

Letonia, donde la prostitución es legal solo en determinadas condiciones, la ha despenalizado por un desacuerdo político que propició la entrada en vigor por error de nuevas normas sobre penas administrativas sin que se incluyeran las que afectaban a ciertas formas de venta de servicios sexuales.

 

República/EFE

6 de julio de 2020

https://www.republica.com/2020/07/06/un-error-parlamentario-legaliza-temporalmente-la-prostitucion-en-letonia/

 

Maris Zarins, portavoz del Ministerio de Interior, explicó a Efe que el nuevo código de sanciones administrativas que entró en vigor el 1 de julio sustituyó a otro precedente que limitaba explícitamente ese tipo de servicios.

El nuevo código solo establece penas para violaciones de leyes generales en varios ámbitos, pero en la tramitación legislativa del nuevo proyecto de ley de regulación de la prostitución se produjo un error que ha tenido como consecuencia la despenalización completa.

El antiguo código establecía que los servicios sexuales podían ofrecerse por parte de adultos desde su propio domicilio, siempre que este estuviera al menos a cien metros de un lugar de culto o una escuela, y con límites a la publicidad y sujeto al veto de los residentes en el mismo edificio.

Tampoco se permitía que varias trabajadoras sexuales se unieran para operar en un prostíbulo.

Desde el pasado febrero el Gobierno no se ha podido poner de acuerdo sobre una ley que regule en general ese tipo de servicios, tanto para castigar a clientes de prostitutas como a trabajadoras sexuales, y sobre si se debía crear un programa para ayudar al abandono de la prostitución.

El resultado habría sido la aprobación de una ley cuya violación habría incluido penas que finalmente no fue presentada al parlamento, que actualmente está en período de vacaciones.

El primer ministro letón, Krisjanis Karins, ha pedido ahora a los partidos de la coalición que redacten un proyecto de ley viable antes del 13 de julio.

Las leyes contra el uso de menores en la prostitución, así como contra los servicios sexuales como instrumento de tráfico de personas siguen estando en vigor.

Portavoces policiales citados en medios locales mencionaron que la prostitución callejera continúa generando problemas en ciudades grandes como Riga y que el año pasado se practicaron 67 detenciones por violación de las leyes vigentes.

La secretaria parlamentaria del Ministerio del Interior, Signe Bole, declaró a medios locales que no se espera que la suspensión temporal de las penas vaya a traducirse en que se vaya a ver «a numerosas personas» recurriendo a servicios de prostitución.

Reconoció no obstante que la violación de las restricciones vigentes anteriormente seguirá estando en contra de la ley pero que hasta que la nueva legislación que repare el error esté en vigor no habrá posibilidad de imponer penas.

 

Suecia: la otra redada contra la prostitución

El país escandinavo fue pionero en criminalizar al cliente y ahora quiere endurecer los castigos

 

Apretando las tuercas. La policía de Estocolmo detuvo esta semana a 28 personas por haber pagado por servicios sexuales, entre ellos (abajo) el célebre actor Paolo Roberto. Las autoridades suecas quieren agravar las penas a los clientes de prostitución (JOHAN NILSSON / AFP)

 

Núria Vila | Malmö

24 de mayo de 2020

https://www.lavanguardia.com/recontra/20200524/481362204664/otra-redada-prostitucion-suecia.html

 

Una redada de la policía de Estocolmo contra la prostitución hace una semana acabó con 28 detenidos. No eran prostitutas, sino clientes. Como establece la ley sueca, el delito no lo comete quien cobra por tener relaciones sexuales, sino quien paga por ellas. La redada habría pasado desapercibida en otras condiciones, pero resultó que uno de los detenidos era Paolo Roberto. Exboxeador profesional, actor sueco de origen italiano, Roberto es toda una celebridad, es uno de los presentadores estrella del país que tal vez recuerden porque se interpretaba a sí mismo en La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina , segunda entrega de la saga Millenium , de Stieg Larsson. La policía no reveló su nombre, fue él mismo quien lo admitió en una entrevista a TV4, cadena en la que trabajaba como presentador de un reality y de la que ha sido despedido.

La detención y la confesión de un famoso como Roberto –que hasta tiene una línea de pizzas y otros productos italianos con su nombre– ha propiciado un debate social y político alrededor de la prostitución, hasta el punto de que tanto el Gobierno como varios partidos de la oposición han anunciado su intención de modificar la ley para endurecer los castigos. Suecia fue el primer país del mundo en criminalizar a los clientes y no a las prostitutas cuando en 1999 aprobó la ley que prohíbe la compra de servicios sexuales y que considera víctimas a las personas que venden su cuerpo por necesidad. Una ley que luego ha servido de ejemplo para países como Noruega, Irlanda y Francia.


La detención de Paolo Roberto, exboxeador y actor, ha reabierto el debate sobre si hay que endurecer las penas


Actualmente, la legislación sueca prevé multas o una pena de prisión de hasta un año, pero el Gobierno (coalición de socialdemócratas y verdes) está preparando una propuesta para eliminar las sanciones económicas y que el único castigo previsto sea el de cárcel, según han avanzado los ministros Morgan Johansson (Justicia) y Åsa Lindhagen (Igualdad de Género) en un artículo del diario Aftonbladet . “Esto no solo supondrá sanciones más severas, sino que actuará como elemento disuasorio”, afirman, argumentando que la información sobre la persona condenada estará disponible para más autoridades y durante más tiempo que en el caso de una multa. En otoño del 2019, el Parlamento sueco ya debatió esta cuestión, pero todos los partidos, salvo el Partido de Izquierdas, votaron en contra. Ahora, según la cadena SVT, al menos cinco de las ocho formaciones con representación parlamentaria estarían a favor de endurecer las penas.

Además, el Ejecutivo sueco quiere volver a intentar modificar la ley para castigar también a quienes contraten servicios sexuales en el extranjero, algo que ya propuso en la anterior legislatura pero que entonces no prosperó. Según el último sondeo sobre hábitos sexuales, el 9% de los hombres suecos afirmaron haber pagado por sexo y, de éstos, el 80% lo había hecho en el extranjero. “Todo el que compra sexo en el extranjero contribuye al tráfico humano”, sostienen los ministros, que añaden que “el tráfico sexual es una forma de comercio de esclavos que ha de acabar”.

Además de la ley que prohíbe la contratación de servicios sexuales, en el 2018 Suecia implementó la conocida como ley de consentimiento, que tipifica como delito cualquier relación sexual que no cuente con el beneplácito de alguna de las personas implicadas. Según esta legislación, pues, una persona que pague por sexo puede ser condenada también por violación si la persona que vende su cuerpo está obligada a hacerlo. Este aspecto es el que ahora la Fiscalía está analizando en el caso de Paolo Roberto, justamente por sus propias palabras en la entrevista de televisión. El actor admitió que se sentía sucio por haber pagado a una prostituta y añadió: “Estás comprando el cuerpo de otra mujer, probablemente alguien que se ha visto obligado a hacerlo, porque no es que ella esté allí porque sea muy agradable”. Dar por hecho que la prostituta estaba siendo obligada a tener sexo con él le puede comportar una pena mucho mayor que una simple multa. Pero él no será el único. Los 28 hombres detenidos en el centro de la capital es una cifra considerable teniendo en cuenta que, durante el 2019 unos 50 hombres de la región de la capital fueron condenados por contratar servicios sexuales. Además de las detenciones, la policía ofreció apoyo y asistencia a las 40 personas, mujeres y hombres, que ejercían la prostitución. De estos, cinco eran menores. “Está claro que la prostitución es un gran problema cuando hemos detenido a casi 30 hombres en tan poco tiempo”, dijo el jefe de policía de Estocolmo, Anders Olofsson. “Esto es solo la punta del iceberg”.

 

Juego de herramientas de activismo: El impacto real del modelo sueco sobre las trabajadoras sexuales

Enviado por NSWP el 29 de julio de 2016

https://www.nswp.org/es/resource/kit-de-herramientas-de-abogac-el-impacto-real-del-modelo-sueco-sobre-las-personas-que

 

Descarga este recurso

El Impacto Real del Modelo Sueco sobre las Personas que Ejercen el Trabajo Sexual, NSWP – 2015.pdf

  1. Comprendiendo el abolicionismo de Suecia y los modos de silenciamiento de las voces opositoras, NSWP – 2015.pdf
  2. Las consecuencias de la ley de compra de sexo, NSWP – 2015.pdf
  3. Prestación de servicios, NSWP – 2015.pdf
  4. impacto de otras leyes y políticas, NSWP – 2015.pdf
  5. Derecho al trabajo, NSWP – 2015.pdf
  6. Derecho a la salud, NSWP – 2015.pdf
  7. la interferencia arbitraria en la familia, NSWP – 2015.pdf
  8. El trabajo sexual y la violencia, NSWP – 2015.pdf

 

Este juego de herramientas de activismo es una colección de ocho hojas informativas y herramientas de activismo sobre el dañino modelo sueco basadas en la evidencia. Puede ser utilizado para cuestionar la promoción generalizada de este enfoque jurídico y político en detrimento de la regulación del trabajo sexual.

Los primeros cuatro artículos documentan el impacto del modelo sueco en la vida de las trabajadoras sexuales en Suecia. Los últimos cuatro documentos ponen de manifiesto cómo la penalización viola los derechos humanos de las trabajadoras sexuales.

También está disponible una Guía Comunitaria.

Documento # 1 El enfoque abolicionista de Suecia, y modos de silenciar a la oposición

  • ¿Cómo se entiende el trabajo sexual en Suecia?
  • ¿Todo el mundo está de acuerdo con este enfoque dominante sueco?
  • ¿Han socavado estas voces el consenso de Suecia sobre el trabajo sexual?

El primer documento analiza los puntos de vista generalizantes sobre las trabajadoras sexuales y el trabajo sexual que se utilizan para justificar el modelo sueco. El documento también explora cómo se excluyen las voces de las trabajadoras sexuales del debate en Suecia e internacionalmente: herramientas que son referidas como los ‘modos de silenciar’.

Documento # 2 Consecuencias de la Ley de Compra de Sexo: trabajo sexual de calle y niveles de trabajo sexual

  • ¿Ha habido consecuencias negativas de la penalización de compra de sexo?
  • ¿Han disminuído los niveles de trabajo sexual en Suecia?

El segundo documento analiza los resultados directos de la ley. Se explica que la ley no disminuye los niveles de trabajo sexual, y ha tenido un impacto negativo en la seguridad, la salud y el bienestar de las trabajadoras sexuales.

Documento # 3 Consecuencias de los dicursos justificantes del modelo sueco sobre la provisión de servicios

  • ¿Qué es reducción de daños y por qué se necesita?
  • Si la reducción de daños es imprescindible, ¿hay oposición a la reducción de daños?

El tercer documento se centra en los resultados indirectos de la ley. Los puntos de vista que justifican la ley han afectado a las perspectivas de los proveedores de servicios (en particular, trabajadores sociales). Estas perspectivas han tenido consecuencias en la prestación de servicios y la reducción de daños para las trabajadoras sexuales.

Documento # 4 Consecuencias de otras leyes y normativas – El peligro de ver el modelo sueco en el vacío

  • ¿El modelo sueco protege a las trabajadoras sexuales del acoso patrocinado por el Estado?
  • Otras leyes y normativas aparte de la ley de compra de sexo

El cuarto documento se centra en las leyes y normativas que no forman parte del modelo sueco en sí mismo. En él se describe cómo éstas son utilizadas por el Estado sueco y la policía para desestabilizar directamente la vida de las trabajadoras sexuales en Suecia.

Documento # 5 Derecho al trabajo y otros derechos humanos relacionados con el trabajo

  • Estándares internacionales
  • Regímenes legales nacionalesy derechos relacionados con el trabajo de las trabajadoras sexuales

El quinto documento se centra en las protecciones de derechos humanos relacionadas con el trabajo que tienen todas las personas. Se analiza cómo la penalización y otros factores socavan la capacidad de las trabajadoras sexuales de beneficiarse de estas protecciones. También se incluyen algunas recomendaciones para una mejor práctica.

Documento # 6 Trabajo sexual y derecho a la salud

  • Estándares internacionales relacionados con el derecho a la salud
  • La realidad de los derechos de salud para las trabajadoras sexuales
  • Servicios dirigidos por las propias trabajadoras sexuales como la mejor práctica

El sexto documento describe el derecho humano a la salud que todas las personas tienen. Se analizan las dificultades a las que tienen que enfrentarse las trabajadoras sexuales para hacer realidad su derecho a la salud, y hace recomendaciones para mejorar el derecho a la salud de las trabajadoras sexuales.

Documento # 7 Trabajo sexual y la interferencia arbitraria en las familias

  • Leyes y estándares internacionaes de derechos humanos

El séptimo documento describe las leyes de derechos humanos relacionadas con los derechos parentales. En él se destacan los estándares pertinentes a los derechos de las trabajadoras sexuales como madres. En segundo lugar, se explica las formas en las que se violan estos derechos. También se sugieren algunos remedios para estas violaciónes

Documento # 8 Trabajo sexual y violencia: obligaciones del Estado

  • Las trabajadoras sexuales se enfrentan a muchas formas de violencia y difamación
  • Estándares internacionales sobre la protección de las mujeres contra la violencia
  • Reparación en los tribunales y otras respuestas estatales

El asesinato de Petite Jasmine en Suecia —un terrible resultado del estigma y el abuso relacionado causados por el modelo sueco— impulsó la producción de esta serie de documentos sobre el trabajo sexual y los derechos humanos, incluido el derecho de las trabajadoras sexuales a ser protegidas de la violencia. Este documento pone de relieve que, cuando hay penalización del trabajo sexual —incluyendo la penalización de las terceras partes, tales como los   clientes— la violencia contra las trabajadoras sexuales aumenta de hecho. Este documento explica que la violencia contra las trabajadoras sexuales y el abuso relacionado son una violación de los derechos humanos fundamentales y sugiere algunas maneras de utilizar las normas de derechos humanos para hacer frente a este abuso generalizado.

 

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Logros y retos del movimiento global por los derechos de las trabajadoras sexuales

Por Annalee Lepp y Borislav Gerasimov

Septiembre de 2019

https://www.antitraffickingreview.org/index.php/atrjournal/issue/view/20

Cita sugerida: A Lepp y B Gerasimov, ‘Editorial: Gains and Challenges in the Global Movement for Sex Workers ‘Rights’ ‘, Anti-Trafficking Review, número 12, 2019, pp. 1-13, http://www.antitraffickingreview.org

 

En las últimas dos décadas, ha habido un creciente cuerpo de excelente literatura académica y comunitaria sobre las vidas, el trabajo y los esfuerzos de organización de las trabajadoras sexuales, y sobre los efectos nocivos de los discursos, las leyes y las normativas contra la trata de personas en diversas comunidades de trabajadoras sexuales. Es importante destacar que una parte importante de este trabajo ha sido producida por trabajadoras sexuales y organizaciones de trabajadoras sexuales.1 Cuando decidimos dedicar este Número Especial de Anti-Trafficking Review al tema del trabajo sexual, reconocimos esta realidad. Sin embargo, también pensamos que, dado que los discursos, las leyes y las normativas que afectan directamente a las trabajadoras sexuales a nivel mundial están cambiando continuamente, la producción de nuevas investigaciones basadas en evidencia y perspectivas críticas es constantemente necesaria.

Las trabajadoras sexuales se organizan para el cambio

Si bien la historia del activismo de las trabajadoras sexuales se remonta al menos al siglo XIX y principios del XX, la mayor parte de la literatura se centra en el surgimiento y crecimiento del movimiento global de derechos de las trabajadoras sexuales a partir de los años setenta y ochenta.2 Desde entonces, las trabajadoras sexuales (mujeres, hombres, personas trans y no binarias) se han organizado para exigir el reconocimiento del trabajo sexual como trabajo; desafiar el estigma, la discriminación y todas las formas de violencia, incluída la que proviene de la policía; mejorar las condiciones de trabajo; presionar por los derechos humanos, sociales y laborales plenos; hacer activismo por la despenalización del trabajo sexual; y proporcionar soporte y servicios gestionados entre compañeras. Muchas organizaciones de trabajadoras sexuales también organizan y apoyan a las trabajadoras sexuales migrantes en un esfuerzo por abordar los desafíos específicos que enfrentan, tales como el racismo y la xenofobia, la precariedad debido a su estado migratorio, la falta de acceso a la salud y otros servicios, la vulnerabilidad a la explotación y la violencia, y el riesgo de detención y deportación.

Desde la década de 1990, las trabajadoras sexuales y las organizaciones de trabajadoras sexuales también han tenido que lidiar con el surgimiento, la expansión y el fortalecimiento de la “industria antitrata” global con sus fuertes agendas de lucha contra el trabajo sexual, justicia penal y control de fronteras.3 Las organizaciones de trabajadoras sexuales en España, Tailandia e India, por ejemplo, señalaron en un reciente informe de la Alianza Global contra la Trata de Mujeres que la trata era “un asunto que se introdujo [o de hecho se impuso] desde fuera de la propia industria del sexo, impulsado por una agenda moralista, que las organizaciones se han sentido obligadas a comprender para contrarrestar los efectos nocivos de la fusión conceptual de trata y trabajo sexual ». 4 En muchos países, las leyes, las normativas y las intervenciones contra la trata han apuntado a las trabajadoras sexuales con impactos altamente perjudiciales. Esto ha tomado la forma de una mayor vigilancia policial de la industria del sexo, redadas en establecimientos de trabajo sexual, confinación forzada en centros de rehabilitación, detenciones y enjuiciamientos de trabajadoras sexuales como tratantes y deportaciones de trabajadoras sexuales migrantes, todo lo cual socava e ignora la autonomía de las trabajadoras sexuales así como sus demandas legítimas de mejores condiciones de trabajo y derechos humanos, sociales y laborales.5 Además, el papel crucial de las organizaciones de trabajadoras sexuales en la promoción de los derechos, la seguridad y la protección de las trabajadoras sexuales y en el abordaje de las condiciones de trabajo en la industria del sexo en gran medida no ha sido reconocido por los legisladores nacionales e internacionales, los donantes y algunas organizaciones no gubernamentales. Las ideologías, suposiciones y agendas que alimentan la industria antitrata también han resultado en la exclusión y el silenciamiento de las trabajadoras sexuales y las organizaciones de trabajadoras sexuales cuando se trata del desarrollo de legislación y normativas que afectan directamente sus vidas y su trabajo. En los últimos diez años, esta tendencia ciertamente ha sido evidente en países donde los gobiernos han promulgado leyes que penalizan la compra de servicios sexuales en nombre de la igualdad de género, la protección de las mujeres vulnerables y la prevención de la trata con fines de explotación sexual.

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Hace veinte años, en 1999, Suecia se convirtió en el primer país del mundo en penalizar la compra —pero no la venta— de servicios sexuales, combinando esto con medidas para apoyar a las trabajadoras sexuales que quisieran salir de la industria del sexo.7 Basada en una conceptualización ideológica de la prostitución como violencia contra las mujeres y un obstáculo para la igualdad de género, esta penalización se introdujo inicialmente con el objetivo de reducir la prostitución al enfocarse en la demanda por parte de los hombres de servicios sexuales comerciales. Sin embargo, con la adopción del Protocolo de la ONU contra la trata de personas en 2000,8 y la inserción en el último momento del art. 9 (5) que exhorta a los Estados a «desalentar la demanda que fomenta todas las formas de explotación de personas, especialmente mujeres y niñas, que conduce a la trata», 9 el modelo sueco ha sido promovido desde entonces como una forma de prevenir la trata en la industria del sexo. A pesar de la falta de evidencia concluyente de que el modelo haya logrado reducir el trabajo sexual o prevenir la trata en Suecia, 10 ha sido empaquetado como un mecanismo para promover la igualdad de género, proteger a las mujeres vulnerables y prevenir la trata en la industria del sexo. Como resultado, se han adoptado prohibiciones de compra de sexo en Noruega e Islandia (2009), Canadá (2014), Irlanda del Norte (2015), Francia (2016), la República de Irlanda (2017) e Israel (2018).

Al mismo tiempo y durante el mismo período, ha habido una creciente evidencia de que el modelo sueco exacerba el estigma contra las trabajadoras sexuales, las obliga a implicarse en actividades más peligrosas, y aumenta el riesgo de VIH e ITS y la violencia de los clientes y la policía. Esta evidencia a menudo ha sido acompañada por el apoyo a la despenalización del trabajo sexual y proviene de académicos, 11 agencias de la ONU, 12 organizaciones de derechos humanos, 13 profesionales médicos, 14 organizaciones LGBTI +, 15 organizaciones contra la trata, 16 y, por supuesto, las propias trabajadoras sexuales.17 Esto hace plantear una pregunta: entonces, ¿por qué es que con un apoyo tan fuerte e incluso abrumador a la despenalización del trabajo sexual, respaldado por una extensa investigación basada en evidencia, cada vez más gobiernos están adoptando el modelo sueco? Si bien esta pregunta requiere un examen mucho más profundo de lo que permite el espacio de este Editorial, proponemos que es parte de una tendencia global más amplia hacia el conservadurismo social, la dependencia excesiva de respuestas punitivas para abordar los «problemas» sociales y morales que sirven para reforzar las agendas conservadoras de quienes detentan el poder político, 18 y lo que se ha denominado posverdad y su intensificación, donde «los hechos objetivos son menos influyentes en la formación de la opinión pública que los llamamientos a la emoción y las creencias personales» .19

Los números anteriores de la Anti-Trafficking Review han documentado las imágenes y narrativas simplistas utilizadas para describir a las mujeres migrantes y tratadas en la industria del sexo, y la falta de evidencia que está detrás de muchas leyes e intervenciones contra la trata. En 2016, Andrijasevic y Mai señalaron que “la imagen estereotípica de la víctima es la de una mujer joven, inocente y extranjera engañada para ejercer la prostitución en el extranjero. Es maltratada y mantenida bajo vigilancia continua para que su única esperanza sea el rescate policial.”20 En 2017, Harkins observó que “la evidencia no ha sido priorizada dentro del sector antitrata”.21 El uso de imágenes e historias de víctimas altamente emotivas y la falta (o desprecio) de evidencia que se alinea con la definición misma de posverdad caracterizan los procesos que condujeron a la introducción del modelo sueco en varios países en los últimos años.

(…)

Lo que la investigación ha demostrado es que la introducción de la prohibición de la compra de sexo en todos estos países (así como la legislación contra la trata de personas en general) fue posible en gran medida mediante la forja de alianzas poderosas entre los partidos conservadores gobernantes, los grupos religiosos y las feministas prohibicionistas de la prostitución y carcelarias que se basan en concepciones del trabajo sexual y la trata con un elevado sesgo de género y racializadas.31 A pesar de este ataque coordinado contra los derechos de las trabajadoras sexuales, del rechazo de una extensa investigación académica y comunitaria sobre las vidas y el trabajo de las trabajadoras sexuales, y de la exclusión del punto de vista de las trabajadoras sexuales en el ámbito del desarrollo de leyes en un entorno de posverdad, el movimiento global por los derechos de las trabajadoras sexuales continúa creciendo y se está haciendo oír.

Este Número Especial

Los artículos incluidos en este número especial examinan una variedad de temas relacionados con el trabajo sexual. Estos incluyen exploraciones de la organización de trabajadoras sexuales y formas de resistencia creativa en varios países de Asia, África, Europa y América. Si bien varios autores destacan los logros del movimiento por los derechos de las trabajadoras sexuales histórica y / o contemporáneamente, también identifican algunos de los desafíos actuales, muchos de los cuales emanan de la implementación de leyes de prostitución y lucha contra la trata equivocadas y punitivas, así como de la reacción generalizada contra leyes basadas en los derechos humanos y en la evidencia. Varios de los autores son trabajadoras sexuales en activo o retiradas, mientras que otros son académicos afiliados a instituciones académicas. Todos apoyan y defienden los derechos de las trabajadoras sexuales y la despenalización del trabajo sexual.

El primer conjunto de artículos se centra en la organización de las trabajadoras sexuales. Ya sea en Toronto, Bogotá, Manila o Ciudad del Cabo, las trabajadoras sexuales de todo el mundo se están organizando para contar sus propias historias, reclamar sus derechos humanos, sociales y laborales, resistir el estigma y las leyes y normativas punitivas, y proporcionar apoyo mutuo entre compañeras.

(…)

Conclusión

En conjunto, los artículos de este Número Especial contribuyen al cuerpo cada vez mayor de literatura académica y comunitaria sobre trabajo sexual, organización de trabajadoras sexuales y el impacto de las leyes y normativas represivas de la prostitución y antitrata en las comunidades de trabajadoras sexuales. Ante la evidencia creciente e incontrovertible, todos los artículos apuntan a la conclusión de que, al igual que los donantes a los que Nadia van der Linde desafía, ya nadie puede reclamar «neutralidad» en el tema de los derechos de las trabajadoras sexuales. En particular, dada la diversidad interseccional de las trabajadoras sexuales —en términos de antecedentes de género, sexualidad, raciales, étnicos y de clase, estatus migratorio, etc.— y las diferentes condiciones laborales en las que trabajan las trabajadoras sexuales, es imperativo que se cultiven y forjen más alianzas cruzadas entre diversos movimientos. En otras palabras, a la luz de las múltiples y complejas dimensiones sociales y laborales que deben abordarse, es necesario que las organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres, de las personas LGBTI +, de los trabajadores formales e informales, de los migrantes y de las personas víctimas de trata, así como los movimientos que trabajan por la justicia social, económica y racial, se unan a la lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales y la despenalización del trabajo sexual.

 


Annalee Lepp es profesora asociada en el Departamento de Estudios de Género de la Universidad de Victoria, Canadá. Es miembro fundador de la Alianza Global contra la Trata de Mujeres (GAATW) —Canadá, que se estableció en 1996, y es miembro de la Junta Directiva de GAATW. Desde 1997, ha participado en varios proyectos de investigación en colaboración que examinan las leyes y prácticas estatales canadienses en relación con la trata de personas y los movimientos transfronterizos irregulares, así como el impacto de las leyes contra la trata en los derechos de las trabajadoras sexuales en Canadá. Correo electrónico: alepp@uvic.ca.

Borislav Gerasimov es Oficial de Comunicaciones y Activismo de la Alianza Global contra la Trata de Mujeres y editor de la Anti-Trafficking Review. Es licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Sofía St Kliment Ohridski, Bulgaria, y anteriormente trabajó en Animus Association, Bulgaria y La Strada International, Países Bajos. También ha participado en el trabajo de ONG que apoyan a jóvenes romaníes, personas LGBTI, personas que viven con VIH / SIDA y trabajadoras sexuales en Bulgaria y los Países Bajos. Correo electrónico: borislav@gaatw.org.