La Sección Británica de Amnistía Internacional apoya la despenalización del trabajo sexual en su Asamblea General Anual

Enviado por NSWP el 30 de mayo de 2014

http://www.nswp.org/news-story/amnesty-international-uk-branch-supports-the-decriminalisation-sex-work-their-annual-gene

 

La consulta política de Amnistía Internacional (AI)  sobre la propuesta de adoptar una política formal de defensa de la despenalización del trabajo sexual ha atraído mucha atención en los últimos meses. AI explica así su decisión de llevar a cabo esta consulta:

Iniciamos el proceso de consulta política porque hemos visto datos que sugieren que la penalización del trabajo sexual lleva a la marginación social y al aumento del riesgo de que los trabajadores y trabajadoras sexuales sufran abusos contra los derechos humanos. Los datos sugieren también que la despenalización podría ser el mejor modo de proteger los derechos de los trabajadores y trabajadoras sexuales, y de garantizar que estas personas reciben la atención médica, la asistencia jurídica y la protección policial adecuadas.”

Cada una de las secciones nacionales de Amnistía Internacional es responsable de alcanzar su propia postura al respecto antes de contribuir al proceso de toma de decisión emprendido por el Secretariado Internacional. La Sección Británica de AI llevó a cabo recientemente su Conferencia Nacional y Asamblea General Anual (AGA) en la Universidad Herriot Watt de Edimburgo los días 12 y 13 de abril de 2014. La política hacia el trabajo sexual fue objeto de un intenso debate durante el evento y hubo una fuerte representación de las organizaciones dirigidas por trabajadoras sexuales radicadas en el Reino Unido y de miembros de NSWP, SCOT-PEP, la Sex Worker Open University y el English Collective of Prostitutes.

Tres resoluciones fueron presentadas para su consideración a la AGA. La primera era que “Amnistía Internacional debería adoptar una posición política de defensa de la despenalización de las actividades relacionadas con la compra o venta de sexo consentido entre adultos”. La segunda resolución sugería en cambio que la penalización de la compra de sexo (el así llamado “modelo sueco”) era la mejor política a defender. La tercera resolución pedía sencillamente que no se adoptara ninguna posición sobre la compra y venta de servicios sexuales, lo que en la práctica dejaría la cuestión abierta para más discusión en una etapa posterior.

En conjunto, los resultados de las votaciones fueron positivos y estimulantes para los derechos de las trabajadoras sexuales. La resolución que pedía apoyo a la plena despenalización fue aprobada con holgura por la AGA y la resolución que pedía el apoyo al modelo sueco fue ampliamente rechazada. La resolución que pedía que no se adoptara ninguna postura fue aprobada con una exigua mayoría de solo 5 votos. Aunque fue decepcionante que esta última resolución llegara a ser aprobada, lo cierto es que lo hizo con dicha exigua mayoría. Por el contrario, la política de despenalización recibió un apoyo abrumador. El Consejo Británico de AI considerará ahora ambas resoluciones para decidir qué postura adoptará la Sección Británica en el proceso de consulta. Una de las trabajadoras sexuales activistas presentes en la AGA tuvo esto que decir acerca de su experiencia:

La presencia de trabajadoras sexuales en la AGA de la Sección Británica de Amnistía Internacional fue vital para lograr que las voces de las trabajadoras sexuales fueran oídas en un debate acerca de una política que las afecta a ellas directamente. Quedó claro que muchos de los presentes no habían oído nunca a una trabajadora sexual hablar en nombre de sí mismas y no habían oído nunca lo que el modelo sueco significa realmente para las trabajadoras sexuales. Creo firmemente que nuestra presencia con ejemplos de la vida real que muestran cómo el modelo sueco es malo para las trabajadoras sexuales fue un factor significativo que contribuyó al hecho de que la resolución que defendía el modelo sueco fuera derrotada de forma abrumadora. No es de extrañar que los activistas anti trabajo sexual pongan tanto empeño en silenciar a las trabajadoras sexuales (en activo y retiradas) que defienden la total despenalización del trabajo sexual”.

 

Los otros pecados de los que el Vaticano no habla

Publicado el 17/Febrero/2014

http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/los-otros-pecados-de-los-que-el-vaticano-no-habla-601032.html

 

Las lavanderías de Irlanda y el robo de niños en España 

 

El Comité de los Derechos del Niño de la ONU pone  el dedo en la llaga y destapa otros escándalos que la cúpula católica  ha minimizado, ha mantenido en silencio y no ha sancionado desde hace muchos años.

El reciente informe del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, más allá de acusar al Vaticano de un silencio cómplice sobre el abuso sexual de menores,  ha desempolvado otras cosas oscuras de la Iglesia católica.

Según la socióloga ecuatoriana Sara Oviedo, vicepresidenta de ese comité  y correlatora del  informe que tanto hizo enfadar al Vaticano, una de esas cosas oscuras  es  el escándalo de  miles de niños españoles arrebatados a sus madres por  congregaciones católicas que luego los enviaban  a orfanatos o los daban  en adopción en otros países.

Otro escándalo sobre el que el Vaticano no ha hecho mucho es el de  las lavanderías irlandesas de las Hermanas de  La Magdalena.  Según el informe del Comité de la ONU, “la Santa Sede no ha abierto una investigación interna sobre estos casos y no tomó ninguna acción contra sus responsables”.

En 2011, el Comité contra la Tortura recomendó que Irlanda procese y castigue a los responsables de los abusos  en esos lugares con penas acordes con la gravedad de los delito.  Además pidió que se  investigara la conducta del personal religioso que trabajaba en esos lugares y en todos los países en los que operaba ese sistema. Y garantizar que las víctimas reciban una reparación.

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Las lavanderías de las Magdalenas de la Sean McDermott Street en Dublín son parte del pasado oscuro de Irlanda.

Encierran una historia cruel e inverosímil: desde 1922 hasta 1996, auspiciadas por la Iglesia católica, obligaron a trabajar a más de 10 mil mujeres en condiciones infrahumanas.

Herederas de centros creados en el siglo XIX para atender a prostitutas,  las lavanderías surgieron en los años veinte del siglo pasado y perduraron hasta mediados de los noventa.

Por  más de 70 años,  las mantuvieron trabajando en estado de semiesclavitud. No hay pruebas de  abusos sexuales aunque exinternas declararon en un documental del Canal 4 de Irlanda haber sufrido ese tipo de agresión. La mayoría  fue recluida  por ejercer la prostitución,  10% con autorización de su familia y  19% por voluntad propia. Fueron castigadas, por ejemplo, por  no pagar el pasaje de  tren, robar o mendigar.  Por eso  eran consideradas socialmente caídas.

La exhumación de una fosa con 155 cadáveres en   terrenos de un exconvento de las Hermanas de la Caridad fue el detonante de la campaña de supervivientes y familiares. En la web Magdalene Survivors Togheter,  Sullivan, una de ellas, dice: «Con 12 años me sacaron de mi escuela y me llevaron a una lavandería. Me dijeron que seguiría  estudiando, pero  no sucedió. Trabajaba limpiando ropa. Como era muy pequeña, me construyeron una caja para que pudiera subirme y alimentar las calderas. Me escondieron en un túnel cuando llegaron los inspectores escolares. Supongo que porque no debería estar allí. Las monjas han destruido mi vida».   (MEVO,  EFE y El País)

 

El histórico perdón oficial pedido a las víctimas en Irlanda

 

El 19 de febrero de 2013, Irlanda  cerró otro capítulo de su negra historia de abusos en instituciones estatales.

Lo hizo  con una sentida disculpa oficial del Gobierno de Dublín a las miles de mujeres encerradas en las lavanderías de la Magdalena, negocios privados regentados por monjas católicas.

Las supervivientes presenciaron el pedido de perdón   expresado por el primer ministro, Enda Kenny, en nombre del Estado y de la ciudadanía desde el balcón de la Cámara baja. En su intervención, que terminó  con una cerrada ovación de  la sala, el líder conservador reconoció que las víctimas  merecen más que una disculpa formal y anunció compensaciones económicas y apoyo.

Justicia por las Magdalenas, grupo de defensa de las sobrevivientes, anunció el fin de su campaña que se inició en 2009, tras el pedido de disculpas. Su portavoz  Claire McGettrick, dijo: «Muchas mujeres vivieron y murieron tras esos muros, lavando los ropas sucias del país. Estoy contenta de que tanta gente se haya acercado  para recordarlas y honrarlas, porque no fueron tratadas con dignidad en vida y al morir. Estamos haciendo algo para repararlo». En tanto, una multitud con velas encendidas se acercó a las puertas del Parlamento.

 

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«Si mi abuela supiera que soy prostituta, me aplaudiría, porque no soy una víctima»

 

14 voces contrapuestas en torno a un tabú: la prostitución

http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-05-03/si-mi-abuela-supiera-que-soy-prostituta-me-aplaudiria-porque-no-soy-una-victima_123872/

 

03/05/2014
 

«Si mi abuela supiera lo que hago, me aplaudiría, porque no soy una víctima«. Lo dice Isabel Holgado Fernández, antropóloga, experta en trabajo sexual y también, como ha asegurado en público esta semana, prostituta. En el extremo opuesto, Rosario Carracedo, portavoz de una organización que defiende la abolición de esta práctica, sentencia: «Dice un cliente en un foro: ‘A pesar de mis preferencias, el mejor polvo que he echado es con una china. Se dejaba hacer de todo’. Esas palabras reflejan sin cinismo lo que piensan los prostituidores y la naturaleza de su relación. La prostitución es inaceptable». Son algunos de los testimonios que se han oído esta semana en una jornada que ha acogido la Fundación Ortega-Marañón en Madrid bajo el equívoco título de Libertad Sexual y sus Implicaciones en la Actualidad. Equívoco porque de lo que realmente se hablaba allí es de un tema «espinoso», como refería una de las organizadoras, María José Villaverde, catedrática de Ciencia Política de la Complutense: la prostitución. Equívoco, sí, pero necesariamente, porque el proyecto estuvo a punto de irse a pique por no encontrar sede y financiación y por la negativa de personas con diferentes enfoques sobre el trabajo sexual a sentarse en la misma mesa. Quizá porque la prostitución sigue siendo una palabra y una realidad tabú, que muchos prefieren no ver y de la que muchos quisieran no oír. En esta jornada, sin embargo, se han escuchado, por primera vez frente a frente en España, las posturas absolutamente contrapuestas de quienes conocen este tema. Y, también, la voz de las propias prostitutas:

«Propongo una solución salomónica, diferenciar entre la esclavitud sexual y el comercio libre de los cuerpos». Enrique Gil Calvo, catedrático de Sociología de la Complutense, defendió la existencia de dos realidades, la esclavitud y la transacción sexual entre libres e iguales: «En el primer caso, el cliente es un cómplice criminal; en el segundo, no se le puede criminalizar». En cualquier caso, sostuvo, «en esta sociedad que va hacia una mercantilización generalizada de la vida, percibo que la prostitución va a estar cada vez más liberalizada».

«Las organizaciones criminales dedicadas a la trata van en Ferrari; nuestro sistemas represivos, en 600». Fiscal delegada provincial de Extranjería y Delitos Sexuales de Girona, Sandra Fagil recalcó que las instancias policiales, judiciales, etc. «van mucho más atrás que los delincuentes» e incidió también en que los nexos entre la trata de seres humanos -el «tercer negocio más lucrativo del mundo»- y la prostitución son tales que a la hora de perseguir la primera «sigue habiendo confusiones». Subrayó que hoy las penas a las que se enfrentan estos delincuentes son «muy graves» (entre cinco y ocho años que los agravantes pueden alargar considerablemente), la ausencia de datos ciertos y fiables en España y la incongruencia de un sistema que pide a las víctimas que colaboren (la mayoría de las pruebas en estos casos son testificales), «pero no les da alternativas para escapar a su red, para tener una vida nueva. ¿Quién quiere volver a Nigeria, cuando además los ‘malos’ conocen a tu familia, a tu hijo…?».

Mi negocio es como otro cualquiera». Ni explotación ni coacciones ni comisiones. Es más, cuando la asesora fiscalPatricia Ferrer Rafael, regente y co-propietaria de un club de alterne en Ibiza desde 1999, detecta la huella de las mafias, recurre a la policía. Es lo que sostuvo en su intervención, en la que aseguró que su club proporciona la infraestructura para que las trabajadoras realicen su trabajo, cobrando una tarifa por el uso de las instalaciones. «La prostitución no va a erradicarse jamás y lo que hace falta es regularizarla, normalizarla y que sea una relación mercantil como la de cualquier trabajador”, señaló.

«La prostitución ha pasado de ser un negocio casi artesanal a una multinacional vinculada a la economía criminal en 30 años». Para Rosa Cobo, profesora de Sociología de Género de la Universidad de A Coruña, la prostitución «surge de una estructura patriarcal y neoliberal y su lógica de privatizar todo lo que encuentra a su paso. En mujeres de extrema pobreza, se pueden privatizar sus cuerpos». Cobo insistió en la falta de legitimidad del ‘contrato’ entre cliente y prostituta y en que la prostitución, «resultado de la desigualdad de género y económica, se convierte a su vez en una fuente de desigualdad por su fuerza en el imaginario colectivo».

«Se habla de la prostitución como un modelo de sexualidad, cuando sólo es sexual para una de las partes, los prostituidores». Portavoz de la Plataforma de Organizaciones de Mujeres por la Abolición de la Prostitución,Rosario Carracedo abogó por el modelo sueco -donde se penaliza al cliente-, y cuestionó el propio título de las jornadas: «Parece que prostitución y libertad sexual forman parte de una misma realidad, y se parte de una postura ideológica que admite desde el punto de vista teórico y de la actuación política la diferenciación de los grados en que la sociedad permite el consumo de mujeres. Sin embargo, si aspiramos al principio de igualdad entre hombres y mujeres la prostitución es inaceptable».

“No somos trozos de carne que se venden y no queremos una protección estatal que no necesitamos”. Así de contundente se mostró Cristina Garaizábal, presidenta del colectivo Hetaira, que, desde una postura antagónica, defendió la prostitución como trabajo, la «libertad y autonomía» de quienes la ejercen, “los derechos de plena ciudadanía” de las prostitutas inmigrantes y la “negociación de espacios” para que trabajan en la calle. En la prostitución, dijo, “hay empresarios, no proxenetas”, haciendo hincapié en la distinción con la trata, y en el sector “puede haber explotación laboral, no sexual”.

)-«El ambiente en los pisos de contactos es similar a los pisos de estudiantes». Así describió José López Riopedre, sociólogo, coautor deTrabajando en la prostitución y abogado (conoce de primera la operacion Carioca) lo que ha encontrado en su trabajo de campo, centrado en la prostitución brasileña y rumana en el noroeste de España: «Pisos de contactos en los que trabajan mujeres que llegaron a nuestro país, muchas veces sabiendo a lo que venían, y que después de un tiempo en locales de alterne se dieron cuenta de que les salía mejor independizarse». «Las mujeres se juntan en un piso, aúnan esfuerzos y se autoorganizan, y la jefatura suele ser femenina», describió Riopedre, quien recalcó que sus estudios no pueden generalizarse y defendió «eliminar del Código Penal la palabra prostitución. Ya hay herramientas en él para prevenir abusos y coacciones».

«Hay dos falacias: primero, que la prostitución no es un trabajo; segundo, que no está regulada». Así lo explicó Glòria Poyatos, jueza decana de los juzgados de Lanzarote y autora de La prostitución como trabajo autónomo (libro que escribió tras conseguir darse de alta ante Hacienda como prostituta, y que ha inspirado la primera cooperativa de trabajadoras sexuales en España): «Una resolución del Tribunal Europeo y dos sentencias del Supremo (de una de ellas fue ponente Carlos Lesmes, actual presidente del CGPJ), desmienten que la prostitución no sea una actividad profesional; y el hecho de que no tenga una regulación específica no quiere decir que no esté regulada». Poyatos dijo partir «de una realidad que ojalá no existiese, pero es la que es. Soy jurista y realista, y mi deber es proteger. Las prostitutas no pueden ser tratadas como infrasujetos, y debe distinguirse la trata, la prostitución coactiva y la que no lo es».

«Se piensa que una prostituta no sabe hablar». Autora del libro y del blog Una mala mujer y “persona que ejerce el trabajo sexual” desde hace décadas, Montserrat Neira se refirió a sí misma -con ironía- como “mujer prostituida”, término usado por los abolicionistas. Sin embargo, para ella la prostituta es quien controla la situación, ya que “los hombres pagan por adelantado, y la trabajadora sexual puede incluso no cumplir el acuerdo”. Neira, de hecho, sostuvo que la trata es un porcentaje mínimo de la prostitución y denunció que sus víctimas son ignoradas por el Estado. Su experiencia arrancó con 29 años, cuando, divorciada, con hijos y sin formación, se quedó en paro y acudió a un piso donde se quedaban una comisión del 50%. Después, llegó el estigma: “No sólo no podía contárselo a nadie, sino que una vez en unas jornadas abolicionistas conté mi caso y me dijeron que necesitaba tratamiento psiquiátrico”.

«Si la prostitución es un oficio del que trabaja con su cuerpo, habría que prohibir todo tipo de trabajos”. La Asociación Sex Asistent, entre otros fines, tiene el de crear un espacio que posibilite el «acompañamiento sexual, sensual o afectivo» a discapacitados o personas con diversidad funcional por parte de profesionales. Rafael Reoyo González activista por los derechos de estas personas, habló del doble tabú que existe alrededor de ellos -respecto a sus cuerpos y su sexualidad- y reclamó “el “fin del ‘minusvalidismo’ y de la lástima”.

«La tasa de infección por VIH entre las prostitutas es menor que entre las mujeres que no realizan trabajos sexuales». Menor, incluso, que entre los hombres heterosexuales, por la práctica extendida entre ellas del uso del preservativo. Es lo que sostuvo Concepción Colomo, pionera en programas de salud sexual. «Desde el punto de vista médico, son ineficaces las medidas represivas y de obligatoriedad de controles sanitarios a las prostitutas», aseguró.

La limitación de la prostitución es producto “del mito del amor romántico”. Profesora de la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante), Purificación Heras es autora de un trabajo empírico sobre la prostitución que puso de relieve «la vulnerabilidad de las trabajadoras sexuales», debida, según ella, a las políticas restrictivas. Eso en una sociedad que “jerarquiza la sexualidad” y considera que “el sexo es malo y debe ser castigado”.

Los que sostienen que las mujeres prostitutas no optan o no deciden no dicen la verdad”. Magistrado de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Ramón Sáenz recalcó que la prostitución voluntaria “es una realidad innegable», y rechazarla «dificulta la protección de quienes realmente deben ser protegidos”. “El Estado no debe intervenir para criminalizar el intercambio remunerado y voluntario de sexo entre adultos capaces», y la prohibición incluso «fomenta la trata y la explotación laboral”, aseguró.

-“La prostitución per se no es un mal; es un pacto entre dos personas adultas que consienten de forma libre”. Isabel Holgado, antropóloga, coordinadora de LICIT (Línea de Investigación y Cooperación con Inmigrantes Trabajadoras del Sexo) y consultora de la red Sex Workers Project, quiso presentarse también como “trotona”, usando el viejo término castellano que en Cuba significa prostituta. Las prostitutas “somos sujetos actuantes con estrategias de vida distintas”, señaló y narró la anécdota de una inmigrante, Iliana, a la que un periodista le preguntó si tenía orgasmos con sus clientes: “Nunca, ni con mis clientes ni con mis amantes. ¿Sabes cuándo los tengo? Cada vez que voy a Western Union y les envío 300 dólares a mis hijos”. Añadía Holgado: “Si supiera lo que hago, mi propia abuela me aplaudiría porque no soy una víctima, como tampoco se muestra como una víctima Iliana, sino como una persona con voluntad propia”. Y concluyó: “El estigma permite el irrespeto más lacerante”, la “violencia cultural”.