El toque de queda saca la prostitución a plena luz del día: «Montero aprovecha la pandemia para asfixiarnos»

Con la visibilidad, las meretrices también se levantan en armas: «Seas abolicionista o no, nosotras tenemos que comer»

 

Érika Montañés@emontanes´

30 de noviembre de 2020

https://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:uOqSyGTd-aMJ:https://www.abc.es/sociedad/abci-toque-queda-saca-prostitucion-plena-montero-aprovecha-pandemia-para-asfixiarnos-202011261412_noticia_amp.html+&cd=1&hl=es&ct=clnk&gl=es

 

María José Barrera, prostituta que representa al colectivo en Sevilla, cuenta el abandono total que han sufrido en tiempos del coronavirus – REPORTAJE GRÁFICO: VANESSA GÓMEZ / PEP DALMAU / ALFREDO AGUILAR (IDEAL)

 

Sabrina Sánchez, Linda «Porn» (así se hace llamar, no siendo su apellido real) y María José Barrera son tres mujeres que ejercen la prostitución en distintos rincones de España. Normalmente, las meretrices se esconden al ver un micrófono, una grabadora o una cámara. Los periodistas no son muy bienvenidos. Con ciertos resquemores, acceden a hablar en ABC porque, denuncian, las tres representan a colectivos de mujeres que, aunque suene atrevido, están viviendo «su peor momento». Son, respectivamente, las representantes del sindicato Otras –no legalizado y pendiente de recurso por resolver en la Audiencia Nacional–, Aprosex (colectivo que agrupa a unas 8.000 prostitutas en Cataluña) y el colectivo de Mujeres Prostitutas de Sevilla, que ejercen en la capital hispalense.

La pandemia ha sacado a la luz (aún más si cabe) las miserias de este trabajo. Miles de mujeres ocultas en clubes de alterne, pisos, polígonos y barrios interpretan que el Covid-19 ha supuesto la estocada final a su trabajo. Con lo que se ven privadas del sustento. Por ello, la visibilidad también les devuelve a la «lucha» contra sus condiciones y la hipocresía en que se mueve el Estado. Se levantan en armas. Algunas, como Sabrina, van más allá y ponen nombres y apellidos al desaire: Irene Montero, ministra de Igualdad y abolicionista confesa que quiere poner fin a la prostitución en España, el que es, por otra parte y según Naciones Unidas, el tercer país donde más prostitución hay y reclaman los clientes del mundo.

La portavoz de Otras colige que el Ministerio de Igualdad y su titular, a quien han pedido un encuentro en numerosas ocasiones, ha aprovechado la pandemia para «asfixiarlas», para llevar hasta el final sus ansias abolicionistas, que tantas veces ha pregonado ante el altavoz mediático. María José Barrera, andaluza de 46 años, es de la misma opinión. Sus compañeras, en más de un 80% de los casos son inmigrantes, apela, no tienen para subsistir ni para enviar parte del dinero que ganan al otro lado del charco, así que se han visto abocadas a pedir en las llamadas «colas del hambre» de las organizaciones humanitarias. Y aun con todo, estas mujeres no tienen para comer, ni para alimentar a sus hijos o a sus familias fuera de España. Ella, aliada con algunos ayuntamientos sevillanos, han podido «auxiliar» de algún modo a 80 prostitutas y sus familias, pero, añade, «evidentemente no es suficiente. La ayuda es temporal y nuestras necesidades no caducan».

Linda tiene 40 años y es mexicana. Tras 15 años en el país, ha podido «ser independiente», reconoce a este periódico, y establecerse para trabajar sin necesidad de estar atada a un lugar específico. También asiente cuando se le pregunta por las penurias que están pasando cientos de mujeres en este país. Descartadas aquellas que están en manos de mafias y redes de trata (que son la inmensa mayoría, más del 80% según la Unidad de la Policía Nacional contra la Trata) las que ejercen la prostitución «consentida» se están lanzando ahora a las calles a plena luz del día, «obligadas», afirman, porque el toque de queda impuesto en todas las regiones no les permite estar en las calles, polígonos, barrios y carreteras en ningún caso más allá de la medianoche.


Las meretrices y sus colectivos acusan al Gobierno de dejarlas «en la cuneta» y desprotegerlas


A las cuatro de la tarde

En Barcelona, donde Linda reside y dirige la asociación de trabajadoras sexuales Aprosex, las prostitutas se están colocando a las cuatro y cinco de la tarde en el entorno del Camp Nou. Sabrina, portavoz del sindicato Otras que persigue la regularización de este trabajo con Seguridad Social, seguro médico, condiciones laborales reconocidas y cotización, ratifica que en dicha ciudad, donde ella también reside, están comprobando que a media tarde decenas de mujeres se colocan en torno a la Ciudad Universitaria. La imagen se ha trasladado de la madrugada a la tarde. Varias ordenanzas municipales, como en la ciudad de Granada, ya se han hecho eco de esta nueva realidad y han tratado de poner coto con un refuerzo de agentes policiales en los lugares donde se colocan. Lo mismo ha sucedido en la capital, en Madrid, con once nuevos focos donde comienza a recalar la prostitución a pleno día.

En un discreto paseo, el fotógrafo de ABC en Barcelona Pep Dalmau así lo atestigua en sus imágenes. Los estudiantes pasean por este enclave y algunos se asombran de ser interceptados por estas mujeres ofreciéndoles sus servicios. «Nos están empobreciendo cada día un poco más», se duele Linda, que ya no sabe cómo ayudar a salir de esta situación «tan grave». «Estamos marginadas, nos han puesto la banderilla para darnos la estocada final» por la pandemia, repite. El estigma social no las favorece. «Siempre nos hemos tenido que esconder, porque lidiamos con el rechazo general de la ciudadanía, pero esta situación es insostenible. Tenemos que mantener a nuestros niños, solo queremos un kilo de arroz», simplifica. «Este Gobierno que se dice feminista ha ido a por nosotras. Nos han cerrado todo; no son abolicionistas, son desaparicionistas, quieren que nos esfumemos y desaparezcamos. ¿Qué pretende hacer con nosotras si no? Estamos desesperadas», se queja.

Muchos clubes han cerrado

María José y sus compañeras describen a ABC que les están empujando poco a poco a una situación que se torna dramática. Antes del estallido de la pandemia, 1.200 clubes de alterne jalonaban las carreteras de este país. «Cerraron durante el verano los lupanares de Castilla-La Mancha y otras comunidades autónomas, como Cataluña, no nos han concedido ayudas específicas por la hipocresía que rodea a este oficio, desde el Gobierno no se nos quiere hacer ningún guiño para ayudarnos y nos dejan en la cuneta», dicen estas prostitutas. Presumen desde el Ejecutivo de que «no quieren dejar a nadie atrás, pero algunas no les interesamos y seguimos siendo personas», objetan.

El resultado es «que nos dejan morir»; «la gente tiene que buscarse la vida y el Estado ha decidido mirar hacia otro lado porque somos personas incómodas», infiere Sabrina Sánchez. Linda coge el testigo y asiente en su discurso también Barrera, desde Sevilla: «La mayoría de las prostitutas son personas que no tienen papeles y su situación es irregular. Sin la documentación en regla, tampoco pueden moverse mucho ni hacer ruido, así que están abocadas a ejercer clandestinamente en pisos o a no tener sus necesidades cubiertas». «Lo venimos denunciando desde marzo –agrega Sánchez–, pero no nos han hecho ningún caso. En Cataluña, por ejemplo, sigue todo cerrado y así es imposible trabajar y tener algo para comer».

Pese a las dificultades, estos colectivos dicen que no se van a callar y advierten de que se manifestarán contra un Gobierno que, lejos de proteger a toda la ciudadanía, está dejando caer a quienes no le interesan demasiado. El abandono que dicen sufrir las envalentona pero tienen miedo. La era del coronavirus (y, sobre todo, están pensando en la era del postcoronavirus ) les ha hundido en la incertidumbre. En una situación totalmente alegal en España, saben que muy difícilmente van a poder salir de este agujero en el sistema.

 

Linda Porn: “La Ley de Extranjería es la responsable de la trata y de la explotación de las trabajadoras sexuales migrantes”

La activista y artista Linda Porn y Anna de la asociación proderechos Genera se acercaron a Zaragoza para debatir sobre la lucha de las trabajadoras sexuales y de paso charlaron con AraInfo sobre las políticas institucionales, la leyes racistas y los conflictos entre las diferentes posturas en torno a la prostitución y la trata

 

Por ROCÍO DURÁN HERMOSILLA

17 de abril de 2019 

Linda Porn: “La Ley de Extranjería es la responsable de la trata y de la explotación de las trabajadoras sexuales migrantes”

 

Foto: Pablo Ibáñez.

 

En su visita a Zaragoza de la mano de #NuncaSinNosotras pudimos hablar con Anna de la Asociación Genera que lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales y con Linda Porn, una activista, artista y trabajadora sexual migrante que desde que vio por primera vez la estatua de Colón vigilando las calles de Barcelona se dedicó en cuerpo y carne a la lucha antirracista.

¿Cuáles serían las medidas políticas perfectas para trabajar y acabar con el problema de la trata?

Anna: Así como política ideal es como ambicioso. Podemos situar algunos elementos que nosotras hemos analizado en la campaña. Una pasa por que cualquier política sobre la trata tiene que ir sobre la trata y no sobre la prostitución, por tanto, no utilizar la trata como vía para la criminalización de la prostitución. Entendemos que una política contra la trata es la despenalización de la prostitución en todos sus ámbitos.

Por otro lado, respecto al abordaje de la trata, una de las cosas que no se comprende es que con todo el alarmismo y con todo el uso que se está haciendo alrededor de la trata, con estas cifras del 90% de mujeres en trata, los recursos destinados a la trata sean bastante inferiores a aquellos que las entidades sociales están reclamando para el abordaje de la trata. Y dos la cuestión de que todo lo que sea el abordaje de la trata esté siempre situado en la persecución de la garantía de derechos.

Por lo tanto, es necesario empezar a hacer un abordaje de la trata desde una perspectiva feminista, entendiéndolo como una violencia machista y por lo tanto con toda la complejidad que implica la desvinculación, empezar a implementar medidas como aquellas aprobadas en las directivas europeas que no se están implementando en el Estado español como la protección y como las medidas de compensación hacia las víctimas de trata.

Y después otra cosa que diríamos nosotras y esto forma parte del abordaje penal pero creemos que es interesante, el hecho de que hay que empezar a trabajar en los procesos penales y judiciales de forma que el testigo de la víctima sea la única prueba válida para la consecución de las sentencia condenatorias porque entendemos que esto es una responsabilidad en la víctima, que cuando además no se le garantiza unos derechos, muy difícil de asumir y que hace que se genere un marco de impunidad para la trata.

¿La ley de Extranjería es una pieza clave para acabar con la trata?

Linda Porn: Desde un plano totalmente activista, de calle, de la propia experiencia como migrante, nosotros lo que nos encontramos es con la Ley de Extranjería. No es que cuando la Ley de Extranjería se destruya todo esto va a desaparecer pero sí estamos muy conscientes y esa es la diana que tenemos de que la Ley de Extranjería es precisamente la responsable de todo lo que es la violación de los derechos humanos, de lo que es la trata y de lo que es la explotación de las trabajadoras sexuales migrantes y de todos los trabajadores migrantes en general.

Con las instituciones y las leyes que tenemos, ¿qué podemos hacer?

A: Al final la Ley de Extranjería es una pieza clave del entramado del Estado, del marco institucional, con lo cual, desde la política institucional querer acabar con esto sería un objetivo de máximos que yo firmo pero sí que es verdad que todas las otras medidas ya sea la despenalización del trabajo sexual y, por lo tanto, también la penalización que recae sobre las víctimas y todo lo que es girar el enfoque a todo lo que es de procesos penales que sean más garantistas con los derechos de las víctimas, finalmente sí que es un marco de aplicar las directivas europeas con lo cual y creemos que tampoco estamos pidiendo la revolución, creemos que son medidas perfectamente asumibles.

Foto: Pablo Ibáñez.

¿Cómo ha favorecido que el Ayuntamiento de Barcelona se haya posicionado en favor de los derechos de las trabajadoras?

LP: Es verdad que ahora mismo con el gobierno y todas las personas que están ahí que tienen una visión transfeminista por supuesto, no sé como lo perciben las compañeras de la calle pero, al menos, las compañeras que trabajamos independientes sí es menos hostil, al menos, nosotras tenemos un medio menos hostil, algo más esperanzador o utópico porque tampoco es que las instituciones puedan hacer mucho.

Lo único que pueden hacer es posicionarse al lado de las mujeres pero sí te alientan, los colectivos de trabajadoras y las asociaciones de trabajadoras pro derechos no estamos tan hostigadas, tan criminalizadas ni victimizadas y claro vemos que las autoridades y la institución ha hecho como un clic. Ni se posiciona a favor o en contra pero sí se posiciona a favor de que tengamos derechos y de que no seamos violentadas o explotadas ni criminalizadas o atacadas públicamente como todos los movimientos de nuestras detractoras han hecho.

Yo entiendo que la política es muy compleja y que una ley no se puede hacer así como así pero sí que el ambiente está más relajado y menos hostil.

¿Esto ayuda a que podáis organizaros entre vosotras?

LP: Todo esto ha sido el fruto de años y años de lucha de un montón de compañeras.

A: Con lo de los años que decías, es verdad que ahora hay un movimiento, se ha marcado mucho el tema del sindicato pero anteriormente con todo el conflicto que generó la ordenanza de civismo se creo un movimiento que es superfuerte dentro de El Raval. Lo que pasa es que no está tan organizado en sindicatos sino que es un movimiento más autónomo.

LP: Más underground. Eso no le quita ninguna nota. Las compas de El Raval llevan años con la organización y con un montón de fuerza. También son compañeras que han sido referentes de base que han servido para otras las independientes, para las migras, para todas. El Ayuntamiento o la misma alcaldesa están a favor de los derechos de las trabajadoras sexuales porque hay un movimiento que viene de hace muchos años y de mucha raíz.

Linda tu trabajo artístico, por ejemplo, la visita antirracista al Monumento de Colón, ha sido muy controvertido.

LP: Yo soy mexicana y cuando llegas aquí y de repente ves una estatua de Colón de esa magnitud y de repente ves la condescendencia con la que te hablan las personas, de tener que ir a sacar una tarjeta de residencia y de repente darte cuenta cuando llegas a Europa de que no es lo que tú pensabas y que aquí está todo muy chungo y que encima eres una panchita. De repente te das cuenta del concepto panchita, y claro ahí es donde desde hace unos años para acá estoy elaborando unas piezas artísticas y un discurso antirracista y anticolonial en el que denuncio todas estas prácticas coloniales que uno de los ejes de esas prácticas coloniales es la Ley de Extranjería.

Buscando todos estos microrracismos, elaborando piezas públicas que son las que me parecen más efectivas, más que la pieza de vídeo que la puedes poner en un museo o en una casa de cultura. La performance en vivo es la que tiene más impacto y la que tiene más cachondeo y que es más lúdica. Tú puedes hablar con todo el mundo y estamos en plan más festivo, haciendo un análisis político crítico, sobre lo que es el eurocentrismo.

Transfeminismo, diferencias entre trata y prostitución, el concepto de salvadora, ¿qué pensáis del conflicto surgido dentro del movimiento feminista?

A: Hay un tema con la visceralidad en relación a este debate que nosotras aún no le hemos sabido encontrar explicación a esto. No sé si es que está ligado a la sexualidad pero está claro que es un debate muy visceral. Cuando situamos que hay mucho debate dentro del feminismo y cuando hablamos específicamente del 8 de marzo de este año creo que también tenemos que ver o diferenciar entre tipos de feminismo y tipos de abolicionismo diferentes.

Hay un abolicionismo en el que igual con el movimiento pro derechos podemos tener incluso puntos en común. A nosotras nos diréis que en una sociedad futura no tendría que existir la prostitución porque es una institución patriarcal capitalista, yo aquí puedo estar de acuerdo, igual que el matrimonio lo es. Y podemos estar de acuerdo en si en un futuro tiene que existir o no pero hay un cierto acuerdo en que la necesidad inmediata es garantizar los derechos de las mujeres que ejercen la prostitución, tanto las que lo ejercen de manera voluntaria como las que lo ejercen de forma forzada. Y luego hay un abolicionismo que se llama abolicionista pero que para mí no es abolicionista sino que es prohibicionista que es un feminismo en el que recaen todas las estructuras de poder.

Cuando vemos quienes son, los grupos políticos que van a boicotear las asambleas del 8 de marzo son claramente figuras muy relacionadas con la ideología del Estado y que por lo tanto también recae todo el poder institucional en sus manos. Aquí hay que relativizar el peso de este feminismo, y no es que sea tan grande sino que tiene un poder superior a un movimiento feminista autónomo, eso en primer lugar, y segundo que evidentemente tiene este poder comunicativo. Entonces, ¿cómo hay que hacer frente a esto? Pues mantener nuestra forma de debate que ha sido siempre desde el respeto, denunciar cuando se producen faltas de respeto y a partir de aquí hacer una tarea de difusión de las personas, a través de alianzas o a través de las redes sociales.

LP: Al ser un movimiento feminista tan grande de repente vemos un pinkwashing en el que todas tenemos que estar de acuerdo, en este caso somos chicas y tenemos que ir de la manita y el arcoiris y me parece algo reduccionista. Como en todos los movimientos siempre va a haber enfrentamientos, unos serán comunistas otros anarquistas, otros serán maricas y todos los movimientos tienen que concienciar.

De las cosas que yo he reflexionado y de manera personal, estas personas tienen lo que podríamos decir ahora un feminismo hegemónico, están muy posicionadas en las instituciones que tienen un discurso que obedece al plano institucional. Yo lo comparo con la lucha del obrero y del patrón, no sé si hay una reconciliación. Yo creo que lo único que tiene que haber es un sindicato, una organización por parte de los trabajadores que puedan defender sus intereses frente al patrón.

Yo veo este movimiento abolicionista que se está sintiendo atacado por una cierta clase social que somos nosotras, que es una clase social que no es privilegiada y de repente esta clase privilegiada se está viendo atacada como cuando al patrón se le pide trabajar cuarenta horas, con bajas, con bajas de maternidad… Claro, te vas a dejar las uñas porque su capital está en riesgo. Yo no lo veo tanto como algo de sexualidad, yo lo veo un componente de clase total, no lo veo ni machismo ni feminismo, lo veo como un componente de clase total en el que el diálogo va a ser el sindicato y la autoorganización de las trabajadoras frente a todas estas personas.

Aunque ellas no sean las que lleven los burdeles, sí que tienen algo que ver con lo estatal, entonces el diálogo va a ser ese. Hay que empezar a pactar, y claro se están tambaleando un poco sus privilegios.

¿La lucha desde el sacrificio o la lucha desde el placer?

A: Yo creo que hay una parte en esto que tiene que ver con las formas en las cuales nos relacionamos dentro del movimiento feminista y que tiene que ver con que cuando nosotras nos hemos encontrado con posiciones superconfrontativas dentro del propio movimiento, posiciones de falta de respeto, de violencia hacia nosotras, que prácticamente nosotras decidimos que no íbamos a debates con abolicionistas porque estábamos hartas de determinadas faltas de respeto porque no queríamos combatir en este ámbito.

Dos cosas básicas que tiene que tener toda posición feminista es defensa de los derechos de las mujeres y respeto a la agencia de las mujeres. Si lo hablamos desde aquí sí, a veces con el tema del placer en la lucha lo que hacemos es acabar olvidando que hay un conflicto de fondo y que es un conflicto de raíz por los derechos laborales de las mujeres, de las mujeres contra un Estado que no garantiza derechos contra una patronal que también vulnera los derechos laborales y, por lo tanto, incluso con un lobby muy obsesionado, en general, con esta confusión entre trata y prostitución como herramienta para vulnerar los derechos de las mujeres. No olvidar nunca que hay un conflicto de fondo, luego podemos ser imaginativas con las formas de lucha pero siempre sin olvidar que hay un conflicto.

LP: Yo estoy totalmente de acuerdo contigo por eso te decía, la reconciliación va a ser cuando nos enfrentemos las obreras con el patrón y se establezcan unos pactos. Mi trabajo intenta ser lo más lúdico posible, muy pornográfico, estar siempre visible la carne, el placer, el placer sexual, siempre la fiesta y lo lúdico porque también es una característica del movimiento de las trabajadoras sexuales.

Respecto a lo lúdico, desde mi posición como Linda y como los trabajos que hago artísticamente yo pienso que debe haber un placer totalmente, tiene que haber una exploración de la sexualidad, se tiene que caer ese tabú sexual judeocristiano europeo blanco en el que siempre las mujeres tienen que ser la Eva, en el que todo el tiempo está negando su sexualidad, en el que todo el tiempo está cuestionada. A mí me parece que puede ser, no decisivo, pero sí puede ser accesorio para la lucha feminista.

A mí me recuerda a Itziar Ziga y su crítica a la culpa judeocristiana.

LP: Sí, nunca olvidar el conflicto que tenemos y estar siempre atentas a lo que está pasando en nuestros espacios lúdicos, artísticos de fiesta y de organización del movimiento yo también creo que supernecesario que haya ese elemento lúdico-sexual.

Anna y Linda Porn. Foto: Pablo Ibáñez.

 

Arte e industria del sexo en tiempo de coronavirus

La ‘performer’ Linda Porn organiza talleres de teletrabajo sexual para ayudar a un sector desprotegido

 

‘Puta mestiza’, una de las ‘performances’ de Linda Porn que se pudo ver en la exposición ‘Feminismos’ del CCCB.

 

Por ROBERTA BOSCO

Barcelona,  20 de abril de 2020

https://elpais.com/espana/catalunya/2020-04-20/arte-e-industria-del-sexo-en-tiempo-de-coronavirus.html

 

“En tiempo de guerra en la industria del sexo se trabaja mucho más, pero esta es una pandemia. Todos tienen miedo, los empresarios de los clubs, las prostitutas, los clientes. El parón ha sido general”. Lo explica Linda Porn, artista visual, performer, jefa de familia, madre y también trabajadora del sexo. La artista, que desde hace años compagina el trabajo en la industria del sexo con su actividad creativa en el marco de la pospornografía y el activismo antirracista y anticolonial, ha decidido aprovechar la crisis sanitaria para compartir sus conocimientos y ayudar a muchas personas que de un día para otro se han encontrado sin su medio de subsistencia.

“Este gobierno autoproclamado feminista no nos reconoce como trabajadoras, no existe relación laboral con los empresarios de los clubes y no podemos acceder a una ayuda del Estado”, explica y pone como ejemplo uno de los clubes más grandes de Europa, el Paradise de La Jonquera, que ha solicitado un ERTE para 69 trabajadores, ninguno sexual, es decir ninguno de los que generan el capital. “El teletrabajo sexual se desarrolla desde hace años con las webcams, pero últimamente han surgido plataformas para que las trabajadoras sexuales puedan colgar sus contenidos, sin tener que esperar el contrato de una productora, que solo admite perfiles blancos, jóvenes, flacos y normativos”, explica Linda Porn, que ya ha organizado dos charlas a través de Zoom, junto con Anneke Necro y Paul Purple y ya está trabajando en nuevas fechas. Además, han redactado una “putiguía” donde comparten sus saberes sobre cómo gestionar el teletrabajo sexual tanto desde una perspectiva práctica y operativa (plataformas, fórmulas de cobro, seguridad…) como psicológica (cómo gestionar tanta exposición, cómo proteger a tu familia del estigma y la vergüenza).

‘Baby Bambi’, ‘performance’ de Linda Porn, realizada junto al Prado.LUIZO VEGA

No es un secreto que la gran mayoría de artistas no llega a vivir de su trabajo y menos cuando debe mantener a una familia y ayudar a su gente en su país de origen, México, en el caso de Linda Porn. Ella lo tuvo claro desde joven, cuando empezó a estudiar y trabajar en el Teatro Campesino Indígena de México. “Mi madre era soltera y no había forma de que pudiera costearme la universidad y mis estudios de teatro así que empecé a trabajar en un table dance y me dí cuenta de que trabajando en la industria del sexo podría independizarme y tener la vida que quería”, cuenta.

Así empieza una historia de lucha y creación que la ha llevado a pisar las tablas de teatros alternativos e importantes museos de Europa y Estados Unidos, incluido el MoMA de Nueva York. “Llegué a España en busca del sueño colonial europeo, directamente para trabajar en la industria del sexo, lo cual me permitía desarrollar mis proyectos relacionados con mi vida”, explica Linda Porn, cuyas obras mezclan la herencia cultural mexicana, el activismo antirracista y anticolonial, la migración y la lucha en contra de la discriminación. “El arte me sirvió para salir del armario. La estética pospornográfica es muy poderosa y me ha permitido hablar del estigma de la prostitución, las estrategias de control de las mujeres y la hipocresía que lo envuelve todo”, indica.

Así surgieron obras de gran poder visual y conceptual como el vídeo Puta mestiza que se pudo ver en la exposición ¡Feminismos! del CCCB, una denuncia de la explotación de las mujeres del sur global y el fracaso de la Ley de Extranjería o la obra de teatro Oluz con la compañía murciana Los Menos, en la que participa también la hija de la artista, que en un monólogo desgarrador interpreta al personaje de su madre de niña. Entre los peligros que debe sortear una madre soltera que vive de la industria del sexo, probablemente el peor es el miedo a que te quiten a tus hijos que en este tiempo de pandemia se multiplica. Esta problemática se pone de manifiesto en la obra La Llorona, que forma parte de una serie en la que Porn revisa los mitos femeninos mexicanos. “La criminalización de las madres prostitutas sirve para castigar a las mujeres pero también para alinearlas a modelos de feminidad eurocéntricos, capitalistas, patriarcales y coloniales, así como suspender la transmisión de valores distintos”, concluye.

 

Protección de menores como la institución patriarcal del castigo a niños y madres

 

Por Linda Porn

26 de septiembre de 2019

 https://lindaporn.blogspot.com/2019/09/proteccion-de-menores-como-la.html

 

La institución patriarcal por excelencia es la mal llamada protección de menores. Esta institución se encarga de perseguir, reprimir y violentar a familias pobres. Por medio de los trabajadores sociales construidos como ‘salvadores’ son en realidad la policía de estas familias, que con toda la impunidad y el cobijo de la ley patriarcal, entran a casas y con su mirada misógina y racista, separan a los niños de sus madres

Los encierran en centros gestionados por empresas privadas, las cuales reciben 4000€ x niño. O entran el el perverso negocio de la adopción. Una evidente práctica de trata de niños pobres. Las madres son criminalizadas y a modo de linchamiento en plaza pública se les pone el estigma de mala madre. Pero eso no es lo importante. Si no que es la lección a otras madres y mujeres, que no sigan la linea patriarcal o denuncien al patriarca serán castigadas, pero lo serán más sus hijos y ese será el castigo a una feminidad fuera de la blanquitud, la burguesía, de lo sano y lo legal.
Los hijos q pueden tener madre, son los niños hijos de madres de preferencia blancas, de buena reputación (no putas) sanas y legales, pero sobre todo burguesas y no por los medio económicos, si no por que Papi Estado sabe que esas madres harán buenos niños obedientes de su podrido sistema.

Linda Porn

 

Las trabajadoras sociales, las maltratadoras de Papi Estado

Por Linda Porn

28 de agosto de 2019

https://lindaporn.blogspot.com/2019/08/las-trabajadoras-sociales-las.html

 

Llegan personas mayores, mucho más mayores que tú, al cole, y te empiezan a hacer preguntas raras, sobre tu madre, sobre tú padre (si tienes, y si preguntan, por les por que, o es pobre y/o racializado, si no, ni se molestan en preguntar) te dicen que mama está haciendo las cosas mal. Te sacan del cole, por lo regular son mujeres y la verdad es que parecen guay´s, llevan pulseras de esas que usan en la ciudad de donde es tú madre, también se visten guay´s, parecen enrolladas, pero su tono y tal y como te miran, lo dice todo, no son guay´s. Te llevan a un médico y cuando sales, te dicen que te irás con ellas, por que mamá lo ha hecho muy mal, y ellas ahora te van a proteger. Tú quizá tengas 10 o 11 años, fue todo tan horrible, tan rápido y brusco, que hay cosas que ya no me acuerdo, o no sé si lo he borrado para no vivirlo más.

Te llevan a una casa, vieja, en el centro de Barcelona, donde hay más gente de esa que parece guay. Y hay muchos niñxs. Te dicen que mamá hoy no podría ir a verte por que está muy mal, que mamá no tiene tiempo, entonces tu lloras y lloras y suplicas ver a mamá, o bueno, si mamá es muy mala, (ya viendo que no hay más remedio que seguir su espantoso juego), pues ver a la abuelita, te dicen que si sigues llorando no podrás ver a ninguna. Pasan los días y te vas dando cuenta de que esa gente guay, es mas bien lo contrario, grita, encierra, castiga, habla mal, te coge con fuerza, te mira mal. Odias hablar con la que ahora es tú tutora. Odias todas las cosas que dice de mamá, quisieras decirle que es una mentirosa, pero sabes que si dices eso te castigará, mejor quedarse callada y decir a todo que si, quizá algún día, dejen venir a mamá. Siempre están enfadadas, siempre van con prisa y no hacen más que hacer ruidos raros con la boca cada que tienen que atendernos, puf, rrrr shhhh. Siempre está con lo mismo de que mamá es mala, y yo no quiero mirarla, no la soporto y me dice que cuando ella hable, la mire a los ojos y coge mi barbilla y se acerca a mi cara rápidamente. ¡Mírame cuando te hable!

¡Por fin! ¡Mamá viene! ¡Dicen que se ha portado bien y por eso puede venir! Mamá no puede traer chuches y toda la ropa nueva que me compró se la llevaron no sé donde, los libros también, la ropa que llevaba era de la vieja, que a veces llevaban para todos los que estábamos ahí.

Entonces me llevan a un cuarto, como la casa, con la pintura cayéndose, con mohos en las paredes, los peluches rotos y sucios, como una película de terror, y ese olor a humedad insoportable, todo viejo, toda la casa es igual, es una casa triste, con personas y niñxs tristes, una casa donde nos encerraron a todos por que nuestras mamás se portan mal.

Me dijeron que iba a tener la visita de mi madre ahí por que estabas cristal donde ellas nos veían pero nosotras a ellas no, era negro, negro, como la primera noche que dormí ahí, y ellas podían ver todo desde ahí, también me dijeron que había micrófonos para oír todo lo que dijera mamá, me dijeron que estarían ahí para protegerme, por si mamá me hacía daño, ellas la detendrían. Estaban ahí, detrás del cristal las tres muy erguidas, parecía que estaban contentas, no sé, quizá, ¿satisfechas? lo que casi nunca había visto en ellas,  estaban muy atentas. Yo casi no hablé, ya las conocía, sabía que iban de guay´s, pero mami no, preferí jugar con mi mami, que llevaba muchos días sin verla.

A los pocos día mi tutora dijo que mamá no estaba bien y que la habían oído y visto mal y que su comportamiento no les gustó, aunque yo no recuerdo que haya hecho nada, solo jugamos y me pregunto si estaba comiendo bien. Entonces me dijo que hasta que mamá no se recuperara no podía venir más a verme. Esas fueron las que me dijeron que me salvarían de mi mami. Ellas, las que me cogían con fuerza, las que clavaban sus ojos en mis ojitos, las que hablaban mal de mi madre. Las que gritaban a los bebes, las que encerraban a los mayores que se portaban mal. Esa son las trabajadoras sociales, las que no solo me salvaron, si no me encerraron, me gritaron y me quitaron a mi madre, por que no se portaba bien.

 

Linda Porn: hay más racismo en el porno que en la prostitución

 

Linda Porn ROBERT BONET.

 

  • La prostitución fue la vía de acceso a España para Linda Porn, natural de México e impulsora del sindicato OTRAS de trabajadoras sexuales
  • «El cine porno español no acepta a las latinas, ni siquiera nos verás en el porno más feminista»

 

Pau Rodríguez

12 de agosto de 2019

https://www.eldiario.es/catalunya/Linda-Porn-racismo-porno-prostitucion_0_929507690.html

 

Puta, artista y migrante. Así se define Linda Porn (Ciudad de México, 1980), que con 25 años consiguió llegar a España para ser actriz a través de la industria del sexo. Era ‘table dancer’ –bailarina de barra americana– en la capital mexicana para pagarse los estudios, y fue en el club en el que trabajaba donde le pasaron el contacto para viajar a Madrid, donde ya vivían su hermana y su madre.

«Para entrar a Europa todos tenemos estrategias, por supuesto ilegales. Está la patera y está como vine yo», resume. Ella llegó para hacer de prostituta. Lo hizo perfectamente consciente, recalca: «Como otras compañeras latinoamericanas, no vinimos víctimas de tráfico». «Quienes están contra la prostitución no pueden entender que una mujer tenga el trabajo sexual en su proyecto migratorio», añade.

Linda Porn, que es impulsora del sindicato OTRAS de trabajadoras sexuales (declarado ilegal recientemente por la Audiencia Nacional), niega que la mayoría de sus compañeras sean víctimas de trata, pero acepta que lo son de explotación, que se resume en jornadas de más de 12 horas para saldar la deuda de miles de euros con el contacto que las trajo a España. «Y si nos tienen cogidas no es porque amenacen a nuestra familia, sino porque no tenemos documentación, somos migrantes», expresa, y argumenta que si en vez de acabar con la prostitución se cambiara la ley de extranjería, este problema desaparecería.

De hecho, ni siquiera es partidaria de regular la prostitución, puesto que esto seguiría dejando a las trabajadoras migrantes al margen del sistema.

Afincada ahora en Castelldefels después de años en Madrid y Barcelona, esta mujer sigue alternando el trabajo sexual con el de artista y performer, a menudo mezclándolos. Recientemente ha estrenado una pieza audiovisual en el museo MUSAC de León en el que cuenta su proceso migratorio mientras se introduce un dildo por la vagina.

Más que en la prostitución, donde se asume que la mayoría de trabajadoras son extranjeras –latinoamericanas, asiáticas, africanas de la Europa del este, etc.–, Linda Porn asegura que es en su experiencia como actriz cuando más episodios de racismo ha sufrido. «Las latinoamericanas tenemos muy pocas opciones en el teatro o el cine, siempre vinculadas a estereotipos», lamenta. Lo mismo le ha ocurrido en la industria pornográfica, afirma. «El cine porno español no acepta a las latinas, ni siquiera nos verás en el porno más feminista», concluye.

 

El racismo y el feminismo blanco

 

Por Linda Porn

martes, 25 de diciembre de 2018

https://lindaporn.blogspot.com/2018/12/el-racismo-la-inocencia-blanca-y-el.html?m=1

 

Después de muchos años de tenerlo abandonado ¡vuelvo!
El 17 de diciembre fue el día en contra la violencia hacia las trabajadoras sexuales, como cada año, desde Aprosex, preparamos un vídeo, un vídeo que hago yo, con mucho ilusión y siempre cada año intentando innovar y cumplir con creatividad.
Como cada pieza, es dura construirla y no es algo fluido ni seguro. Pasé algunas calamidades para grabarlo, tarde un par de meses en escribirlo, un trabajo arduo y con rigor.
Aún así tuve que pasar la noche del sábado 15 y el domingo 16 en vela, para que el vídeo estuviera listo el 17 que OTRAS Sindicato, daba una conferencia de prensa y presentaba el vídeo.
Una presentación que para nuestra tristeza y sorpresa no fue NADIE. Si amigues, NADIE
Ni compañeras, ni prensa ni aliadas. Solo OTRAS y nuestro vídeo.
Después de mandar el vídeo a las 9 de la mañana del lunes 17 y coger un tren para irme a rodar dos escenas, por la noche ya destrozada por no dormir y trabajar tanto, me llegan dos mails. Veo las remitentes y los abro para leer.
Estas dos personas, personas blancas dentro del activismo, fueron los dos últimos tratos racistas que tuve ese 17 de diciembre, día en contra la violencia hacia las trabajadoras sexuales.
El racismo no es sólo una ideología, es una forma de ser y una forma de vivir. Es una forma de construcción de sujetos que se les enseña, educa y se les trata como superiores a otros, el racismo es muy amplio, y los racistas revisores del RENFE , que bajan a un chico de origen africano, o la española vieja abogada que le grita al joven, es el iceberg de un racismo que está en toda la cultura europea. No son casos aislados, ni están mal de la cabeza.
Voy a poner dos ejemplos provenientes de mujeres blancas y activistas, es decir, es un claro ejemplo de una forma de ser/vivir de forma eurocentrista, y mostrar que no son excepciones, reitero, es una forma de ser y si dentro del activismo pasa, imaginaos en el bar Manolo (ya lo contaré, una historia de machismo y racismo, en la que tuve que irme del trabajo)
En los mails, primero empiezan con la condescendencia, es decir, se me considera una persona incapaz de resolver mis problemas personales, quizá sea incapaz o quizá no, es una persona blanca la que se compadece de mi, y la compasión es jerarquía.
Después se descalifica mi pieza artística como básica, una afirmación que refleja la brutalidad de esta persona, una brutalidad que ejerce en mi persona, mi pieza es mala, el subtexto sería no sabes hacer bien las cosas
Acto seguido ofrece su ayuda, es decir, yo sí lo sé hacer, tú no y después de este comentario tan desagradable, lo justifica diciendo que más que nada lo dice por las feministas abolicionistas, maquillando su desprecio hacia mi pieza, que también justificó por algunos errores técnicos.
En resumen pobre chica migra que no sabe utilizar la tecnología.

Segundo trato racista
Grupo de whatsapp, donde está una feminista abolicionista, en un hilo comenté sobre mi feminismo decolonial antirracista no hegemónico, y está señora habló del feminismo como suyo feminismo=Occidente, y no sólo eso, afirmó que gracias a las blancas feministas, las mujeres del sur global tenemos derechos. Al mencionarle feministas decoloniales, me dijo que ninguna historiadora feminista las estudiaba, como era de esperarse, un feminismo blanco y hegemónico que desde su visión eurocentrista, se ha creído que ha inventado una lucha y que gracias a esa lucha los países de occidente tienen menos machismo que el resto. Invisibilizando y ninguneando el feminismo decolonial que existe desde que el mundo es mundo.
En resumen, el feminismo lo hicimos las blancas.

Dos visiones del eurocentrismo desde el buenrollismo y el feminismo blanco, sí el feminismo blanco, por qué hay un feminismo blanco, que aunque me guste mucho Olimpia de Gouges me identifico más con Sor Juana Inés de la Cruz, y me gusta Beouvoir, pero me encanta La Malinche.
Tienen una visión colonial y racista de nuestros orígenes y de nuestras personas, a parte de la ignorancia de la que hacen gala.
Hay que leer, descentrarse y oír. El que sea pobre no significa que sea pobre de espiritú, adoro leer, viajar y hacer piezas artísticas, a eso vine a Europa para aprender el arte occidental y la herramienta para ello fue el trabajo sexual.
El creer que el sólo hecho de ser mujer nos unirán en todas las luchas, eso esencialismo y muy casposo. El creerte antirracista tampoco te salva. Las palmaditas blancas de condescencia tienen que ser visualizadas, vengan de donde vengan, porque las mujeres blancas también son racistas. Os dejo con una escritora blanca que precisamente este párrafo, evidencía el racismo en Europa

Cuando en la tele consternados, pasan una y otra vez imágenes del Happy slapping, un chico que le da una hostia a una chica que mide dos cabezas menos que él y pesa quince kilos menos y se hace filmar por una amigo para después hacerse el chulito delante de otros tíos, nos la muestran para decirnos: Estos musulmanes hijos de padres polígamos, no respetan a las mujeres, es insoportable
Pero eso es exactamente lo que hacéis en un tercio de la literatura blanca masculina. Contáis como os aprovecháis de vuestro estatus de dominante para abusar de chavalillas que elegís entre las más débiles, contáis como las engañáis, las jodéis, las humilláis, para que os admiren vuestros colegas. Un triunfo a buen precio.El triunfo barato, la fuerza de los débiles. Mirad lo que les hacen. a las chicas en un tercio de la producción cinematográfica blanca contemporánea

Teoría King Kong, King Kong Girl, Despentes Virgine

 

 

Madre de día, prostituta de noche

 

ABRIL PHILLIPS / JOSÉ ACCINI, BARCELONA 

19 de agosto de 2018

https://www.lavanguardia.com/vida/20180819/451372132003/madre-de-dia-prostituta-de-noche.html

 

Una de las líderes del Colectivo Prostitutas de Sevilla reconoce que miente a sus vecinos sobre su profesión y que tampoco se lo confiesa a sus hijos (Abril Phillips y José Accini / Abril Phillips / José Accini)

 

Fiona es madre soltera. Tiene 41 años y ejerce la prostitución desde los 37. Fiona no es su verdadero nombre. Ella dice que tiene tantos como clientes. Si le insisten para que revele su identidad, inventa un nombre catalán, “para que resulte más creíble”. No es la única ficción de su vida. A veces se imagina cómo sería revelarle su verdadero trabajo a sus compañeros en la academia donde aprende inglés, a la camarera de su bar habitual, o con quienes comparte clases de baile. Su hija Julia, de 17 años, dice a sus amigos que su madre da masajes: “Hay gente a la que no le puedes contar esto por las ideas que tiene”.

Fiona recibe a este diario en un piso en Sants. Ropa deportiva, cara lavada, sonrisa abierta y un abrazo. En la entrada lo único que revela su oficio son libros como Melancólica erótica, Kama-sutra lésbico y Coño potens. Siempre le dio rabia no poder comprarlos, tener que tomarlos prestados de la biblioteca. Ahora que puede, los muestra con orgullo. Sobre la mesa, apuntes de su primer año de Psicología. Más al fondo, su lugar de trabajo. Primero, el “cuarto del amor”, con una cama doble sencilla y una mesa de luz que guarda lubricantes, toallitas y juguetes sexuales. Al lado, “el cuarto del castigo” exhibe una pared con dos tablas en forma de cruz y esposas en los extremos; del resto cuelgan látigos, cuerdas y más esposas.

Como madre soltera, el trabajo sexual no sólo se le presentó como una salida económica. “Una de las principales causas era poder estar con mi hija, y no llegar a casa hecha polvo física y mentalmente –dice Fiona, que antes trabajaba de camarera–. Cuando me pedía que jugáramos juntas no tenía energía, era muy doloroso”. Su hija Julia también pudo ver el cambio. “Venía cansada y estábamos muy poco tiempo juntas –dice la niña–. Cuando decidió trabajar de esto nos veíamos más, estaba más contenta que cuando era camarera”. El oficio le regaló a Fiona lo que ella siente como un lujo: poder recoger a su hija del colegio, pasar más tiempo con ella.

 

Dicen sentirse amenazadas ante la posibilidad de que les retiren la custodia

 

Algo similar le pasó a Ariadna Riley, sevillana, 11 años ejerciendo como trabajadora sexual. Tiene dos hijas, de 13 y 8 años, y un hijo de 10. “La maternidad no me daba para estar trabajando de día y cubrir necesidades básicas. Tuve que dejar el trabajo digno. Mi vida era madre de día y prostituta de noche”. Le ofrecieron otros trabajos, pero las jornadas a tiempo completo no le permitían estar tan presente en la vida de sus hijos como ella quería. “No me siento culpable de lo que hago, ni de ser mala madre”, afirma.

Conxa Borrell –Paula Vip para sus clientes–, es activista y presidenta de Aprosex, la Asociación de las Profesionales del Sexo. Hace 12 años que ejerce el trabajo sexual. La primera vez que lo hizo intuyó que todos los ojos se volvían hacia ella al salir del hotel. “Sentía que la gente sabía que venía de follar por dinero”. Esa sensación la acompañó hasta su casa. “Yo necesitaba mi ducha, mi toalla, para volver a sentirme limpia antes de darle un abrazo a mi hijo”, dice Borrell.

Otro caso es el de Tiziana, que vive junto a una compañera en Granollers. Cuando empezó a trabajar, hace diez años, tenía una niña pequeña y estaba divorciada. Luego de que naciera su segundo hijo, le pidió a una amiga suya que se los llevara a su país de origen, República Dominicana. Habla con ellos todos los días por videollamada, pero ese contacto no le es suficiente. “La distancia es muy dura”, confiesa Tiziana. Por eso se plantea traerlos de vuelta. Tiziana odia su trabajo.

Cuando lo describe, aparecen imágenes de hombres que no le gustan, que a veces huelen mal y le dan asco, alcohol y horarios no aptos para menores. “No tienes vida”, asegura Tiziana. No ve compatible el poder ser madre con mantener su oficio. “Siempre llegas de madrugada, a veces muy bebida. Entonces, ¿Cómo los vas a cuidar? –se pregunta–. Es o estar con ellos o en el trabajo”.

Tiziana explica que quiere dejarlo antes de que vuelvan sus niños, que quiere “salir de eso”. Prefiere un trabajo donde paguen menos pero que le permita estar tranquila consigo misma. Sin embargo, ser inmigrante cierra muchas puertas en el mundo del trabajo formal. “Es muy difícil encontrarlo, y más cuando eres extranjera. Y los que encuentras están muy mal pagados”. El trabajo sexual fue y sigue siendo para ella la “única opción”.

Según el Informe Abits (Agencia para el Abordaje Íntegro del Trabajo Sexual) del Ajuntament de Barcelona, de las 318 mujeres que durante el 2015 fueron recibidas en las oficinas del servicio de atención a trabajadoras sexuales, el 89,94% eran inmigrantes. Tiziana relata que la vida que lleva aquí se explica por la dificultad de pensar en un proyecto de vida en su país. “Para poder mantener a mis hijos en mi país, con un sueldo mínimo no llegaría”, asegura. Tiziana siente que ella en Barcelona se sacrifica para darle una mejor vida a sus hijos.

No todas las trabajadoras sexuales ejercen el oficio en las mismas condiciones. Algunas eligen no revelar su ocupación no sólo por miedo al rechazo, sino por el que sienten ellas mismas. Es lo que les sucede a muchas mujeres que se acercan a la Asociación Actua Vallés, que lleva 25 años de ejercicio en el Vallès Occidental y Oriental. Las trabajadoras sociales Laura Sánchez y Aina Turu explican que muchas de ellas “lo toman como la última opción que les queda y no acaban llevando bien el trabajo. Llevan ese sentimiento de culpabilidad muy calado”, revelan. En el piso de Sants, Fiona admite que “no creerse mala mujer es una lucha diaria. No puedes ser tú misma. Tienes que mentir y esconderte”.

 

Unas lo dicen a los hijos abiertamente; otras temen que se sepa pero esperan comprensión

 

Laura Labiano Ferré, de la Fundación Genera, que lleva más de 10 años asistiendo a trabajadoras sexuales, explica que la condición de prostituta convierte a la mujer en un tabú y en una víctima. “La prostituta es la ‘mala mujer’, la que hace con su sexualidad lo que quiere y se viste como quiere, la que vende algo que siempre hemos tenido que hacer gratis –afirma Labiano– ¿Cómo vas a ser madre y puta a la vez? Ese estigma a veces obliga a tener una doble vida”. A las mujeres que guardan los pudores de sus clientes, que las llaman para cumplir sus fantasías y vivir todos sus fetiches sin ser juzgados, les toca esconder su identidad.

Los modelos legales que existen en Europa se construyen en torno a si el trabajo sexual se entiende como un trabajo forzado (igual que la trata de personas) o voluntario, y a las prostitutas como delincuentes, víctimas o trabajadoras. “Hay situaciones de explotación, pero muchas eligen esta actividad y no están ni se sienten coaccionadas. Hay que tener cuidado con los porcentajes de los que se hablan (el 80-90% son explotadas), porque están lejos de la realidad”, afirma Julieta Vartabedian, doctora en Antropología de la Universidad de Barcelona.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), este oficio oculto representaba en el 2010 un 0,35% del PIB, más que otros sectores como la industria del papel o la fabricación de productos informáticos, pero no se reconoce como una profesión.

Según Marta Cruells, asesora de la Concejalía de Feminismos y LGTBI del Ayuntamiento de Barcelona, la prostitución se encuentra en una situación de “alegalidad”. “No es una situación ilegal, pero tampoco se lo considera como un trabajo. A nivel estatal, no se les concede derechos laborales”, explica. Cristina Vasilescu, del Departamento de Derecho Público de la Universidad de Girona y autora de Mitos y realidades en torno a la prostitución, entiende que así se genera una situación de vulnerabilidad. “No tienen paro, ni vacaciones pagadas. Si una mujer se queda embarazada, no se puede quedar en casa con el hijo”.

El Código Penal no criminaliza el oficio, pero con la ley mordaza sí lo aparta a los márgenes de la sociedad, donde no pueda contaminar el espacio compartido. Marta Cruells, reconoce que las prostitutas viven bajo una desprotección legal. Si bien el oficio de alguien no puede ser motivo para quitarle la custodia de sus hijos, las prostitutas pueden perder la tenencia de los suyos. “Este es el estigma de la prostitución”, observa. “Ya no solo nos dicen qué podemos hacer con nuestra sexualidad –agrega Borrell–, sino que además nos dicen si podemos o no ser madres”.

Hoy algunas mujeres están luchando para no perder a sus hijos o para evitar que los envíen a un centro de acogida. Es el caso de Linda Porn, una trabajadora sexual mexicana que reside en España hace 10 años. Ella está siendo observada por trabajadoras sociales de la dirección general de Atenció a la Infància i l’Adolescència (Dgaia), y de su conducta depende el poder mantener la custodia de su hija Flavia.

Hace un año, después de que un vecino llamara a servicios sociales alegando que Linda “le gritaba mucho” a su hija, una trabajadora social llamó a su puerta y entró en su casa para “verificar que fuera un hogar apto para la niña”. Tuvo que cambiar su vida para no perder la custodia de su hija. Cogió un trabajo como camarera y debe someterse a controles periódicos de alcoholemia y psiquiatría.

“Es una institución patriarcal de persecución de mujeres sospechosas –acusa Linda–. Por ellos ahora estoy en este trabajo digno en el que ni siquiera tengo tiempo de cuidar a mi hija, llego reventada a casa, pero no me da para llegar a fin de mes”. Linda cree que la institución exagera y desvirtúa sus conductas para poder quitarle a su hija.

Ariadna, al igual que sus compañeras, dice que la alegalidad le cierra muchas puertas. “No puedo alquilar sin depender de una tercera persona, ni hacer una vivienda, ni comprarme un coche”. Riley explica que si bien el trabajo sexual le permite mantener su casa no la habilita a proyectar un futuro. “Algunas nos podemos proyectar hasta dos semanas, pero realmente vivimos al día –asegura–. No nos va a quedar nada”. Tiziana entiende que si se legalizara la prostitución ayudaría a trazar una línea más clara entre la trata de personas y el trabajo sexual. “Porque ahí hay mucho dinero negro, mucha mafia”, dice.

La clandestinidad siempre le ha impuesto el miedo a sentirse desprotegida, y poder caer en una red de trata. Sobre este punto, Conxa Borrell es determinante en diferenciar trata de personas y prostitución. “Deberían saber que las mujeres que ejercen el trabajo sexual lo hacen porque ellas quieren”, afirma. La presidenta de Aprosex incentiva a las trabajadoras del sexo a revelar su identidad para empoderarse. Así, afirma, “ya nadie puede hacerte daño con el ‘voy a decir a todos que eres puta’. Antes de explicar a qué se dedicaba, lo que más le importaba era lo que su hijo pudiera pensar de ella. “Me temblaban las piernas. De repente, tu madre es puta”, dice Borrell.

Su hijo, 27 años, sólo esperaba que ella estuviera lista para contárselo. Fiona sintió ese miedo cuando se enfrentó a su hija. Durante los primeros meses, Julia pensó que su mamá era striper. Vivían juntas y los cambios de vestuarios y de rutina le resultaban sospechosos. Cuando Fiona se lo explicó, su hija la apoyó.

 

“Me preocupó un poco al principio porque era algo que no conocía y me daba miedo que le hicieran daño, pero ella me explicó y lo entendí. Nunca he tenido ningún problema con eso”.

 

Cada vez que Fiona piensa en revelar su identidad, lo que más la frena es el efecto sobre su hija adolescente. “De repente puedo encontrar un rechazo muy bestia. Dejarían de verme a mí, la persona. Mi hija pasaría de ser ella a ser la ‘hija de puta’”.

Un caso diferente es el de Ariadna Riley, quien elige no confesar su oficio a sus hijos, pero lo grita como activista a favor de los derechos de las trabajadoras sexuales. Ella pertenece al Colectivo de Prostitutas de Sevilla. Sin embargo, a sus vecinos les miente y les dice que sólo lucha por la causa. “Cuando se enteren de que su madre es puta los van a machacar en el colegio”, explica.

A Tiziana le da miedo pensar en el momento en que sus hijos se enteren cuál es su trabajo. Se le cubren los ojos de lágrimas cuando piensa en la vergüenza que podrían sentir al saber el oficio de su madre. Sin embargo, espera que puedan entenderla. “Yo sé que tarde o temprano les va a afectar, pero si mi mamá lo hubiera hecho por mí, para sacarme adelante, yo lo hubiera entendido”.

Conxa Borrell explica que la imagen que la sociedad tiene de la prostitución es el reflejo del tabú con el que vive la sexualidad. Ella dice que prefiere alejarse de la hipocresía, sobre todo en su hogar. “En mi casa se ha tratado el tema de la sexualidad con normalidad”, asegura. Por su parte, Fiona aplica las mismas reglas en su casa y su hija Julia se lo agradece. “Ella me ha explicado muchas cosas de sexualidad –dice Julia–. A mí me gusta que lo haga”. Para Fiona, hablar abiertamente de sexualidad y naturalizar el trabajo sexual ayudará a romper con la imagen que la sociedad tiene de ellas. “Se está hablando cada vez más de prostitución –dice Fiona–. Yo creo que así se irá desmontando el estigma. Una va compartiendo su experiencia, y la gente va viendo eso: a una persona normal, sana, inteligente y que se dedica a la prostitución”.

 

Carta de una Puta a las abolicionistas

 

Por Linda Porn

 

Publicado 13 diciembre, 2016

 

http://www.aprosex.org/carta-de-una-puta-a-las-abolicionistas/

 

Señoras y señoritas, porque comprendo todas sois unas señoritas y señoras de bien, que cumplen perfectamente con el binomio patriarcal de la buena y la mala mujer, quizá muchas de vosotras, tenéis trabajos fijos, o no, quizá, algunas de vosotras seáis precarias (lo cual me sorprende que teniendo una formación marxista todavía no comprendáis nuestra condición de trabajadoras y estéis en nuestra contra) quizá casi la mayoría de vuestra plataforma seáis la mayoría buenas chicas blancas europeas, que a pesar de la precariedad en la que podáis vivir, tenéis el apoyo de mami o papi, que algo os da de ayuda a fin de mes, o una vivienda donde acceder cuando os quedáis en el paro.

Quizá muchas de vosotras os sintáis traicionadas, por haber invertido muchos miles en vuestra formación, para que una chica como yo, con un anuncio en internet y por quitarme la ropa, el dinero se desvele, con formación o no, muchas de nosotras gracias a este trabajo hemos podido formarnos y no, no quisimos coger trabajos precarios, porque tuvimos esa elección.

Puedo ver que no queréis comprender ni escuchar a nosotras, las Putas empoderadas, porque vuestro discurso se cae frase por frase, puedo ver que no tenéis estadísticas comprobables y escribís desde la víscera y no desde la lógica, algo que nosotras intentamos hacer.

Os veo haciendo el trabajo sucio del patriarcado, asignado a las mujeres como la policía moral de lo femenino (Foucault), diciendo que prácticas sexuales son legales y cuáles no, satanizando prácticas como el sadomasoquismo, o gang’s bang’s, diciendo nos denigra, aunque nosotras hayamos afirmado esas prácticas son de nuestro agrado, con las cuales comercializamos (como la pornografía) e insistís que lo hacemos porque estamos alienadas, lo cual me lleva a resumir, en vuestra limitada visión de la sexualidad, y sólo querer vosotras la exclusiva de una sexualidad de acuerdo a sus (pobres) experiencias sexuales.

También observo un fuerte ejercicio colonizador, que está claro no sois conscientes de ello, ya que no habéis tenido la experiencia, de ser empujada a migrar porque vivís en una sociedad del bienestar en la que ingenuamente creéis que la mayoría del planeta compartimos. No os habéis dado cuenta que el imperio Europa tiene cerradas sus fronteras (Ley de Extranjería) para sujetas como yo y hemos de apañarnos como sea, lo que da lugar a las mafias y debido a esa vulnerabilidad legal, hemos de aceptar lo que se nos ofrezca (no contratos, por ende cero condiciones laborales) Es decir, las leyes de extranjería son las enemigas, que le dan carta blanca a las mafias, esa es la aliada de la trata, de la explotación.

O quizá tampoco comprendáis, que muchas queremos ampliar horizontes, y dejar la precariedad, en busca de nuevas experiencias y conocimiento y que quizá este trabajo nos lo pueda dar, claro, impensable que una analfabeta sudaka como yo, quiera salir de la naturaleza para formarse y llevar una vida más confortable

En vuestra insistencia de que la prostitución no es trabajo, generáis más y más estigma, esto repercute en la psique de las compañeras y en la sociedad en general, haciendo creer que lo que hacemos es malo y sucio, lo que da lugar a que si nos encontramos en una situación de vulnerabilidad en nuestro espacio de trabajo, por temor a decir nuestra profesión tengamos que aguantarlo. O sí decidimos denunciarlo, no se considere violencia porque somos putas, nosotras nos lo buscamos.

También os veo morbosas y con un escaso, casi nulo conocimiento sobre nuestro trabajo, ya que sólo queréis escuchar (si es qué las escucháis, ya veo que ese ejercicio no lo hacéis habitualmente) a las compañeras que están jodidas, porque eso da para vuestro discurso

Os veo llenas de odio, de envidia y de violencia, sin saber, nuestras continuas luchas y señalamientos, vejaciones y muertes, que hemos tenido a lo largo de la historia, solo por ser putas. Os recuerdo que quien vive de contar mujeres muertas nunca se alegrará de las que estamos vivas.

captura-1-300x94

 

Nos decís proxenetas, a un grupo de putas autónomas, que no dejamos de exponernos, aguantando vuestros insultos llenos de odio y putofobia, dando la cara para parar el estigma, juntándonos para hacer fuerza contra las instituciones que no reconocen nuestros derechos, organizándonos, enseñando lo que es el trabajo sexual, empoderándonos, trabajando por nuestros derechos y las de todas nuestras compas putas y aun así nos llamáis proxenetas, de una forma cruel y vil, desde vuestro pódium, blanco y burgués, sin conocernos, y sin querer hacerlo. El patriarcado baila! De antipatriarcal no tenéis más que el nombre.

 

captura-2-190x300

Ya que decís no nos atacáis a las que lo ejercemos libremente, si no a los clientes, también me gustaría invitaros a reflexionar sobre la condición de nuestros clientes, nuestros clientes son los que pagan nuestros servicios, sí chicas de bien, nuestros servicios, nadie se lleva trozos de nuestro cuerpo a sus casas, y como dice Montse Neira, si vais a por nuestros clientes, pues preparaos para ir a por vuestros padres, vuestros hermanos, vuestros tíos, vuestros profesores, vuestros curas, vuestros hijos y vuestros novios, es decir, vais a por todos.

Y cuando nos decís alienadas, falsas feministas, recordad que somos vuestras hermanas, vuestras madres, vuestras primas, vuestras amigas, vuestras hijas y vuestras abuelas, si no lo queréis ver, es porque quizá, estáis a punto de la ceguera.