Francia: Cifras policiales record sin igual confirman la explosión de explotación y trata

 

Por THIERRY SCHAFFAUSER

9 de septiembre de 2018

HTTP://MA.LUMIERE.ROUGE.BLOGS.LIBERATION.FR/2018/09/09/DES-CHIFFRES-POLICIERS-RECORDS-INEGALES-CONFIRMENT-LEXPLOSION-DE-LEXPLOITATION-ET-DE-LA-TRAITE/

 

 

Los casos de trata de personas en la industria del sexo casi se duplicaron entre 2016 y 2017.

 

Hace menos de un mes escribimos sobre el aumento de la explotación en la industria del sexo a pesar de la penalización de los clientes. A principios de este año, el Bus des Femmes alertó sobre un aumento del 33% en el número de víctimas de trata de personas seguido por la asociación de 2016 a 2017. En junio, el fiscal del Tribunal de Apelaciones de París escribió en una tribuna sobre el aumento del “proxenetismo de ciudades» y sobre el aumento en el número de menores explotados. El estudio de Hélène Le Bail del CNRS y de Calogero Giametta publicado en abril de 2018 estaba preocupado por un posible aumento de la explotación, debido a una mayor movilidad y una mayor dependencia de los intermediarios desde la penalización de los clientes. Sin embargo, los investigadores deseaban mantener la cautela mientras esperaban la publicación de los datos policiales.

En una encuesta del periodista Stéphane Sellami para el periódico Le Point, publicada hace tres días, las conversaciones con los líderes de la Oficina Central para la Represión de la Trata de Personas (OCRTEH) y de la Brigada para la Represión del Proxenetismo (BRP) confirman los hallazgos anteriores y aportan nuevas cifras nunca vistas. El fenómeno apodado «proxenetismo de ciudades» por la policía apareció en 2015. Jean Marc Droguet de OCRTEH explica:

«En aquel momento, este tipo de proxenetismo permanecía bajo observación porque no estaba muy extendido. Pero hoy, estamos viendo la aparición de redes estructuradas «.

Cuando se le preguntó acerca de un posible vínculo con la nueva ley que penaliza a los clientes, Jean-Paul Mégret de la BRP dependiente de la policía judicial de París responde: 

«Esta ley ha promovido el desarrollo de la prostitución en Internet con tasas equivalentes a las que se aplican en la calle», y agrega: «Esta ley no ha tenido los efectos deseados. Lo que ha hecho sobre todo ha sido echar a las chicas de la calle para hacerlas ir a hoteles o apartamentos, y ahora todo está pasando por la ciberprostitución.»

En cuanto a las cifras, el artículo de Le Point dice:

«En 2016, los agentes de policía de BRP gestionaron diez casos de proxenetismo de ciudades y catorce un año después. Desde el comienzo de este año, ‘la actividad se ha disparado’, dice un oficial de policía de este servicio especializado. El mismo hallazgo alarmante por parte de OCRTEH: en 2016, se gestionaron cuarenta y seis expedientes; en 2017 fueron ochenta y siete «.

Habitualmente, OCRTEH gestionaba alrededor de 40 casos de trata por año. 87 casos en 2017 representan un récord. Los partidarios de la ley siempre podrán decir que eso significa un mejor trabajo de la policía para identificar estos delitos, o que los representantes de la policía siempre han demostrado ser desfavorable a la penalización de los clientes, ya que no les ayudaba en nada para luchar contra la trata y la explotación Por el contrario, la policía siempre ha tendido a considerar esta medida como una pérdida de tiempo y energía cuando los medios deberían centrarse en combatir el trabajo sexual forzado.

Se sigue esperando el informe de evaluación del gobierno, que se esperaba que fuera publicado en abril de 2018. Cada día se acumulan nuevas pruebas que confirman un balance de la ley cada vez más negativo.

Desmontando el Abolicionismo: El Mito del 80%

 

Por Raj Redlich

Publicado el 16 de agosto de 2018


Parte I: La Falacia de MacKinnon (sin puteros no hay prostitución)

 

Parte II: Precarizando a las Precarias (economía del modelo nórdico)

 

Parte III: Puticonsumismo (no hay putero para tanta puta)

 

Parte IV: El Putero Samaritano (cuando el cliente ayuda a la prostituta)

 

 

 

 

 

La guía responsable para hablar del trabajo sexual en los medios

AMARNA MILLER

 

Copyright Junio del 2018©

Madrid, España

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Youtube: /amarnamiller

amarna@amarnamiller.com

 

Siéntete libre de reproducir, distribuir y transmitir total o parcialmente esta publicación.

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Si, también puedes usarla para hacer collages y envolver los regalos de reyes de última hora.

Eso sí, no estaría mal que citases a las personas que han participado.

 

Guía realizada gracias los usuarios del Patreon de Amarna Miller:

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Para DESCARGAR LA GUÍA, visita este enlace:

https://drive.google.com/drive/u/3/folders/1G9Vng9ZGi7Ah8fvxmUj04kfhJmtBkNhU?ogsrc=32

 

 

LA GUÍA RESPONSABLE PARA HABLAR DEL TRABAJO SEXUAL EN LOS MEDIOS

 

INTRODUCCIÓN

Durante cada segundo de nuestra vida recibimos un bombardeo constante de información.

Anuncios en la televisión, banners parpadeantes que han aprendido a saltarse el AdBlock de turno.

Product placement en la red social de nuestro influencer favorito.

La comunicación a gran escala cumple un rol primordial para el desarrollo de la sociedad y nuestra percepción del entorno está inevitablemente condicionada por la información que recibimos.

Lamentablemente, los prejuicios campan a sus anchas en terrenos donde cabrían esperar datos sin sesgos. En demasiadas ocasiones son los propios mediosde comunicación quienes reproducen e intensifican ideas estereotipadas, favoreciendo la discriminación de colectivos oprimidos.

Las minorías quedan relegadas a tener voz únicamente en los discursos periféricos y sus experiencias se pierden en la niebla sin posibilidad de encontrar un espacio propio en los canales normativos. O dicho de otra manera: aquellas personas disidentes de la mirada hegemónica quedan relegadas al olvido.

El trabajo sexual es una de esas áreas donde el peso de los prejuicios excluye la narración de historias objetivas.

Mezclemos un par de cucharadas de sensacionalismo con una pizca de clickbait y tendremos el plato perfecto para que los entrevistadores de turno se conviertan en marionetas al servicio de una línea editorial que busca visitas a cualquier precio.

Esta guía pretende establecer un manual de buenas prácticas para hablar del trabajo sexual en los medios, eliminando los discursos discriminatorios y propiciando aquellas visiones que tengan en cuenta la realidad de las protagonistas de la historia desde una perspectiva justa, igualitaria e inclusiva; demostrando que es posible realizar artículos interesantes, veraces y responsables que además generen visitas.

Empecemos por el principio…

 

¿A QUÉ PREJUICIOS SE ENFRENTAN LAS TRABAJADORAS SEXUALES?

Para ser rigurosos a la hora de presentar información objetiva, primero tenemos que entender qué preconceptos pueblan el imaginario popular.

Aquí analizamos los cinco prejuicios más comunes a los que se enfrentan las trabajadoras sexuales.

 

1 

O VÍCTIMA O BURGUESA

El eterno binomio. A los ojos de los medios, las trabajadoras sexuales se dividen únicamente en dos grupos bien diferenciados.

O bien son las víctimas engañadas, abusadas y que acabaron en este negocio en contra de su voluntad; o bien encarnan a la perfecta niña rica que se dedica al trabajo sexual como un acto de rebeldía burguesa. La puta de calle o la escort de lujo. La actriz porno maltratada, o la que se hace rica a costa del sufrimiento de las otras. Hot Girls Wanted versus The Secret Diary of a Call Girl.

 

“Lo habitual es que se retratea las trabajadoras sexuales como víctimas absolutas de las circunstancias.”

 

Shirley McLaren es una mujer trans mexicana en sus treinta, migrante en España, licenciada en comunicación y trabajadora sexual desde hace once años. “Este binarismo es peligroso porque invisibiliza a todas las demás que no caemos en esas dos orillas y que somos la inmensa mayoría, por cierto”, me comenta.

“Lo que provocan estos estereotipos es, por un lado, crear un pánico moral sobre las mujeres pobres que son raptadas de sus países de origen, argumento desempoderador y que quita toda la libertad de agencia a las mujeres que decidimos migrar (de los hombres nadie dice que los raptan de sus casas, sino que se aventuran). Y, por el otro, crear una falsa imagen de ‘privilegiada’ para acallar a quienes somos visibles y luchamos por nuestros derechos”.

Desde el colectivo Hetaira, fundado hace 22 años por un grupo de mujeres cis y trans del movimiento feminista, apuntan: “Lo habitual es que se retrate a las trabajadoras sexuales como víctimas absolutas de las circunstancias, paradójicamente en los mismos artículos que hablan de las políticas que las criminalizan sin hacer ningún tipo de mención crítica al respecto. En menor grado y más propio del cine, tenemos el otro extremo, la imagen de la prostituta glamurosa que nada en billetes. Ambas deshumanizan y no hablan de las realidades concretas: la discriminación legal, no poder alquilar un piso, lo que acarrea ser migrante, el estigma, la maternidad en muchos casos, los altibajos del trabajo, las estrategias de resistencia o la vida cotidiana, por ejemplo”.

 

2 

LA MAYORÍA DE TRABAJADORAS SEXUALES SON VÍCTIMAS DE TRATA

“Los datos están ahí, solo hay que querer verlos”, me comenta Natalia Ferrari, mujer de 25 años que se dedica a la prostitución independiente desde hace cinco.

Se refiere al informe redactado por el grupo GRETA (Grupo de Expertos Contra el Tráfico de Seres Humanos) enfocado a la lucha contra la trata de personas.

El 27 de septiembre de 2013, GRETA presentó un texto sobre la aplicación del Convenio del Consejo de Europa contra la trata en España2. Los resultados son extremadamente críticos y deconstruyen muchas de las ideas preconcebidas que existen alrededor del trabajo sexual.

Entre otras tantas cosas, hacen hincapié en la importancia de no confundir la trata de seres humanos con el trabajo sexual y la necesidad de proteger los derechos humanos de las víctimas. Otro tema recurrente mencionado en el informe es la necesidad de separar el concepto de trata de personas del de prostitución forzada.

 

“El mito de la pobrecita puta que trabaja en la calle con un chulo que le cuenta cada céntimo que gana y el de las mujeres encerradas obligadas a tener sexo sin su consentimiento, es el más dañino.”

 

“El mito de la pobrecita puta que trabaja en la calle con un chulo que le cuenta cada céntimo que gana y el de las mujeres encerradas obligadas a tener sexo sin su consentimiento, es el más dañino. Si nos ceñimos a datos de la ONU3 una de cada siete mujeres está en situación de trata. El resto vivimos de trabajar en lo que hemos escogido, así de simple”, me comenta Paula Vip, directora de la asociación española Aprosex, dedicada a defender los dere­chos de los y las profesionales del sexo.

“Este mito de que todas tenemos un chulo detrás, de que todas estamos siendo violadas a diario, de que estamos alienadas y no sabemos qué decimos, que somos drogadictas, alcohólicas, que no tenemos capacidad para criar a nuestres hijes; le ha venido muy bien al circulito abolicionista para seguir infantilizando a las putas y hablar en su nombre”.

 

3 

FOCO DE DELINCUENCIA

A los ojos de la sociedad, crimen y trabajo sexual son conceptos inherentemente unidos. Estos prejuicios alimentan una percepción sesgada de la realidad.

 

“Estamos rodeadas de condiciones desfavorables que nos hacen constantemente enfrentar situaciones peligrosas.”

 

“Cuando un político dice ‘voy a trabajar para reforzar la seguridad en el país’ siempre hablan de droga y prostitución. Como si el trabajo sexual estuviese relacionado con el delito. En el fondo refuerzan un mito creado por el desconocimiento”, me comenta Elena Reynaga, miembra fundadora y actual secretaria ejecutiva de la Red de Trabajadoras Sexuales de América Latina y el Caribe, que lucha desde 1997 por la defensa y promoción de los derechos humanos y laborales en este sector.

Esta misma organización publicó hace ya siete años una guía para el abordaje periodístico del trabajo sexual y las trabajadoras sexuales que se ha convertido en un referente absoluto3.

Tal y como se menciona en la guía, «siempre es necesario remarcar que el trabajo sexual no es ilegal ni indigno sino que son indignas las condiciones de su realización por la situación de falta de regulación y normas que lo reconozcan un trabajo. Nosotras no somos criminales, el ambiente de desprotección, carencia de legislaciones y no garantía de nuestros derechos, nos ‘encierra’ en algunos sectores en los que muchas veces nosotras mismas somos víctimas de situaciones ilícitas. Lo que sucede en algunos casos es que por la clandestinidad y la marginalidad a la que se nos empuja, estamos rodeadas de condiciones desfavorables que nos hacen constantemente enfrentar situaciones peligrosas o ilícitas”.

 

4 

LA NINFÓMANA

Como en el imaginario social es incomprensible que existan mujeres que se dediquen al trabajo sexual por voluntad propia, se tiende a patologizar su decisión.

 

“El trabajo sexual no es ilegal ni indigno. Son indignas las condiciones de su realización por la situación de falta de regulación y normas que lo reconozcan como un trabajo.”

 

De esta manera, se da por hecho que son adictas al sexo, personas de libido insaciable que han acabado en este negocio para satisfacer sus fantasías.

“La gente se imagina a la trabajadora sexual como si fuese una ‘comehombres’, sin darse cuenta que tal vez en su vida personal ¡puede ser lesbiana! Su intimidad no tiene por qué tener nada que ver con su trabajo. A veces se olvidan de que antes de ser trabajadora sexual es una persona que sueña, que siente y que se ilusiona como cualquier otro”, apunta Elena.

 

5 

LA VENTA DEL CUERPO

Uno de los argumentos recurrentes a la hora de criticar el trabajo sexual es la idea de la mercantilización del cuerpo.

Sin embargo, este paradigma ignora que el bien comercializado es la fuerza de trabajo, no el propio cuerpo de las protagonistas. De la misma manera que una dependienta no vende sus manos por doblar la ropa, la trabajadora sexual no está vendiendo sus genitales.

Así, podemos a.rmar que el bien comercializado son las horas en las cuales la trabajadora ofrece un servicio, en este caso de carácter sexual.

 

 

RECOMENDACIONES A LA HORA DE HABLAR DEL TRABAJO SEXUAL

Ahora que hemos entendido los principales estigmas, estereotipos y prejuicios que atraviesan el trabajo sexual, vamos a presentar ocho sugerencias a tener en cuenta para tratar noticias relacionadas con el sector desde una perspectiva ética y responsable.

 

1 

DECONSTRUCCIÓN PERSONAL DEL PERIODISTA

Como agente transmisor de información, es responsabilidad del periodista estar en un proceso constante de deconstrucción.

De ese modo, evitará impregnar su trabajo de valores personales, centrándose en ofrecer datos objetivos.

 

“Hay muchísima desinformación, dogmas y un manejo irresponsable de datos que son falsos.”

 

La representación del trabajo sexual en la cultura popular (series, películas, literatura…) ha creado una imagen que en muchas ocasiones no es veraz.

Para que estos estereotipos que tenemos interiorizados no se transmitan a nuestro trabajo, es interesante invitar al periodista a cuestionarse si la labor que está realizando está sesgada por sus ideales y creencias como individuo o es una representación fidedigna de la realidad.

 

2 

BUSCAR INFORMACIÓN FIABLE Y CONTRASTAR FUENTES

Más medios de los que cabría esperar reproducen datos publicados en otros artículos sin comprobar las fuentes que los sustentan.

El resultado son textos repletos de terminología incorrecta y cifras falsas sin una fuente comprobable.

Errores recurrentes se transforman en realidades a los ojos de la población por el mero hecho de ser repetidos una y otra vez en artículos, noticias y entrevistas. En su defecto, hay que promover la información objetiva, sin caer en el sensacionalismo o los datos superfluos.

“Hay muchísima desinformación, dogmas y un manejo irresponsable de datos que son falsos”, me comenta Natalia. “Una de las cosas que más me motivó a dar la cara y dar entrevistas fue darme cuenta que el retrato popular en los medios no tenía nada que ver con mi experiencia y que la representación que estaban haciendo de mi profesión ni siquiera contaba con voces de putas. ¿Cómo es posible que se trate un tema sin contar con las protagonistas? Algunos erroresclásicos son usar la expresión trata de blancas para hablar de las víctimas de explotación sexual forzada, sugerir que la prostitución es alegal en España, hacer diferenciaciones entre putas

libres (las que disfrutan) y putas víctimas (las que lo hacen por dinero) cuando todas somos currantes que lo hacemos por dinero y si disfrutamos o no es irrelevante. También llamarnos regulacionistas cuando somos pro derechos”.

 

“El discurso de que las putas somos cuerpos en venta al uso y abuso del hombre que paga, no solo nos invisibiliza, nos pone en peligro dando a entender que ese es el trabajo de las prostitutas.”

 

3 

DAR VOZ A LAS EXPERIENCIAS DE LAS PROTAGONISTAS

Estamos acostumbrados a que los medios se hagan eco casi exclusivamente de las circunstancias y situaciones negativas relacionadas con el sector (muertes de trabajadoras sexuales, abusos, problemáticas…), pero apenas se mencionan experiencias en primera persona que no tengan una carga estigmatizante.

Cuando se habla de trabajadoras sexuales que defienden su trabajo o tienen una perspectiva positiva del mismo, se las trata de “excepciones”, usando en muchas ocasiones argumentos peyorativos con el resto de sus compañeras (“La prostituta que escribe bien”, “la actriz porno que cita a Nietzsche”).

 

«Es necesario empoderar a las protagonistas para que sus voces sean escuchadas, las putas no necesitamos tutelajes.”

 

A la hora de abordar temas relaciona-dos con el trabajo sexual es necesario visibilizar con perspectiva de género los testimonios de las implicadas, haciendo especial hincapié en mostrar el punto de vista de las mujeres trans, migrantes, racializadas y pertenecientes a grupos históricamente excluidos de los discursos hegemónicos.

 

«Los argumentos que damos las trabajadoras sexuales quedan reducidos a la nada porque pesa más la imagen creada a lo largo de década que el mensaje que nosotras damos.”

 

“Los argumentos que damos las trabajadoras sexuales quedan reducidos a la nada porque es más fuerte la imagen creada a lo largo de décadas que no el mensaje que nosotras damos. La sociedad aún no acepta que las trabajadoras sexuales seamos personas inteligentes, con estudios, independientes, sexualmente liberadas y feministas”, apunta Valérie May, mujer de 29 años que se dedica a la prostitución independiente desde hace poco más de uno.

“Me gustaría que los medios dejaran de dar espacios a abolicionistas académicas o personas que ni tienen ni han tenido relación directa con la prostitución”, señala Natalia Ferrari. «Es necesario empoderar a las protagonistas para que sus voces sean escuchadas; las putas no necesitamos tutelajes. Lo mismo se aplica para cualquier tipo de periodista que se dedique a opinar sobre cómo son las relaciones con nuestros clientes. Nosotras somos capaces de hacer análisis sobre la sexualidad y la masculinidad dentro de nuestro trabajo desde perspectivas feministas. ¿Os imagináis a académicas cis hablando sobre las problemáticas que enfrenta la comunidad trans como si las mujeres trans estuvieran incapacitadas para hablar sobre lo que se enfrentan y pedir lo que necesitan? Acostumbran a usar sus privilegios para opinar sobre nuestro trabajo sin contar con nosotras. Lo que deberían hacer en tendernos una mano”.

“Cuando se habla de trabajo sexual trans se da por hecho que es una persona sin preparación académica y que, si es poco normativa, no podría dedicarse ni a ser cajera de un súper”, me comenta Blanca, que lleva 5 años dedicándose a la prostitución.“Muchos señalan mi cultura e inteligencia de manera sorpresiva. Dan por hecho que soy una mujer poco preparada y que provengo de un entorno desestructurado”.

“En realidad pocas veces los medios se refieren a las mujeres trans cuando hablan de trabajo sexual”, comenta Shirley. “Las entrevistas a mujeres trans van encaminadas a lo que se gana en una noche, a los servicios que se realizan y cualquier otra situación que pueda ser morbosa sin profundizar más en la situación estructural que las mujeres trans, sobre todo si son migrantes, pueden encontrarse al momento de acceder al mercado de trabajo no sexual. Siempre me dio la impresión que la intencionalidad de ese tipo de reportajes no es cambiar una narrativa sino reafirmar más la creencia que tiene mucha gente de que las trans somos algo que en realidad no se desea conocer ni tener cerca”.

 

4 

EVITAR LAS JERARQUIZACIONES

Una gran parte de las palabras usadas para denominar a las trabajadoras sexuales incluyen una terrible carga a nivel social.

“Puta” o “sexo servidora” son ejemplos de denominaciones que acarrean un claro estigma, mientras que cuando hablamos de “actriz porno”, “escort” o “prostituta de lujo” parece existir casi un cierto aire de glamour en la percepción social de sus definiciones.

“Hay que tener cuidado a la hora de utilizar el término ‘escort’”, me dice Valérie. “No debería usarse para diferenciar posiciones sociales ni para crear una jerarquización dentro del propio trabajo sexual”.

 

“Estamos acostumbrados a que los medios se hagan eco casi exclusivamente de las circunstancias y situaciones negativas relacionadas con el sector.”

 

Aunque existe una corriente dentro del feminismo pro sex que plantea la utilización de algunas de estas palabras históricamente peyorativas con el fin de asignarles un nuevo significado (de la misma manera que el colectivo LGTBI rede.nió el uso de “maricón” o “bollera”), siempre es necesario preguntar a la trabajadora sexual sobre quien se está hablando, de qué manera prefiere ser nombrada.

 

“Sobra ilustrar los artículos con fotos robadas de compañeras en la calle o imágenes de archivo de mujeres con tacones y minifalda, siempre sin cara, incluso cuando la entrevista es a putas que reivindican ser visibles.”

 

“En general, a no ser que lo diga yo, lo más acertado para la periodista sería decir trabajadora sexual”, apunta Natalia. “El objetivo de esta terminología es dejar claro que somos mujeres trabajadoras y no hacer diferenciaciones entre otros sectores. Existe una jerarquía social donde parece que ser actriz porno es mejor que ser prostituta, y esto solo sirve para fomentar prejuicios. Estamos en sectores distintos pero somos todas mujeres trabajando y nos atraviesa el mismo estigma”.

 

5 

NO UTILIZAR MATERIAL GRÁFICO QUE ALIMENTE PREJUICIOS Y RESPETAR EL DERECHO A LA INTIMIDAD

 

Es común que los medios se presten a publicar imágenes de trabajadoras sexuales sin que estas hayan dado su consentimiento.

Como regla sin excepciones, siempre hay que preguntar por su voluntad de ser filmadas o fotografiadas. En caso de tratarse de entrevistas, los medios han de comprometerse a usar las fotografías que ellas mismas han mandado y evitar conseguir material gráfico a través de internet. Por ejemplo, sacando fotogramas de escenas porno o fotografías de otras entrevistas.

 

“Existe una jerarquía social en donde parece que ser actriz porno es mejor que ser prostituta, y esto solo sirve para fomentar prejuicios. Estamos en sectores distintos pero somos  todas mujeres trabajando y nos atraviesa el mismo estigma.”

 

“Sobra ilustrar los artículos con fotos robadas de compañeras en la calle o imágenes de archivo de mujeres con tacones y minifalda, siempre sin cara; incluso cuando la entrevista es a putas que reivindican ser visibles”, dice Natalia.

De la misma manera, no se deben publicar bajo ningún concepto los datos personales de las trabajadoras sin que medie consentimiento por su parte (por ejemplo, su nombre real), incluso aunque otros medios hayan .ltrado esta información en el pasado. Este es un trabajo sobre el que todavía pesan muchos prejuicios y por motivos de seguridad el derecho a la privacidad de las protagonistas ha de ser respetado.

“Puede suceder que, a causa del estigma, la discriminación y los prejuicios algunas de nosotras no contemos a nuestras familias o en nuestros barrios que somos trabajadoras sexuales y ejerzamos nuestro trabajo lejos de nuestros espacios de pertenencia para que no haya represalias de ningún tipo hacia nosotras o nuestras familias”, podemos leer en la guía de RedTraSex4

 

6 

ELIMINAR LOS DISCURSOS PATERNALISTAS

La percepción de las trabajadoras sexuales como víctimas que necesitan ayuda fomenta la utilización de expre­siones que oprimen su identidad como individuos, como por ejemplo “mujer en situación de prostitución”.

 

 «Hablan de nosotras como si fuéramos cosas mientras se denuncia que la prostitución nos cosifica.”

 

“Hablan de nosotras como si fuéramos cosas mientras se denuncia que la prostitución nos cosi.ca. El discurso de que las putas somos cuerpos en venta al uso y abuso del hombre que paga, no solo nos invisibiliza sino que nos pone en peligro dando a entender que ese es el trabajo de las prostitutas”, me comenta Natalia.

“Aunque les diga por activa y por pasiva que estoy bien, siento que me quieren rescatar”, dice Valérie. “Además, me enfrento constantemente a la idea de que esto realmente no es algo serio para hacer en la vida”.

 

7 

NO CONFUNDIR TRATA, EXPLOTACIÓN Y TRABAJO SEXUAL

“Mezclar la prostitución con trata es un gravísimo error”, me comenta Natalia. “No solo para las putas, también para las propias víctimas de trata, como deja constancia GRETA”.

El informe de GRETA2 no es el único que sustenta estas afirmaciones. La Organización Mundial del Trabajo3 también ha insistido en señalar que la mayoría de víctimas de trata en realidad están explotadas en la economía privada.

En concreto, “del total de 20,9 millones de trabajadores forzosos, 18,7 millones (90%) son explotados en la economía privada por individuos o empresas. De estos últimos, 4,5 millones (22 %) son víctimas de explotación sexual forzada, y 14,2 millones (68%) son víctimas de explotación laboral forzada en actividades económicas como la agricultura, la construcción, el trabajo doméstico o la manufactura”.

La ONU también tiene un informe redactado al respecto titulado ‘Trata de personas hacia Europa con fines de explotación sexual’. Según sus cifras “alrededor de una de cada siete [prostitutas] sería víctima de la trata”. Esto conforma un 14 por ciento de la prostitución ejercida en Europa, una cifra muy alejada de aquellas que normalmente se manejan en los medios.

 

“Mezclar la prostitución con trata es un gravísimo error.” 

 

Amnistía Internacional publicó en mayo del 2016 nada más y nada menos que cuatro informes de investigación sobre las violaciones de derechos humanos que sufrenlas trabajadoras sexuales6. Se centraron en Noruega, Argentina, Hong Kong y Papúa Nueva Guinea. Sus resultados son esclarecedores: hay que eliminar las regulaciones punitivas del trabajo sexual “con consentimiento entre personas adultas, ya que refuerzan la marginación, el estigma y la discriminación y pueden negar a las personas que se dedican al trabajo sexual el acceso a la justicia bajo el amparo de la ley”7.

Por cierto, cabe mencionar que Amnistía Internacional forma parte de un gran grupo de organizaciones que apoyan o piden la despenalización del trabajo sexual con consentimiento.

Entre ellas la Alianza Global contra la Trata de Mujeres, la Comisión Global sobre VIH y Derecho, Human Rights Watch, ONUSIDA, el relator especial de la ONU sobre el derecho a la salud y la Organización Mundial de la Salud7.

 

 

8

 ANTE LA DUDA, CONSULTAR CON LAS ORGANIZACIONES DE TRABAJADORAS SEXUALES

Existe una amplia variedad de organizaciones que defienden los derechos de las trabajadoras sexuales.

Contactar a estas asociaciones es la manera más sencilla de obtener datos actualizados e información objetiva.

Entre otras:

  • Colectivo Hetaira8
  • Aprosex9 (Asociación de profesionales del sexo)
  • RedTraSex10 (Red de trabajadoras sexuales de Lationamérica y el Caribe)
  • Ammar11 (Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina)
  • APAC12 (Adult Performer Advocacy Committee)
  • SWOP- USA13 (Sex Workers Outreach Project US)

 

CONCLUSIÓN

Forma parte de la ética periodística el ofrecer información objetiva y cercana a la realidad para que el receptor del mensaje pueda labrarse sus propias conclusiones.

Pero si además el tema a tratar incluye a un colec­tivo estigmatizado, esta máxima puede ayudarles a recuperar una posiciónde autoridad que les ayude a salir de la marginalidad.

Sí, el conocimiento empodera.

La falta de información sobre el trabajo sexual ha plagado de estereotipos la percepción de este negocio durante muchísimos años.

Por fin ha llegado el momento de posicionarnos como aliadxs de aquellas personas que no han tenido voz en su propia batalla para que podamos comprender este trabajo desde la perspectiva de sus protagonistas.

El cuarto poder es un arma poderosa al servicio del pueblo. Moldea nuestro saber y ayuda a dar forma a nuestro discernimiento.

Por un periodismo interseccional y comprometi­do, aprendamos a hablar responsablemente del trabajo sexual en los medios.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1: Se ha redactado este texto utilizado de forma generalista los pronombres femeninos ya que los estigmas y prejuicios que rodean al trabajo sexual se acentúan cuando las protagonistas son mujeres. No obstante, esta ha sido una decisión tomada por la autora y los consejos y sugerencias aquí mencionados pueden y deben ser aplicados a todos los géneros que existen.

2: GRETA (Group of experts on action against tra.cking in human beings) Report concerning the implementation of the council of Europe Convention on action against Tra.cking in Human Beings by Spain, Strasbourg, 2013, www.colectivohetaira.org/informe-greta

3: UNODC, Extracto de The Globalization of Crime — A Transnational Organized Crime Threat Assessment, Viena, 2010 www.unodc.org/documents/publications/TiP_Europe_ES_LORES.pdf?fref=gc

4: RedTraSex (Red de trabajadoras sexuales de Lationamérica y el Caribe), Guía para el abordaje periodístico del trabajo sexual y las trabajadoras sexuales, 2014, www.redtrasex.org/IMG/pdf/guia_periodistas_redtrasex.pdf

5: ILO, Special Action Programme to combat Forced Labour (SAP-FL), Ginebra, 2013 www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@ed_norm/@declaration/documents/publication/wcms_182010.pdf

6: Amnistía internacional, Papua New Guinea: outlawed and abused: Criminalizing sex work in Papua New Guinea, Papua New Guinea, 2016 Amnistía internacional, China: Harmfully isolated: Criminalizing sex work in Hong Kong, China, 2016

Amnistía internacional, “Lo que hago no es un delito” El coste humano de penalizar el trabajo sexual en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2016 Amnistía internacional, Norway: The human cost of crushing the market. Criminalization of sex work in Norway, Noruega, 2016

7: Amnistía internacional, Política de Amnistía Internacional sobre la obligación del estado de respetar, proteger y realizar los derechos humanos de las personas dedicadas al trabajo sexual, 2016, http://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articu­lo/graves-violaciones-de-derechos-humanos-sufridas-por-trabajadoras-y-trabajadores-sexuales-en-el-mundo

8: Colectivo Hetaira www.colectivohetaira.org

9: Aprosex www.aprosex.org

10: RedTraSex www.redtrasex.org

11: Ammar www.ammar.org.ar

12: APAC www.apac-usa.com

13: SWOP- USA www.new.swopusa.org

 

 

 

Tres de cada cuatro canarios no quieren prohibir la prostitución

 

El Día, S/C de Tenerife 

 

22 de mayo de 2018 

http://eldia.es/canarias/2018-05-22/24-Tres-cada-cuatro-canarios-quieren-prohibir-prostitucion.htm

 

Tres de cada cuatro personas en Canarias creen que la prostitución no debería prohibirse, según un estudio del Instituto Canario de Igualdad elaborado por un equipo de investigadores de la Universidad de La Laguna (ULL). El informe, que se ha nutrido de las opiniones de 1.500 canarios —hombres y mujeres— mayores de edad, advierte del proceso de «normalización de la violencia sexual (1) contra las mujeres».

Uno de los datos más llamativos del informe que ha coordinado la socióloga Esther Torrado es que se confirma que hay una relación directa entre el consumo temprano de pornografía y la demanda prostitucional. «El consumo de pornografía es anterior al prostitucional y constituye la antesala del sexo de pago», señala el documento.

Así, el medio más habitual de acceso a la pornografía son los vídeos gratuitos a través de la red y solo una minoría accede a través de televisiones locales y fotos en revistas.

El proceso de normalización de la prostitución no ocurre solo en Canarias, sino que se repite en el resto del país. El ICI ha creído conveniente acometer esta investigación para conocer la percepción de los ciudadanos ante los crecientes reclutamientos de mujeres y el aumento de la demanda de prostitución, que supone «una amenaza respecto a los principios de igualdad (1)».

El estudio, además de la encuesta, incluye entrevistas en profundidad a una treintena de clientes. Estos varones son, en su mayoría, consumidores de prostitución y pornografía de forma habitual y simultánea. Son, por lo general, favorables a la regulación de la actividad.

Entre los usuarios hay casados y solteros. Se dividen en dos grupos. El primero es el de los «mercantilistas misóginos» y engloba a aquellos que consideran que «la prostitución es una actividad fácil donde las mujeres se mueven por el vicio y el dinero». El segundo es el de los «mercantilistas dominantes», aquellos que ven la prostitución como «un servicio necesario o una actividad de ocio». Por último, hay un grupo minoritario de hombres que ha abandonado el consumo de prostitución y es favorable a su prohibición u abolición, ya que ve esta práctica como «una actividad violenta contra las mujeres».

Iniciación sexual y forma de «ocio masculino»

El informe advierte de que para un sector de los hombres la prostitución constituye un ritual iniciático a la sexualidad iniciado con el grupo de iguales y que continúa como práctica habitual colectiva. También forma parte de las actividades de ocio masculino -como «festejos, celebraciones, despedidas de solteros, finalización de estudios, cumplimiento de la mayoría de edad»- o negocio – «cierre de negocios, comidas de empresas».

El estudio confirma que la tolerancia hacia el fenómeno de la prostitución está avanzando entre los más jóvenes. Según los investigadores, «hay una posición de indiferencia ante la prostitución cuanto menos edad tenga la persona encuestada». En concreto, el 32% de los menores de 30 frente al 11% de las mayores de 61.

También se observa que las mujeres casadas tienden a considerar la prostitución como una cuestión privada en mayor medida que las solteras (44% frente al 38%). Ocurre lo mismo entre los varones: los casados tienden a pensar que es un tema íntimo en mayor medida que los que viven solos.

Llama la atención que casi la mitad -el 42%- lo considera un asunto privado y «no actuaría de ningún modo» si conociera a alguna persona que acuda a la prostitución.

Además, un porcentaje elevado, casi la mitad de los encuestados, cree que las mujeres «se prostituyen por placer», un dato que es «llamativo y contradictorio» con el resto de las respuestas.

Más del 90% de los encuestados cree que las mujeres venden su cuerpo por necesidad; el 86% considera que se hace para ganar dinero; el 71% por falta de empleo; y el 48%, porque le gusta.

En cualquier caso, las razones que encuentran las personas que han participado en el estudio están relacionadas con motivaciones «no estrictamente voluntarias (1)».

 


1.- Comentario de la Citi:

Estas expresiones revelan el sesgo ideológico de las encuestadoras, introduciendo sus dogmas no demostrados en una encuesta que pretende precisamente, mediante su diseño científico, separar los hechos probados de las fantasías. Hablar de “normalización de la violencia sexual” es insultar a los encuestados y diluir la diferencia entre lo que es violencia y lo que no lo es, lo que favorece precisamente la impunidad de la violencia. Lo mismo ocurre al hablar de “una amenaza respecto a los principios de igualdad”. Decir que la pornografía es “la antesala del sexo de pago” en ese contexto es decir que la pornografía también es violencia contra las mujeres y debería ser prohibida. Y hablar de motivaciones “no estrictamente voluntarias” es apoyarse en la falacia de que existen los trabajos “estrictamente voluntarios”.

El abolicionismo es violencia contra las mujeres, el patriarcado de nuestros días y, en definitiva, una secta criminal.

 

Las mentiras, las grandes mentiras y las estadísticas sobre prostitución

Glòria Poyatos Matas*

24.08.2014

 

https://blogs.elconfidencial.com/espana/tribuna/2014-08-24/las-mentiras-las-grandes-mentiras-y-las-estadisticas-sobre-prostitucion_179597/

 

«Sólo me creo las estadísticas  que yo, personalmente, he manipulado» (atribuida a Winston Churchill).

 

«Prostitución, drogas y tráfico de armas dejan la ilegalidad estadística para entrar en el PIB». Con ese titular se supo a principios de año que, a la vuelta del verano, el INE tendría en cuenta estas actividades ilegales a la hora de calcular el PIB. El 10 de mayo, la Junta Directiva de la Organización de Inspectores de Hacienda del Estado aprobaba a este respecto un extenso informe titulado Reforma fiscal española y agujeros negros del fraude. Propuestas y recomendaciones, en el que abogaba por la incorporación en el sistema tributario español de actividades denominadas ‘ilícitas’, como la prostitución, y se aplaudía esa inclusión, aunque sea estadísticamente, en la contabilidad europea.

Los países de la Unión estarán obligados a incluir en la medición del PIB el impacto del consumo de drogas, el contrabando y la prostitución en virtud del SEC 2010 (Sistema Europeo de Cuentas Nacionales y Regionales), que reemplaza al SEC 1995. Se trata de una nueva metodología en la elaboración de la contabilidad nacional de los Estados de la UE -impuesta a través del Reglamento  nº 549/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo, de fecha 21 de mayo de 2013- aunque no en el mundo, pues este sistema ya funciona desde hace años en Japón, Estados Unidos, Australia, Canadá e incluso en países de nuestro entorno, como Suecia, Noruega, Austria, Estonia, Eslovenia u Holanda.

El INE ya se ha puesto en marcha para acometer esta ardua tarea aplicada al paradigma de uno de los negocios más sumergidos, el de la prostitución. Los datos estadísticos resultantes saldrán a la luz el 25 de septiembre, pero provisionalmente se prevé un aumento del PIB que oscilará entre un 2,7% y un 4,5%, con la consecuente repercusión sobre el déficit nacional.

Sin embargo, las estadísticas son una constelación de tentaciones a la manipulación. Por ello, en el presente caso, deben seguir las recomendaciones metodológicas que desde el Eurostat, la oficina estadística de la UE, se han establecido para armonizar la actuación de los Estados miembros, exigiéndose el consentimiento entre ambas partes en este tipo de transacciones para poder ser objeto de valoración económica, esto es, quedan fuera de esta nueva metodología de medición económica las actividades delictivas, como la trata de personas o el proxenetismo coactivo.

Datos fiables… y otros no tanto

Personalmente, me sorprendió el estruendo mediático que se dio a esta noticia, pues la prostitución es uno de los negocios más ‘estadisticados’, eso sí, en esta espinosa materia deben diferenciarse las estadísticas serias, esto es, las avaladas por estudios y organismos reconocidos por la comunidad internacional, de aquellas otras que siempre se aportan hueras de fuentes que las sostengan. Estas últimas suelen acompañarse de nudas valoraciones y un grave déficit transversal de argumentación racional.

Un ejemplo sería el eterno porcentaje de que más del 95% de las mujeres que ejercen la prostitución lo hacen bajo coacción o bien son víctimas de trata. Esta ‘estadística’ colisiona frontalmente con los datos obtenidos por la ONU en un extenso estudio llevado a cabo en 2010 en Europa (Trata de personas hacia Europa con fines de explotación sexual), entre cuyas conclusiones se asevera que una de cada siete mujeres que ejercen la prostitución en Europa son víctimas de trata, esto es, aproximadamente un 15%. Sin duda alguna, es una cifra abominable y demasiado elevada, en un entorno autocalificado de progresista y protector de la mujer frente a una de las delincuencias más repugnantes y, desgraciadamente, mejor organizadas, pero un 15% no es un 95%. Hay, por tanto, un 80% de mujeres desterradas a la invisibilidad y al ostracismo de derechos, lo que aumenta su fragilidad frente al empoderamiento de los clientes y la patronal del sexo.

Siguiendo con las estadísticas serias, debe destacarse el informe de la OIT The Sex Sector: The economic and social bases of prostitution in Southeast Asia, de 1998, diseñado por Lin Lean Lim sobre el sector del sexo en Asia sudoriental. Tal informe fue el resultado de un laborioso trabajo de investigación sobre la prostitución en cuatro países asiáticos: Filipinas, Tailandia, Malasia e Indonesia. De él se extrajeron conclusiones como que, a pesar de no hallarse regularizada, la industria sexual en dichos países alcanzaba económicamente el 14% del PIB. Y se concluyó con una recomendación clara a los países para regularizar la prostitución, porque sólo si se obtiene un rendimiento fiscal de esa actividad podrá incluirse en programas de ayuda y protección social, y solo si se visibiliza se permitirá a las trabajadoras sexuales acceder a toda la protección del sistema y a disponer de derechos en materia de seguridad y salud en el trabajo.

El caso español

Ya en nuestro país, en 2006, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales subvencionó un extenso y detallado informe (firmado por Graciela Malgeseni, del Escode) sobre el impacto de una posible normalización profesional de la prostitución en la viabilidad y sostenibilidad futura del sistema de pensiones. El resultado fue que la regularización de la actividad (autónoma) de la prostitución conllevaría un potencial incremento de afiliaciones a la Seguridad Social del 0’6%; el impacto recaudatorio de cuotas elevaría el existente en un 0’4% ; el IRPF, en un 0’85%; y el IVA en un nada desdeñable 0’78%.

En 2007 tuvo lugar otro abordaje estadístico de la actividad sexual remunerada, con motivo de la creación de una comisión parlamentaria para el estudio de la situación actual de la prostitución en España, en cuyo informe final, de fecha 13 de marzo de 2007, se concluye que los españoles se gastan 50 millones de euros todos los días en prostitución, que hay unas 400.000 prostitutas y que, según los datos aportados por los propietarios de los clubs de alterne, el negocio mueve en España 18.000 millones de euros. Los ingresos por prostituta y año ascienden a unos 45.000 euros.

Por último, entre los trabajos de investigación sobre el tema debe hacerse referencia necesariamente (a pesar de la escasa publicidad que se le dio, quizás porque los resultados obtenidos no fueron los inicialmente pretendidos) al extenso estudio teórico y práctico titulado La prostitución femenina en la Comunidad de Valencia, patrocinado por la Conselleria de Bienestar. Se realizó entre 2006 y 2007, con la participación de cuatro universidades valencianas públicas. En él, se cuestionan seriamente algunos de los datos estadísticos obtenidos hasta el momento, y se concluye que en la comunidad trabaja el 10% (10.000 mujeres) del total de las que ejercen la prostitución en nuestro país; la demanda está constituida por 130.000 clientes, es decir, algo más del 6% de la población valenciana de sexo masculino mayor de 15 años; la oferta anual de servicios sexuales se cuantifica aproximadamente en 3.120.000 servicios; y el volumen del negocio de la prostitución en la comunidad ascendió en 2006 a 230.462.353 euros, lo que en relación al PIB valenciano para ese mismo año (que era de casi 95.000 millones), suponía un 0’24%.

Las estadísticas y datos contables que se conocerán en unas semanas nos indicarán, finalmente, el impacto que tiene la actividad de la prostitución en el PIB español. No es un secreto que el personal del INE se encuentra actualmente confeccionando sus datos, lo que incluye visitas a los locales de alterne, las calles y las sedes de las asociaciones de trabajadoras sexuales más importantes de este país. Todo apunta a que las esperadas estadísticas se situarán en el grupo de las serias (esperemos que sea así), al igual que las que se citan en este artículo.

*Glòria Poyatos Matas es jueza decana de Lanzarote y autora de ‘La prostitución como trabajo autónomo’ (ed. S.A. Bosch).