¿Qué tienen en común el aborto, la eutanasia y la prostitución?

Tal vez la pregunta más pertinente a la hora de lidiar con complejos debates morales como el del aborto, la eutanasia y la prostitución no sea la de dónde está la verdad, sino cómo arbitrar soluciones que reduzcan al mínimo el dolor de los implicados.

.

Por Manuel Ruiz Zamora

28 de julio de 2022

https://www.elespanol.com/opinion/tribunas/20220728/comun-aborto-eutanasia-prostitucion/691050897_12.html
.

Cuando en este mundo surge una afirmación de naturaleza ideológica, por este signo la conoceréis: no admite excepciones de la regla. O, dicho de otra forma, se rige por un principio absoluto de incondicionalidad.

No importa el contexto ni importan las consecuencias. No importa si su aplicación es posible o si, al hacerlo, ocasiona más problemas de los que soluciona. Su verdad es tan rotunda que podría decirse que no es de este mundo.

Y, en efecto, no lo es.

La verdad ideológica pertenece al reino de las ideas. Pero no a aquel en el que gobiernan las leyes de la lógica, sino a otro mucho más confuso (y convulso) en el que dominan los caprichos de la fe.

La prueba más concluyente de la condición estrictamente transversal de esta concepción del mundo es que afecta por igual a las derechas y a las izquierdas, aunque ambas puedan diferir en los dogmas concretos que enarbolan (salvo en el caso del papa Francisco, que los reúne todos).

Aunque estos principios suelen adoptar una apariencia arrogantemente moral, en realidad hunden sus raíces en una inveterada tradición religiosa que, sin embargo, no se atreve a decir su nombre.

Podemos, por ejemplo, discutir sobre eutanasia con un cristiano confeso y este desplegará toda una batería retórica que sólo tiene por objeto darle una apariencia de racionalidad a lo que no es otra cosa que la creencia en un principio incondicional. Aquel que considera que, procediendo toda vida de Dios, sólo a él le corresponde la potestad de acabar con ella.

Uno puede desde luego discrepar de esta creencia, pero su expresión resulta más honesta que la tendencia a disfrazarla de razones que sólo aspiran a eludir el núcleo de verdad de la cuestión.

También podrá nuestro incondicionalista aducir que la regulación del buen morir implica poco menos que la posibilidad de un exterminio a través del cual la sociedad podría deshacerse alegremente de todos aquellos individuos que le resultaran inútiles o indeseables.

Nos dirá también que, en caso de dolores insufribles, existen ya excelentes cuidados paliativos que hacen innecesario anticiparse al propio final. A veces nos los pintan con colores tan atractivos que uno siente que se está perdiendo una experiencia inigualable.

Yo he llegado a leer, no sin cierto asombro, que la determinación de no seguir viviendo que se apodera de algunos individuos (hay quienes, en un ejercicio de respeto supremo, les consideran simplemente enajenados) podría combatirse si invirtiéramos más en amor y ternura, y menos en consumismo.

En realidad, el egoísmo de estos argumentos, por más que se disfracen de un altruismo de buen samaritano, es infinito. Porque en virtud de un dogma de fe que implica un desprecio absoluto por la autonomía moral de quienes no piensan como ellos, lo que hacen es decretar la obligatoriedad del sufrimiento.

O, dicho de otra forma. Los que deciden finalmente sobre la vida y la muerte de quienes reclaman decidir son los que les niegan a otros el derecho a hacerlo.

¿Y por qué? Porque el dios del incondicionalismo ideológico exige siempre víctimas.

De hecho, si les dices que a pesar de todos esos medios alternativos la persona que desea morir continúa queriéndolo hacer, volverán a reiniciar la noria interminable de sus argumentos ficticios tan sólo para eludir tener que reconocer el único verdadero: que es su Dios quien así se lo dicta.

Prácticamente lo mismo ocurre con el aborto. Un tema mucho más espinoso en la medida en que implica, en principio, a otra presunta vida, aunque también este punto sea una de las discrepancias que entra en liza.

No obstante, la metodología argumentativa no es muy distinta. Se apelará a la necesidad de arbitrar fórmulas alternativas para que las mujeres no tengan que recurrir a esa medida tan extrema (y, en su opinión, asesina): asesorar a las interfectas, facilitar mecanismos para dar a los niños en adopción, desarrollar marcos de protección y apoyo a las madres, establecer ejercicios de pedagogía social que otorguen el valor que merece al concepto de familia.

Y todo ello está muy bien. Pero si, finalmente, una madre potencial, por las razones que sea, no quiere llevar a cabo su embarazo, ¿se tendrá que ver abocada, tal y como ha ocurrido en otros momentos, a interrumpirlo en unas condiciones clandestinas, insalubres y probablemente peligrosas?

En el lado izquierdo del ring, que como ya viera Friedrich Nietzsche no es más que el heredero secular del cristianismo, tampoco es raro encontrarse con trazos de un incondicionalismo que, feminismos y movimientos woke mediante, se pasea cada vez por más asuntos.

Aunque tal vez en ninguno de ellos se vea mejor reflejado que en la utópica pretensión de erradicar la prostitución del mundo.

Veamos cómo se repiten los mismos esquemas.

En nombre de un ente de razón estrictamente platónico como es «la dignidad de la mujer» se apuesta, con un maximalismo digno de mejor causa, por la prohibición a ultranza. Que es siempre el recurso más o menos inconfeso al que tiende todo incondicionalismo.

Ello permite, por un lado, no tener que afrontar el problema en toda su infinita complejidad. Aunque, por otro, aboca a miles de mujeres reales a ejercer su actividad en unas condiciones laborales que, en justa reciprocidad, habría que desearles a las fervientes guardianas de la Dignidad con mayúsculas.

Lo más curioso de todo ello es que muchos de quienes mantienen estas posiciones fulminantes se declaran, sin embargo, partidarios acérrimos de las libertades individuales. Salvo, al parecer, de aquellas que afecten a los aspectos más esenciales de las vidas de lo demás: la posibilidad de decidir sobre la propia vida y la propia muerte.

Entonces son ellos los que, al impedir que los demás decidan, se arrogan el derecho a hacerlo, toda vez que la diversidad de las vidas reales significa siempre un desmentido de facto para las pretensiones de uniformidad totalitaria que en el fondo late en todo principio de incondicionalidad.

Por eso, tal vez el mayor error que se puede cometer al enfangarnos en estos debates laberínticos consista precisamente en dejarse arrastrar a la problemática moral, que es la forma casi más efectiva de sacarlos del mundo.

No es que dicha perspectiva (e incluso la teológica, si se tercia) no sea importante, pero debemos ser conscientes de que finalmente nos las habremos con problemas positivos y reales que tienen una dimensión social y, en última instancia, política.

En tal sentido, tal vez la pregunta más pertinente no deba ser la de dónde está la verdad, sino cómo arbitrar soluciones que reduzcan al mínimo el dolor de todas las partes.

Puesto que, según nos demuestran siglos y siglos de historia, resulta imposible erradicar la prostitución o impedir que las mujeres aborten, y puesto que, a pesar de todos los avances terapéuticos, habrá siempre quienes no puedan soportar el sufrimiento que les causa la vida cuando se ha convertido en una carga insoportable, ¿no resultaría más razonable que seamos un poco más respetuosos con las necesidades íntimas y materiales de los otros y nos limitemos nosotros a actuar en consecuencia con nuestras normas y principios morales sin intentar imponérselas a los demás?

Ciertamente, en sociedades abiertas y plurales como la nuestra es preciso escuchar con atención a las diversas morales. Pero evitando a toda costa que sus incondicionalismos recalcitrantes nos impidan operar con la inevitable complejidad de los problemas reales.

*** Manuel Ruiz Zamora es filósofo.

Leyes de trabajo sexual que protejan

Al revisar las leyes sobre el trabajo sexual, los políticos federales deberán asegurarse de que cualquier cambio no aumente los peligros inherentes para las trabajadoras sexuales.

.

By Star Editorial Board

25 de julio de 2022

https://www.thestar.com/opinion/editorials/2022/07/25/sex-work-laws-that-protect.html

.

Hay una razón por la que los asesinos en serie a menudo asesinan a las trabajadoras sexuales: son blancos fáciles. Y hay una razón por la que son blancos fáciles: la ley las obliga a meterse en situaciones peligrosas y envenena su relación con la policía.

Numerosos estudios, encuestas y decisiones judiciales han confirmado estos hechos y, sin embargo, los legisladores siguen cometiendo los mismos errores. En lugar de buscar proteger a las trabajadoras sexuales de cualquier daño, intentan proteger al público del trabajo sexual.

Por lo tanto, las trabajadoras sexuales son tratadas como «invisibles» virtuales que deben ejercer su oficio en las sombras. Cada ley canadiense sobre prostitución callejera en los últimos 100 años ha sido diseñada para hacerla invisible.

Como resultado, después de más de un siglo, un siglo en el que el trabajo sexual nunca ha sido ilegal en Canadá, este sigue siendo peligroso.

El Comité Permanente de Justicia y Derechos Humanos de los Comunes tuvo la oportunidad de cambiar todo eso, pero también fracasó. En su reciente revisión de la Ley de Protección de Comunidades y Personas Explotadas, el comité emitió algunas recomendaciones loables, pero finalmente dejó que las trabajadoras sexuales se las arreglaran solas.

Influenciada por el “modelo nórdico”, la ley apunta a los compradores, en lugar de a las vendedoras, de servicios sexuales. Eso puede parecer una mejora con respecto a las leyes anteriores que trataban a las trabajadoras sexuales con mucha más dureza que a sus clientes, pero la diferencia es en gran medida ilusoria.

Después de todo, dado que los clientes deben preocuparse por no ser detenidos, aún exigen que los encuentros sexuales ocurran rápida y subrepticiamente; en otras palabras, exactamente como pasaba cuando las leyes apuntaban a las trabajadoras sexuales. Y cuando estas se ven obligadas a realizar negocios a toda prisa en la oscuridad, las precauciones de seguridad se vuelven una ocurrencia tardía.

Así que, aparte del valor simbólico de atacar a los clientes, la ley no es una gran mejora con respecto a su predecesora, que, dicho sea de paso, había sido declarada inconstitucional por poner en peligro a las trabajadoras sexuales. El Comité pareció reconocerlo, ya que enfatizó que la ley actual les causó “daño grave”. De hecho, el Comité tomó nota de las opiniones de algunos testigos de que el término “trabajo sexual” no transmite completamente las realidades de la explotación sexual y el tráfico dentro de la industria del sexo. “Las personas con experiencia vivida en la industria del sexo compartieron experiencias que van desde la alegría y la satisfacción hasta la explotación, la violencia y otros daños”, indicó el informe del Comité.

Sin embargo, no llegó a remediar ese defecto, fatal en más de un sentido, salvo por recomendar la derogación de las prohibiciones sobre la comunicación y la publicidad de servicios sexuales, y aconsejar que Ottawa “tome medidas para abordar los problemas de explotación y trata de mujeres y niños”. Eso es indudablemente importante, y el Comité hizo algunas recomendaciones importantes para ayudar a frenar la explotación.

En particular, el Comité aconsejó al gobierno que derogue las leyes que “ponen a las trabajadoras sexuales migrantes en un riesgo elevado de violencia y peligro al impedirles denunciar estos incidentes sin temor a la deportación”.

Esa es una recomendación valiosa y esperada desde hace mucho tiempo, pero la deportación no es el único peligro que enfrentan las trabajadoras sexuales migrantes, y no migrantes. Si el Parlamento se toma en serio su protección, trabajará para abordar estos peligros, muchos de los cuales son causados ​​por la propia ley.

Independientemente de la forma que adopte una nueva ley, los legisladores deberán asegurarse de que no aumente los peligros inherentes al trabajo sexual, como lo han hecho las leyes durante el último siglo. La ley debe tener los dientes necesarios para combatir la explotación, la violencia y la trata de personas y, al mismo tiempo, ser lo suficientemente sensible como para ayudar a reconstruir la confianza entre las trabajadoras sexuales y la policía.

Sin embargo, en última instancia, no podemos esperar que la ley aborde por completo las innumerables razones por las que las personas están en la industria del sexo, ni podemos esperar que la ley proporcione una salida para aquellas que desean irse. Eso requerirá un esfuerzo social que involucre la policía, los servicios sociales y el apoyo financiero. Solo debemos asegurarnos de que la ley ayude, en lugar de obstaculizar, a ese esfuerzo.

Derechos de ciudadanía para trabajadoras y trabajadores del sexo

Derechos 1Derechos 2

Descarga en PDF desde el sitio de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras:

Haz clic para acceder a 5200577f92dd7f8378ff5b279e5b3eab000001.pdf

Y también aquí:

Derechos de ciudadanía para trabajadoras y trabajadores del sexo

Comprar libro en:

De Magdalena López Precioso (Autor), Ruth Mestre i Mestre (Autor), José María Fidalgo (Autor), Julián Ariza (Autor), Carmen Bravo (Autor), Soledad Murillo (Autor), Raquel Osborne (Autor), Pilar Gallego (Autor), Pilar Alvarado (Autor), Justine Abellán (Autor), Purificación Gutiérrez (Autor), Carolina Hernández (Autor), Justa Montero (Autor), Presen Urán (Autor), Sandra (Autor)

Editorial: Tirant Lo Blanch
ISBN: 9788484568520
Páginas: 278
Fecha de la edición: 2007
Edición: 1
Volúmen: 1

Este libro recoge las ponencias presentadas en las Jornadas Derechos de Ciudadanía para Trabajadoras y Trabajadores del Sexo organizadas por la Secretaría Confederal de la Mujer de CC.OO. (Madrid, mayo de 2006). En ellas, participaron personas de diferentes ámbitos: trabajadoras del sexo, juristas, políticas, sindicalistas, miembros de asociaciones, fuerzas de seguridad del Estado…. El objetivo común fue reflexionar sobre la realidad en la que viven quienes ejercen la prostitución, en su mayoría mujeres, que reclaman ser reconocidas como trabajadoras del sexo y como tales tener derechos de ciudadanía y laborales, incluidos los de organizarse, sindicarse y auto-representarse ante las instituciones públicas y la sociedad.

Esta obra incluye un amplio informe de las coordinadoras del libro y en cada apartado se realizan preguntas que facilitan el análisis «de cuestiones, que no por complejas, deben quedar de forma permanente en la indefinición. Mientras, la sociedad con cierta hipocresía y los poderes públicos con poco sentido de la realidad condenan a un amplio colectivo de personas a la carencia de derechos y por ello a la más absoluta vulnerabilidad, en función de que realizan una actividad estigmatizada y que estigmatiza a quien la ejerce.»

Prostitutas se concentran frente a la sede del PSOE en Bilbao: «No estamos obligadas»

– Las trabajadoras sexuales han protestado contra la ley abolicionista de la prostitución que prepara el Gobierno
– Las mujeres sostienen que “la prostitución libre no es trata”
– Las prostitutas consideran que la ley limita su «libertad» como mujeres

participantes-en-la-protesta-contra-la-ley-de-abolicion-de-la-prostitucion-en-bilbao_b487

Participantes en la protesta contra la ley de abolicion de la prostitución en Bilbao.NIUS

Por Idoia Rivas

Bilbao

20 de julio de 2022

https://www.niusdiario.es/espana/euskadi/20220720/prostitutas-concentran-contra-ley-abolicionista-prostitucion-psoe-no-estamos-obligadas-bilbao-vizcaya_18_07070274.html

Cerca un centenar de trabajadoras sexuales y empleados de clubes de alterne se han concentrado este miércoles frente a la sede del PSOE en Bilbao para protestar contra la futura ley abolicionista de esta práctica que proyecta el Gobierno.

Las mujeres, que llevaban paraguas rojos y tapaban su rostro con una máscara, portaban dos pancartas con los lemas: “El PSOE tienen las televisiones, nosotras la verdad” y “La prostitución libre no es trata. Basta ya de mentiras”.

La protesta, que también se ha celebrado en Barcelona y Valencia, ha sido convocada por la recién creada Plataforma de Afectados por la Abolición de la Prostitución que considera que la posible entrada en vigor de esta ley es “una limitación de nuestra libertad como mujeres y de la de todas las personas cis y trans que nos dedicamos a esta actividad. Una estigmatización inaceptable para quienes queremos ejercer libremente”, señalan.

mujeres-que-han-participado-en-la-protesta_2ad2

Las mujeres piden que se retire una proposición de ley, “que nos condena a todas a la clandestinidad”. Argumentan que “se basa en un neopuritanismo moral y en argumentos falaces y estadísticas falsas” porque “es mentira que el 80 o el 90 % de las trabajadoras sexuales estemos obligadas”, aseguran. Además, exigen que se persiga a la verdadera lacra, a las mafias de trata de seres humanos”.

“Llevo 10 años trabajando libremente”

Paula Silva es una de las mujeres que ha participado en la protesta. Lleva una década trabajando como prostituta en un hotel de Cantabria y afirma que ésta es “una lucha por mis derechos. Nunca he trabajado obligada. Lo que quiero es que me dejen trabajar en libertad”, nos cuenta.

Lo mismo opina su jefe, Rafa García, dueño del establecimiento donde se prostituye. “Las chicas que trabajan allí son libres y lo hacen con dignidad. Que tengan en cuenta que si está ley se aprueba se quedarán sin trabajo”, asegura.

En la concentración, que ha estado amenizada con dantzaris y música, también ha contado con mujeres que portaban pancartas donde se podía leer mensajes como. “No queremos rescates. Stop abolición” o “Yo elijo mi trabajo y mi vida. Es mi decisión no la tuya”.

El sector de la prostitución se manifiesta en Valencia: “No somos esclavas”

Han salido a la calle para reclamar al PSOE que retire la propuesta de ley basada en “un neopuritanismo moral, en argumentos falaces y estadísticas falsas”

mani-abolicion_valencia

 

Por ROSA PIQUER

20 de julio de 2022

https://www.elperiodic.com/valencia/sector-prostitucion-manifiesta-valencia-somos-esclavas_839123

El sector de la prostitución que representa a más de 2.000 familias en la Comunitat Valenciana y engloba desde trabajadoras sexuales, recepcionistas, responsables de espacios privados y abiertos al público, portales de anuncios o limpiadoras, ha salido esta mañana a la calle en Valencia para protestar contra el proyecto de ley que el PSOE propone para abolir la prostitución.

Protegidos por paraguas y sombreros, con pancartas en la mano y algunas personas incluso con máscaras, han iniciado la manifestación en la plaza del Ayuntamiento de Valencia y tras la lectura del manifiesto han marchado hacia la sede de los socialistas donde, tras leer de nuevo el escrito, han entregado una copia en la que explican los motivos para que el PSOE frene esta nueva legislación.

“Argumentos falaces y estadísticas falsas”

En el manifiesto, las trabajadoras del sector han señalado que “somos mujeres independientes y no necesitamos la tutela paternalista de nadie para decidir sobre nuestro cuerpo”.

mani-abolicion1_lg

Para la plataforma de personas afectadas por la abolición, “la prohibición de la prostitución es una limitación de nuestra libertad como mujeres y de todas las personas que nos dedicamos a esta actividad”, además de “una estigmatización inaceptable para quienes queremos ejercer libremente”.

Por ello, han pedido al PSOE que retire la proposición de ley que “se basa en un neopuritanismo moral y en argumentos falaces y estadísticas falsas”, porque “supone de facto la abolición de la prostitución y nos condena a todas a la clandestinidad”.

Piden que se persigan las mafias

La plataforma de personas afectadas por la abolición exigen que “se persiga a la verdadera lacra, a las mafias de trata de seres humanos” porque “no somos esclavas ni mercancía en manos de nadie”.

Además indican que la administración debe perseguir a las personas que obligan a ejercer a la prostitución.

Asimismo, han asegurado que “sabemos, por las experiencias en otros países, que la prohibición de la prostitución nos dejará en la marginación, generando inseguridad para todas, desprotección sanitaria y desamparo social”.

Por ello, han pedido a los partidos políticos, a las organizaciones sociales y a todos los ciudadanos, que “no permitan que se prohíba nuestro trabajo, libremente decidido y ejercido. Que no apoyen una ley prohibicionista, llena de prejuicios y que atenta gravemente contra la libertad de las mujeres”.

El Ayuntamiento de Sevilla se apoya en órdenes religiosas para la erradicación de la prostitución y la trata

Igualdad firma un acuerdo de colaboración con Religiosas Adoratrices, Oblatas del Santísimo Redentor y Auxiliares del Buen Pastor ‘Villa Teresita’

sevilla-acuerdo-prostitucion-kdjB--1248x698@abc

Adela Castaño, con las representantes de las órdenes religiosas ROCÍO RUZ SOCIEDAD

E. BARBA

8 de junio de 2021

https://sevilla.abc.es/sevilla/sevi-ayuntamiento-sevilla-apoya-ordenes-religiosas-para-erradicacion-prostitucion-y-trata-202106081431_noticia.html

.

El Ayuntamiento de Sevilla , a través de la delegación de Igualdad, Educación, Participación Ciudadana y Coordinación de Distritos, ha firmado este martes sendos convenios con Religiosas Adoratrices, Oblatas del Santísimo Redentor y Auxiliares del Buen Pastor Villa Teresita para el desarrollo de medidas del Plan Municipal de Erradicación de la Prostitución y la Trata. Las tres entidades son además componentes de la Mesa contra la Prostitución y Trata que puso en marcha la Administración local. La delegada de Igualdad, Educación, Participación Ciudadana y Coordinación de Distritos, Adela Castaño , ha subrayado en el acto de firma de estos acuerdos que, con estos pactos «Sevilla mantiene su compromiso firme en el apoyo a las mujeres víctimas de explotación sexual y en el impulso de medidas para favorecer su reinserción social y laboral».

Este compromiso, ha recordado Castaño, está presente en el plan integral para la erradicación de la trata y la prostitución , «un documento que define las líneas básicas del trabajo que se realiza dentro de las competencias municipales y que se sigue desde el área de Igualdad y en el que se enmarca una línea fundamental y prioritaria: el apoyo a las mujeres víctimas de explotación sexual y las medidas para favorecer su reinserción social y laboral». Este año, con estos convenios, «se ha incrementado y reforzado esta línea, que cuenta con un aumento de presupuesto de casi un 30% al pasar de 28.000 a 36.000 euros», ha destacado la delegada, a lo que ha añadido que «esto nos va a permitir realizar una aportación de 12.000 euros en cada uno de los convenios para tres proyectos que incorporan ya todos casas de acogida».

El primer acuerdo es con la institución Religiosas Adoratrices Centro Juvenil Santa María Micaela . El Ayuntamiento colabora así con el proyecto Centro de Escucha a la Mujer de atención integral para la liberación y reinserción social de mujeres provenientes de contextos de prostitución y trata. «Va dirigido a mujeres que se encuentran en situación de exclusión social, y tiene como objetivo dar respuesta a la demanda de escucha y acompañamiento», ha indicado Castaño. El segundo acuerdo ha sido suscrito con la congregación religiosa Oblatas del Santísimo Redentor de Sevilla para colaborar en sus programas de inserción laboral en el Centro Al Alba. Consiste en una primera acogida, orientación socio familiar e información de recursos, derivación a servicios de orientación jurídica y de asesoramiento y orientación laboral, así como de búsqueda de empleo. «La labor de esta congregación fue precisamente reconocida y aplaudida por la ciudad en con la concesión de la medalla de Sevilla el pasado día de San Fernando», ha indicado Castaño. Por último, el tercer acuerdo se suscribe con la institución Auxiliares del Buen Pastor Villa Teresita , presente en la ciudad desde 1978 con actividades a atención al colectivo de mujeres víctimas de la prostitución y la marginación. Para ello cuenta con una casa-hogar de acogida cuya labor va enfocada especialmente a la convivencia y la autoayuda. «Los recursos se destinan a fomentar la convivencia positiva y la autoayuda, a fin de crear un proceso formativo que conduzca al crecimiento personal y grupal, constituyéndose en una respuesta a todas aquellas mujeres que conscientes de su situación, soliciten un recurso alojativo que les sirva de plataforma para su desarrollo», ha explicado la delegada.

En este sentido, Castaño ha recordado que el gobierno municipal trabaja en el apoyo a las mujeres víctimas de explotación sexual y las medidas para favorecer su reinserción social y laboral por dos vías complementarias y coordinadas: a través de la red de centros de información y atención a la mujer municipal que ha ampliado recientemente con la creación de dos nuevas unidades y que sitúa a Sevilla como la ciudad con un mayor dispositivo público municipal de apoyo a las mujeres víctimas de violencia o explotación sexual; y a través de la colaboración con entidades sociales «que llevan muchos años realizando una labor imprescindible y muy importante de apoyo a las víctimas de la prostitución que desde el Ayuntamiento felicitamos y agradecemos».

_________________________________________________________________________

Consuelo García Cid: “Los centros del Patronato eran lugares de castigo y de mano de obra gratuita”

El Patronato de Protección a la Mujer era una institución franquista, dependiente del Ministerio de Justicia, que funcionó como el principal aparato de represión contra las mujeres caídas —y las que estaban a punto de caer— entre 1941 y 1983. Consuelo García Cid (Barcelona, 1958) es la autora de algunas de las principales obras que analizan esta institución.

Consuelo García Cid. / Foto: Isabel Permuy

Por Andrea Momoitio

11 de mayo de 2022

.

Miles de niñas y adolescentes sufrieron las consecuencias de la moral católica que se dedicaron a salvaguardar diferentes órdenes religiosas a lo largo y ancho del Estado español. Empiezan a publicarse algunos reportajes [en el último de nuestros anuarios, por ejemplo]; alguna pieza audiovisual, una tesis, algún libro, pero poco más. El grueso del material disponible para entender qué pudo significar el Patronato de Protección a la Mujer es la obra de Consuelo García Cid. La escritora y periodista conoce bien sus entresijos porque pasó por varios centros. Ha sido denunciada y vilipendiada por tratar de sacar a la luz la violencia institucional que sufrieron en muchas de sus obras y conferencias. Las desterradas hijas de Eva, Ruega por nosotras o Las insurrectas del Patronato de Protección a la Mujer son publicaciones imprescindibles para comprender de qué manera fueron reprimidas las mujeres durante la dictadura franquista. Hoy, todavía hoy, resulta complicado entender la magnitud que pudo tomar y, hoy, todavía hoy, algunas de las sobrevivientes hablan con dificultad de su experiencia.

Tengo que empezar con una confesión. Después de escribir Lunática me he quedado atrapada con el Patronato de Protección a la Mujer.
Es una parte de la historia reciente de este país completamente desconocida. Hicieron verdaderas atrocidades y, si te interesa el tema, puedes dedicarle el resto de tu vida. Yo llevo 15 años y sigo buscando expedientes, documentación… y no salgo de mi asombro.

  • Tú lo has vivido.

Una cosa es conocerlo porque lo has vivido y otra cosa es arañar las capas del Patronato. Ver cómo evoluciona, ver cómo intenta moderarse, que no lo consigue, a partir de la muerte de Franco. ¿Aquí nadie sabía nada? ¿Nadie sabía cuál era el régimen de los conventos? ¿Nadie sabía que estaban robando niños? ¿Tampoco se le ocurrió a nadie contratar una auditoría para averiguar cómo era posible que aquellas monjas llegaran a tener aquellos macroconventos en las zonas altas de las ciudades? Porque los conventos estaban en las zonas altas, las zonas pijas de las ciudades, ¿cómo han conseguido eso? Con la mano de obra de las mujeres internas. Solo las Oblatas [del Santísimo Redentor] tuvieron una inspección de Hacienda. Ellas se dedicaban a los bombones, chocolate, cosas de repostería, ¿y qué pasó? Que llegaron a tener tal industria repostera que, claro, sin declarar mano de obra, era imposible sostener. Eso lo cuento en el libro Ruega por nosotras. Claro, si tú tienes 200 internas esclavizadas, tuteladas, trabajando todo el santo día en lo que tú digas, ¡te montas una industria!

  • ¿Podemos decir que el Patronato era algo así como los servicios sociales para niñas?

Sí, sí, has dado en el clavo. Lo has bordado.

  • ¿Cuál era el perfil de las niñas que estaban bajo su tutela?

Fundamentalmente, mujeres del campo. Era una época de mucha escasez y en muchos pueblos de Castilla y León, de Andalucía… se vivía de forma muy precaria. Muchas familias creían que era un lugar de estudio, una oportunidad, creían que eran colegios para niñas difíciles. Pero, vamos a ver, ¿en qué colegio, estando interna, te pasas ocho horas al día trabajando en talleres, rezando, fregando y solo tres horas al día de clase? ¡Tres horas al día de clase! No había más y eran, además, clases de iniciación en las que siempre se hacía lo mismo. Las que entraron sin saber escribir su nombre, salieron sin saber escribir su nombre. La formación académica no les interesaba. Los centros de Patronato eran lugares de castigo y de mano de obra gratuita. Las internas hacían trabajos forzados.

  • Los centros los gestionaban distintas órdenes religiosas. ¿Cómo distinguimos los colegios en los que las niñas eran víctimas del Patronato con cualquier colegio de monjas?

La mayoría de las congregaciones tenían lo que eran colegios “normales” y luego también los reformatorios. Las Adoratrices [Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad] de Barcelona, que estaban en la calle Casanova, tenían un colegio público y justo al lado un reformatorio. Las externas que iban como alumnas del colegio jamás se juntaron con las otras. En Madrid, por ejemplo, solo tenían reformatorio. Maquillaban lo que hacían, pero estaba permitido. Todo esto se hizo porque se permitió. Ellas no vulneraron ninguna ley en su momento.

  • Ninguna de estas órdenes religiosas, por supuesto, ha pedido disculpas, ni ha reconocido el daño causado.

No, de forma colectiva no, pero hace poco, en una conferencia en Barcelona, se levantó un exmonja y me pidió perdón. No se me va a olvidar nunca. Me dijo que absolutamente todo aquello era cierto, que yo no solo no mentía sino que no exageraba absolutamente nada, que aquello fue literalmente horroroso.

  • ¿Tenía el Patronato alguna relación con la Sección Femenina [la rama femenina de la Falange Española]?

No. Eso es una especie de mito. La Sección Femenina no pintaba nada ni tenía nada que ver. Ellas sí estaban presentes en el servicio social femenino mientras fue obligatorio y daban clases de costura, economía doméstica… También hay que diferenciar entre los preventorios y los reformatorios.

  • ¿Cuál es la diferencia?

De las niñas, hasta que tienen 15 años, se encargaba el Tribunal Tutelar de Mujeres y luego, a partir de esa edad, el Patronato de Protección de la Mujer. Primero estabas en orfanatos y luego en reformatorios. Los preventorios estaban ligados al Patronato Nacional Antituberculoso.

  • ¿Cómo podías caer bajo la tutela del Patronato?

Fundamentalmente por fugas del domicilio familiar, pero podía ser por cualquier cosa. Por estar en horario escolar fumando por la calle, por ejemplo. Las celadoras, que eran las vigilantas y guardianas de la moral, se movían por la calle como policía femenina. Si te veían, llamaban a la Guardia Civil y te llevaban a los centros de observación y clasificación (COC). Podías estar incluso una semana y te hacían pruebas de virginidad. A partir de ahí decidían a qué reformatorio te destinaban. Pero estaba todo mezclado porque el sistema era un desastre y muchísimas llegaban al Patronato directamente de los orfanatos. Muchas chicas, las pobrecitas, no tenían bastante con haber nacido huérfanas y haberse comido todo el abanico institucional que, además, acaban en el Patronato. Muchas familias también se deshacían de sus hijas porque era facilísimo hacerlo.

  • ¿Crees que el desconocimiento sobre el Patronato ha invisibilizado la represión que sufrieron las mujeres en el franquismo?

Totalmente, absolutamente. ¿Cómo defiendes que no se nos ha represaliado? Ocultando el Patronato. Nadie contaba con que lo sacaría a la luz, pero lo he vivido, lo he conocido. Esto te lo coge una historiadora y no sabe ni por dónde empezar. Si no conoces todo el entramado, puedes cometer errores garrafales. Es historia de España, un agujero en la memoria histórica que hasta ahora ha sido completamente ignorado. Hay expedientes en los que se muestra cómo las rebeldes acaban en psiquiátricos o manicomios, sin diagnóstico, con alusiones a “trastornos de conducta” o a ser lesbianas.

  • ¿Qué tipo de expedientes has encontrado? ¿Lesbianas, putas?

Yo no conocí a ninguna prostituta, pero sí que encerraban a sus hijas. Pequeñas delincuentes sí he conocido. Normalmente delinquían por culpa del mismo Patronato. Se escapaban y, en una fuga, robaban para comer. Empezaban a delinquir en muchos casos al estar tuteladas y no antes. Algunas sí se prostituyeron en las fugas para dormir calientes y muchas se quedaron embarazadas creyendo que a través del matrimonio se iban a liberar. ¿Qué pasaba? Que acaban en la maternidad de Peñagrande y les robaban a su hijo. Ni siquiera se podía ser libre erróneamente.

  • De la prisión de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), que en teoría se abre solo para prostitutas, ¿has encontrado algo?

No, pero sí recuerdo chicas que solo estaban una noche y luego iban a la cárcel de Alcalá de Henares.

  • En tus libros cuentas que había centros más peligrosos o más duros.

Sí, eran tres: San Fernando, Villalba y Baeza. El peor, Baeza. De Baeza no se salía. Ninguna se podía escapar. Cuando yo estuve haciendo la gira promocional de Las desterradas hijas de Eva, la última presentación fue allí. Ahora es el Centro de Formación Feminista Carmen de Burgos. Conserva la misma estructura arquitectónica exterior original y, cuando llegué allí, lo entendí. Es como una fortaleza, como un gran castillo, encima es monumento nacional, en medio del campo… Aunque se escaparan y corrieran campo a través… estaban en la nada, las pillaba la Guardia Civil. Una especie de Alcatraz, impresionante. Tenían salas que llamaban de aislamiento, reflexión y catarsis. Era el destino final, donde llevaban a todas las que se escapaban mucho. A Baeza, al manicomio de Ciempozuelos (Madrid) o al psiquiátrico de Arévalo (Ávila).

  • ¿El Patronato tenía centros psiquiátricos?

No. El Patronato no tenía centros, pero dentro del psiquiátrico de Ciempozuelos había un pabellón que se llamaba Las patronatas y era solo para las tuteladas por el Patronato. ¿Por qué se hacía esa separación? Porque se experimentó con ellas. De hecho, gozaban de una cierta aristocracia hospitalaria. Tenían habitaciones individuales y no dormían en grandes salas como el resto. Las practicaron electroshock; las ataban de pies, manos y cadera… Ingresaban sin diagnósticos: trastornos de conducta o homosexualidad. Todas las lesbianas que mostraban o no ocultaban su condición sexual iban directamente al manicomio de Ciempozuelos o al psiquiátrico de Arévalo.

  • ¿Has identificado alguna conexión más de ese estilo?

No. No exactamente. Si tenías una crisis nerviosa o un ataque de histeria te llevaban a las enfermerías, pero ahí se estaba de maravilla porque no te molestaban. En Ávila estuve en la enfermería. Me trasladaron allí por ayudar a escapar a otras y me llevaron a la enfermería cuando dije que me iba a suicidar. Empecé una huelga de hambre que fue demasiado larga y me desmayé.

  • ¿Has encontrado alguna otra característica entre las mujeres víctimas del Patronato más allá de lo rural?

Muchísimas eran hijas de madres solteras. Muchas también habían sido violadas por su padre, hermano, primos…¡y las encerraban a ellas! El padre, violador, venía a verlas los domingos. ¿Qué te parece? No sabía que había tantísimo incesto. Entré con 15 años. Conocí a una chica que se había defendido de una violación y la pagaron un tiro en la tripa. La tenía destrozada.

  • Terrible. Habéis sido miles, ¿cómo ha sido ir dando con tus compañeras para tu trabajo?

Aparecen muy tímidamente. Al principio, por redes sociales. Tienes que tener en cuenta que haber estado tutelada por el Patronato es un estigma como una catedral.

  • Supongo que conocerás el reportaje de la revista Vindicación Feminista sobre el Patronato que trataron de evitar que saliera a la luz.

Sí, sí, las llevaron a los tribunales. Las fotografías que salen son del reformatorio del Buen Pastor. Yo estuve allí.

  • Cuentan en el texto que las trataban como niñas, que no las dejaban de alguna manera crecer. Espeluznante.

Cambiaban el nombre de las cosas. No podíamos decir bragas, teníamos que decir cuquis y el orinal era el vasito de noche.

  • Algunas, cuentan, “se volvían locas”.

Era para acabar loca, te lo puedo asegurar. Yo reconozco un montón de taras en mí misma que tengo asumidas. A mí lo que más me destrozó era la pérdida de libertad, era estar sometida a una régimen carcelario sin haber cometido ningún delito.

  • En vuestro caso, además, no sabíais ni por qué estabas ahí ni hasta cuándo.

No. No.

  • ¿Qué perspectivas de salir teníais?

Ninguna. El matrimonio. Por eso se quedaban tanto embarazadas porque creían que así saldrían.

  • ¿Era la única manera de salir? ¿No esperabais la mayoría de edad?

Sí, pero igual llegaba la mayoría de edad y estabas fugada, estabas fichada por hurtos para sobrevivir, estabas muerta o estabas enganchada. No sabes cuántas salieron mordiendo las aceras con unas ganas de libertad brutales.

  • ¿Cuáles son tus demandas hoy?

La única demanda que tengo es el perdón público de las congregaciones, pero creo que no va a suceder. Estoy aquí para contarlo y voy a seguir contándolo. Voy a llegar hasta el final. Tienes que tener en cuenta que coges nombres de vocales, presidentes, secretarios y te vas encontrando conexiones políticas con la derecha.

  • Han tenido que pasar años para que la gente se interese en el tema.

Sí y muchas mujeres todavía no están dispuestas a hablar. Mira, una de las monjas me dijo a mí que quizá mis ideas encajaran en el año 2000, pero que no encajaban en 1975. Me dijo que estaba loca, que era comunista, que tenía el diablo en el cuerpo; que me pusiera de rodillas y jurara que me quedaría voluntariamente allí hasta los 25.

  • ¿Hasta qué edad estuviste?

Casi 18. Antes me habría matado. Ese día salí corriendo por el pasillo hasta una terraza en obras, me iba a tirar. Una interna me cogió por la cintura y me dijo: “No les demos el placer de que tengan ninguna muerta”. Esa es otra: el Patronato no tiene muertas en la cuneta, nadie vino a pegarnos un tiro en la nunca. Los suicidios se justificaban como intentos de fuga o trastornos de conducta. La muerte de Inmaculada Valderrama, por ejemplo, en el reformatorio de San Fernando de Henares. ¿Intento de fuga? ¿De verdad crees que se iba a fugar en bragas?

VIDEO: Presentador ucraniano revela cómo viven las trabajadoras sexuales en Quito

Redacción Vistazo

11 de julio de 2022

https://www.vistazo.com/actualidad/nacional/video-presentador-ucraniano-revela-como-viven-las-trabajadoras-sexuales-en-quito-BE2226232

.

El presentador de televisión ucraniano, Dmytro Komarov, visitó el centro de Quito para conocer de cerca cómo viven las trabajadoras sexuales de la capital, cómo se tratan ellas o con sus parejas, y lo que entraña de este negocio.

Komarov se reunió con varias mujeres quienes —más allá de intentar ocultar su identidad— decidieron hablar a viva voz con el presentador sobre su vida en la prostitución. Las historias fueron recogidas en el programa «El mundo al revés», que se difunde en YouTube.

María José, una de las representantes de la Asociación de Prostitutas Callejeras, cuenta en el reportaje que su rol es «cuidar» a alrededor de 97 mujeres trabajadoras sexuales. El trabajo empieza a las 07:00 y termina a las 19:00, cuenta y agrega que la hora pico para recibir clientes es de 09:00 a 15:00.

Otra representante, identificada como Mónica, comenta que para desarrollar su trabajo requieren de una «licencia de trabajo» correspondiente a la asociación a la que pertenecen.

Para obtener este documento, la mujer debe someterse a exámenes médicos y no tener enfermedades venéreas. «También debe ser reexaminada cada 9 o 15 días y renovar su licencia», acota el presentador.

Según María José, el servicio de cada trabajadora sexual cuesta 13 dólares; de esa cantidad el hotel retiene tres dólares y los 10 restantes son para la chica. El servicio tiene un límite de 15 minutos. «Si le gustas, puede durar hasta 20 minutos», menciona.

Asimismo, la representante explica que, dependiendo de la mujer, puede tener entre 10 y 20 clientes al día, es decir, ganar entre 100 y 200 dólares al día.

María José explica que, aunque al sumar, una mujer podría ganar entre 3.000 y 6.000 dólares al mes, lo cierto es que se trata de un trabajo muy inestable. «Hoy tiene (la mujer) 10 clientes, mañana nadie. Resulta que el dinero que se gana rápidamente se va rápidamente», dice.

Asimismo, el reportero muestra hotel el que trabajan algunas prostitutas. Allí se puede observar un inmueble algo descuidado, con muebles viejos, paredes desgastadas.

En la recepción, las prostitutas reciben un kit con papel higiénico, un condón y lubricante, que está incluido en el precio del servicio. «Si la cantidad de anticonceptivos entregados en recepción no coincide con los que hay en la basura, la chica puede perder su licencia», señala Komarov.

Además, María José relata que constantemente las mujeres se ven sometidas a la discriminación por la actividad que realizan, por ello, realizan protestas en la calle para hacer respetar sus derechos, explica.

Despenalización versus Regulación

https://scarletalliance.org.au/issues/legalisation/

REGULACIÓN

· Regulación significa la creación de leyes especiales que permitan algunas formas legales de trabajo sexual. Pero esto lo que hace es socavar el trabajo de prevención del VIH y los derechos humanos al dividir el trabajo sexual en categorías legales e ilegales.

· Culpa y avergüenza a las trabajadoras sexuales que no cumplen con la regulación restrictiva. Para muchas trabajadoras sexuales, un entorno de trabajo legal no es una opción.

· Las trabajadoras sexuales que trabajan en entornos ilegales se enfrentan a la variedad de problemas que las trabajadoras sexuales sufren bajo la penalización.

· Por lo general, la mayoría de las trabajadoras sexuales y las más marginadas siguen siendo penalizadas.

· Las trabajadoras sexuales se enfrentan a un enorme control y vigilancia de la actividad sexual adulta consensuada, actividad que normalmente no va acompañada de ninguna otra actividad ‘criminal’. Las medidas de vigilancia son un uso innecesario y deficiente de los recursos de la comunidad y crean un caldo de cultivo para la corrupción y la disminución del acceso de las trabajadoras sexuales a los servicios de salud y otros.

· 1. DIVIDE A LAS TRABAJADORAS SEXUALES EN FORMAS DE TRABAJO ILEGALES Y LEGALES

· 2. LAS TRABAJADORAS SEXUALES MÁS MARGINADAS SIGUEN PENALIZADAS

· 3. LAS CARGAS DE LA BUROCRACIA REPLICAN LA LEGISLACIÓN Y LAS AUTORIDADES REGULADORAS EXISTENTES.

· Las leyes estrictas que tienen como objetivo controlar el trabajo sexual no impiden que las trabajadoras sexuales trabajen en una variedad de formas que les convienen: simplemente las obligan a trabajar ilegalmente. Esto causa división entre ellas e interrumpe la educación entre pares.

· Las pruebas y tratamientos de salud sexual son menos accesibles bajo un modelo obligatorio. Las trabajadoras sexuales con una ITS evitarán las pruebas, ya que se les puede impedir trabajar.

· La regulación generalmente controla el negocio del trabajo sexual con zonificación restrictiva y tarifas de licencia exorbitantes. Otorga poder al gobierno local, que a menudo tiene una agenda moral para evitar los negocios de la industria del sexo. Por lo general, solo una gran empresa puede permitirse el lujo de cumplir con la legislación y el control de la moral. En entornos muy grandes, las trabajadoras sexuales tienen muy poco poder de negociación.

· Permite la introducción de legislación discriminatoria aplicada únicamente a la industria del sexo, a menudo con licencias y multas que empujan a las trabajadoras sexuales a la clandestinidad.

DESPENALIZACIÓN

· En un entorno despenalizado, las trabajadoras sexuales tienen más poder para negociar con los clientes.

· Las trabajadoras sexuales pueden acudir a los servicios de salud y otros y esperar recibir un servicio no discriminatorio.

· Otra legislación cubre una amplia gama de temas, incluida la explotación sexual y laboral, tanto en el contexto comercial como privado.

· La legislación industrial tiene leyes de zonificación para negocios que se pueden aplicar a negocios sexuales.

· Las trabajadoras sexuales pueden denunciar la violencia sin temor a ser detenidas y esperar un enjuiciamiento legítimo.

· Disminución de la corrupción ya que las autoridades tienen menos poder para exigir sobornos a las trabajadoras sexuales y las trabajadoras sexuales pueden denunciar casos de corrupción.

· La legislación existente sobre salud y seguridad en el trabajo puede ayudar a las trabajadoras sexuales a conseguir mejores lugares de trabajo.

Los entornos de trabajo sexual necesitan:

· 1. Equipo de sexo seguro, política de comportamiento aceptable del cliente, seguridad en el trabajo (buenas camas, salidas de emergencia, libres de humo, etc.).

· 2. Estándares laborales incluyendo salario mínimo

· 3. Directrices de gestión para evitar multas, fianzas, fraccionamientos o retenciones indebidas.

Solo la despenalización puede lograr esto

Solo algunos ejemplos.

· Las trabajadoras sexuales más marginadas (trabajadoras sexuales migrantes, trabajadoras sexuales de la calle, trabajadoras sexuales transgénero, trabajadores sexuales masculinos, trabajadoras sexuales que consumen drogas, trabajadoras sexuales menores de edad) se beneficiarán más de la despenalización que brinda pleno acceso a derechos, apoyo y servicios.

· La legislación de protección infantil existe para permitir el enjuiciamiento de cualquier abuso de los derechos de los niños, sin necesidad de una legislación que penalice a las trabajadoras sexuales.

· La legislación sobre agresión sexual existe para permitir el enjuiciamiento de la agresión sexual y la explotación sexual de adultos o niños.

· Se puede aplicar la legislación sobre secuestros para proteger a las personas reclutadas a la fuerza o engañosamente para el trabajo sexual.

· Las trabajadoras sexuales (nuestras hermanas, hermanos, madres, padres) pueden sentirse parte de la comunidad y pueden acceder a servicios y eventos de manera más equitativa.

· La despenalización facilita el acceso y la educación de los clientes de las trabajadoras sexuales.

· El equipo de sexo más seguro (condones, lubricantes, barreras) se puede distribuir, almacenar y transportar más libremente. El trabajo de prevención del VIH se vuelve mucho más fácil.